Ciencias de la Salud

Artículo de Investigación  

 

Una mirada teórica en estrategias para promover la psicomotricidad fina en niños de 3 a 5 años de edad

 

A theoretical look at strategies to promote fine motor skills in children from 3 to 5 years of age

 

Um olhar teórico sobre estratégias de promoção da motricidade fina em crianças de 3 a 5 anos

 

 

Diana Priscillia Hidalgo-Manzano I
dhidalgo@stanford.edu.ec 
https://orcid.org/0000-0001-7872-1893
José Clemente Mora-Rosales II
investigacion2k@gmail.com 
https://orcid.org/0000-0002-0414-7947
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: dhidalgo@stanford.edu.ec

 

 

*Recibido: 29 de noviembre del 2022 *Aceptado: 28 de diciembre del 2022 * Publicado: 17 de enero del 2023

 

 

        I.            Máster en Atención Temprana y Desarrollo Infantil, Licenciada en Ciencias de la Educación, Mención Educación Inicial, Docente/Coordinadora del Instituto Superior Stanford, Riobamba, Ecuador.

      II.            Doctor en Ciencias de la Educación, Magíster en Ciencias de la Educación Mención Investigación y Desarrollo Comunitario, Profesor en Educación Integral, Docente /Coordinador del Instituto Superior Stanford, Riobamba, Ecuador.

 

 

 

Resumen

El estudio tuvo como objetivo analizar los encuentros y desencuentros teóricos existente en tanto a las estrategias de promoción de la psicomotricidad fina en niños de 3 a 5 años de edad. En el que se aplica un enfoque cuantitativo, de nivel descriptivo, con base a la metodología de revisión sistemática, mediante búsqueda por booleanos, en términos de las palabras claves que permiten la búsqueda de acuerdo a los buscadores Scielo, Science Researc y Dialet. Los resultados evidencian que la concepción del docente en términos de su praxis pedagógica con niños de educación inicial, sigue sosteniéndose de una postura tradicional, por tanto, la evidencia científica describe los caminos recurrentes en tanto, al diseño e implementación de estrategias para el desarrollo psicomotriz en niños de 3 a 5 años. No obstante, en términos de las conclusiones se afirma la relevancia que tiene la familia y el docente en el desarrollo psicomotriz del educando de educación inicial en edades comprendidas de 3 a 5 años, por lo que se hace necesario el diseño de estrategias que impulse del desarrollo de la psicomotricidad fina desde la etapa temprana a fin de ir consolidando un desarrollo integro de los niños. Por tanto, La psicomotricidad, no debe ser considerada como una simple habilidad para el desarrollo de movimientos, ni como un recurso didáctico complementario dentro de la jornada de actividades escolares y familiares. permitiendo de esta manera determinar la evolución de sus habilidades y destrezas adquiridas en su desarrollo motriz.

Palabras claves: Estrategias; Primera infancia; Psicomotricidad fina.

 

Abstract

The objective of the study was to analyze the existing theoretical meetings and disagreements regarding strategies to promote fine motor skills in children from 3 to 5 years of age. In which a quantitative approach is applied, at a descriptive level, based on the systematic review methodology, by means of a Boolean search, in terms of the keywords that allow the search according to the Scielo, Science Research and Dialet search engines. The results show that the conception of the teacher in terms of his pedagogical praxis with children of initial education, continues to hold a traditional position, therefore, the scientific evidence describes the recurring paths in the design and implementation of strategies for psychomotor development. in children from 3 to 5 years. However, in terms of the conclusions, the relevance of the family and the teacher in the psychomotor development of the initial education student between the ages of 3 and 5 is affirmed, for which it is necessary to design strategies that promote the development of fine motor skills from an early stage in order to consolidate an integral development of children. Therefore, psychomotricity should not be considered as a simple skill for the development of movements, nor as a complementary didactic resource within the day of school and family activities. allowing in this way to determine the evolution of their abilities and skills acquired in their motor development.

Keywords: Strategies; early childhood; Fine psychomotricity.

 

Resumo

O objetivo do estudo foi analisar os encontros e desencontros teóricos existentes quanto às estratégias de promoção da motricidade fina em crianças de 3 a 5 anos. Em que se aplica uma abordagem quantitativa, em nível descritivo, com base na metodologia de revisão sistemática, por meio de busca booleana, em função das palavras-chave que permitem a busca segundo os buscadores Scielo, Science Research e Dialet. Os resultados mostram que a concepção do professor quanto à sua práxis pedagógica com crianças da educação inicial, continua a ocupar uma posição tradicional, pelo que a evidência científica descreve os percursos recorrentes na conceção e implementação de estratégias de desenvolvimento psicomotor em crianças. de 3 a 5 anos. No entanto, ao nível das conclusões, afirma-se a relevância da família e do professor no desenvolvimento psicomotor do aluno do ensino inicial entre os 3 e os 5 anos, pelo que é necessário desenhar estratégias que promovam o desenvolvimento da motricidade fina habilidades desde tenra idade, a fim de consolidar um desenvolvimento integral das crianças. Portanto, a psicomotricidade não deve ser considerada como uma simples habilidade para o desenvolvimento dos movimentos, nem como um recurso didático complementar dentro do dia a dia escolar e das atividades familiares. permitindo assim determinar a evolução das suas capacidades e competências adquiridas no seu desenvolvimento motor.

Palavras-chave: Estratégias; primeira infância; Psicomotricidade fina.

 

Introducción

Actualmente, se siguen utilizando metodologías tradicionales sobre todo en educación inicial, donde el niño es un receptor del proceso de enseñanza aprendizaje, es decir un simple oyente que no participa activamente; asimismo los docentes en su mayoría, no desarrollan actividades lúdicas innovadoras que despierten el interés del niño y por lo tanto no se convierta en una experiencia de aprendizaje adecuada que le permita desarrollar habilidades psicomotrices que en un futuro facilitarán  la adquisición de nuevas destrezas. Desde esta perspectiva los investigadores se plantean el siguiente objetivo analizar los encuentros y desencuentros teóricos existente en tanto a las estrategias de promoción de la psicomotricidad fina en niños de 3 a 5 años de edad.

De modo tal, que la importancia del estudio se deviene a razón de conocer en teoría los estudios realizados en el tema de estrategias para la psicomotricidad fina en niños de 3 a 5 años de edad. Desde una mirada de los estudios teóricos y sus encuentros y desencuentros en términos de la relevancia dentro del contexto del desarrollo integral del niño. Siendo de utilidad a fin de el desarrollo de nuevas estrategias en la materia en el campo de la innovación y el desarrollo dentro de los escenarios educativos.

Además, se hace importante estudiar la psicomotricidad en niños y niñas de 3 a 5 años de edad, ya que es una etapa crucial en su desarrollo en que se presentan diferentes procesos fundamentales para la conformación de su personalidad y de habilidades esenciales para la adquisición de conocimientos más complejos y significativos. Es necesario recalcar que el desarrollo de la psicomotricidad fina es una herramienta requerida para la obtención de otras competencias que posibilitan el crecimiento individual; además, se considera que el desarrollo de esta destreza es responsabilidad tanto del centro educativo como del hogar, ya que estos lugares deben proporcionar los recursos necesarios para su adecuada evolución.

El mismo se ejecutó a través de una revisión documental – sistemática desde los buscadores booleanos “estrategias and Psicomotricidad fina”, mediante buscadores como Scielo, Science Researc y Dialet. El proceso de búsqueda se consideró el período del 2017-2021. Los criterios de inclusión y exclusión se definieron para el caso de la inclusión estudios en el período mencionado directamente relacionados a estrategias para la psicomotricidad fina en niños de 3 a 5 años de edad. En el caso de los criterios de exclusión estudios anteriores al 2017 sobre la temática descrita.

En este sentido, desde la aplicabilidad de la brújula teórica que oriento los trazos del sendero interpretativo de la teoría e investigaciones existentes, se encontró que la primera infancia es concebida como una etapa decisiva y fundamental en el desarrollo y crecimiento de las personas, ya que está orientada a la formación de la personalidad y a la adquisición de todos los conocimientos, destrezas y habilidades necesarias para convertirse en un ser funcional que pueda mantener una interacción adecuada con su medio.  Es por esto, que se considera a esta fase como un elemento indispensable para la formación de bases en diferentes áreas como cognitiva, psicomotriz, social y de lenguaje permitiendo que a futuro el individuo mantenga un funcionamiento óptimo y logre resolver los problemas de forma eficaz (Cabrera & Dupreyón, 2019).

Siendo las cosas así, la psicomotricidad integra interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de comunicarse y expresarse en un contexto psicosocial dado. Se divide en dos categorías: psicomotricidad gruesa y psicomotricidad fina, definiéndose la primera como el control que se tiene sobre el propio cuerpo, especialmente un movimiento global y sustancial dirigido hacia la totalidad del cuerpo. Por otro lado, la psicomotricidad fina incluye actividades que requieren precisión y un alto grado de coordinación. Estos son movimientos realizados por una o más partes del cuerpo. Incluye el dominio segmentario del cuerpo, la liberación del miedo o la inhibición, la madurez neurológica, la estimulación y los entornos de apoyo, la atención al movimiento, la representación mental y la integración progresiva del esquema corporal (Salazar & Calero, 2018).

Por tanto, al implementar estrategias lúdico-pedagógicas en el desarrollo de la psicomotricidad fina se promueve la participación de los niños y niñas, partiendo de su interés y motivación hacia actividades que generen experiencias de aprendizaje y se ejecuten con la finalidad de fortalecer destrezas y habilidades de acuerdo a la edad cronológica del niño, permitiendo de esta manera un correcto desarrollo integral infantil, enfocado en la búsqueda del bienestar del niño, la familia y el entorno que lo rodea. 

Por lo que, el desarrollo humano es un elemento importante para el capital social y económico de los países, este proceso se inicia desde la infancia en donde proveer de un desarrollo integral infantil sano y adecuado permite que el individuo adquiera todas las capacidades necesarias para desenvolverse en el entorno, lo cual repercute en el desarrollo del país, ya que el hecho de formar profesionalmente a una persona contribuye a generar ingresos económicos a un estado ya que al insertarse en el mundo laboral ayuda a resolver las diferentes problemáticas sociales si ha obtenido un desarrollo infantil óptimo y forma parte de una población activa, caso contrario las consecuencias negativas interferirán en la vida cotidiana de la persona y a su vez en el crecimiento del país. El desarrollo infantil presenta varios elementos indispensables que se deben ejecutar durante su proceso para asegurar su eficacia y lograr que el sujeto se establezca como un ser funcional (Pérez, et al, 2017). A continuación, se expone una tabla con los principales elementos del desarrollo infantil.

 

 

 

Figura 1: Componentes del Desarrollo Infantil

Componente

Ejemplos

Nutrición materno-infantil

- Una alimentación saludable durante el embarazo y durante los tres primeros años de vida.

- Prácticas de lactancia materna y alimentación complementaria

Salud

- Atención prenatal oportuna

- Prevención primaria y promoción de la salud en los tres primeros años de vida

- Planificación familiar adecuada

Cuidado sensible a las necesidades del niño

- Brindar cariño y ternura

- Producir interacciones verbales y sociales en una variedad de actividades.

- Prevención del abuso

Seguridad, protección y apoyo social

- Detener la violencia doméstica

- Ayuda para la lactancia

- Proporcionar licencia de maternidad adecuada

Estimulación y aprendizaje temprano

- Acceso a programas de educación para padres y cuidadores.

- Acceso a programas de cuidado infantil con personal cualificado.

Fuente: Elaboración propia. Tomado de Pérez, et al., (2017).

 

Asimismo, se puede observar el desarrollo infantil es un elemento sumamente importante dentro de la vida del ser humano, ya que es la etapa en la cual se adquieren todas las destrezas y habilidades básicas para que a largo plazo pueda adquirir competencias más complejas que le permitan desenvolverse y funcionar en el entorno. Por lo tanto, es fundamental proporcionar todos los recursos necesarios para que exista un desarrollo adecuado en los diferentes ámbitos como el lenguaje, social-afectivo, cognitivo y psicomotriz.

Esto afirma, que el desarrollo infantil integral se considera como un componente básico y esencial de la primera infancia que permite la adecuada adquisición de capacidades y habilidades necesarias para lograr una adaptación eficaz en el entorno, este proceso es sumamente importante en las primeras etapas de vida de los niños, ya que es el momento perfecto para introducir todos los aprendizajes requeridos para su futuro, por ejemplo, para su formación académica y profesional; el ambiente juega un papel importante en el desarrollo de los niños, en conjunto con la nutrición, cuidado y estimulación correctas, los cuales generan mayores conexiones cerebrales que posibilitan y facilitan la adquisición de nuevos conocimientos (León , 2019). A continuación, se observa una figura del desarrollo cerebral de un niño de tres años cuidado con otro que no tiene un cuidado adecuado.

Por consiguiente, durante la primera infancia se generan habilidades y capacidades básicas que el niño necesita para adaptarse y explorar su entorno, de modo que pueda conocer todo a su alrededor e interactuar con los demás. Es así que el entorno tiene que ser un contexto estimulante para que el niño logre alcanzar todos los hitos del desarrollo sin ningún problema y logre integrarse de manera funcional al medio. Así, es de suma importancia conocer todos los aspectos principales del desarrollo infantil, para que se pueda detectar si existen retrasos en el desarrollo o su evolución es adecuada; lo cual se puede realizar tanto en el hogar como en el centro educativo y formar un equipo de trabajo eficaz (De Castro et al., 2019).

En este sentido, el desarrollo infantil de los niños de 3 a 6 años de edad, de acuerdo con La Haba et al. (2017), estos aspectos son:

Desarrollo Físico: en esta edad los niños crecen rápidamente y su coordinación tiene un gran progreso, así como su desarrollo muscular, su silueta toma una apariencia delgada y atlética ya que las piernas y los brazos se alargan; su sistema muscular y esquelético se modifica para proteger los órganos internos, lo cual provoca que desarrollen varias destrezas motrices.

Desarrollo adaptativo: se refiere al área donde el niño adquiere todos los conocimientos y habilidades necesarias para afrontar diferentes dificultades y lograr interactuar con los demás. Entre las habilidades que se destacan están:

 

Figura 2: Desarrollo adaptativo de 3 a 6 años de edad

3 a 4 años

4 a 5 años

5 a 6 años

Señala algunos colores

Realiza varias preguntas

Puede resolver problemas sencillos y tiene capacidad autocrítica

Tiene sentido de forma y logra copiar un modelo

Logra recortar figuras grandes

Dibuja la figura humana y diferencia sus partes

Reconoce partes de una figura y logra unirlas

Empieza a integrarse con los demás

Puede contar hasta diez

Manipula arcilla, plastilina

Su comprensión del pasado y el futuro es escasa

Selecciona la figura antes de dibujarla

Su geometría es práctica y no visual

Realiza un dibujo mínimo de la figura humana

Sigue la trama de un cuento

Inicia el sentido de organización y realiza preguntas todo el tiempo

Se empieza a interesar por el sexo opuesto

Se interesa menso por las fantasías

Fuente: Elaboración propia. Tomado de La Haba et al., (2017).

 

Desarrollo social: hace referencia a las interacciones que tiene el niño con los demás y al establecimiento de relaciones interpersonales que pueden generarse durante la interacción mencionada, los aspectos principales son:

 

Figura 3: Desarrollo social de 3 a 6 años de edad

3 a 4 años

4 a 5 años

5 a 6 años

Descubre una realidad diferente a la individual

Combina la independencia y seguridad

Se torna independiente

Realiza mandados pequeños

Se viste solo

Colabora con tareas de la casa

Tiene sentido del yo

Se torna conversador

Realiza tareas adecuadamente

Prefiere los juegos solitarios

Tiene más contacto social

Sabe su nombre completo

Sufre de ansiedad y celos

Muestra sus miedos

Muestra sus emociones

Tiene control de esfínteres

Mezcla la fantasía con la realidad

Prefiere el juego asociativo

Fuente: Elaboración propia. Tomado de La Haba et al., (2017).

 

Como se puede observar el desarrollo en la edad de 3 a 6 años se centra en el aspecto adaptativo y social ya que los niños empiezan a tener contacto con sus pares y con su entorno, por lo cual deben aprender y adquirir habilidades y destrezas que les permitan interactuar adecuadamente con las personas que forman parte de su contexto. Por lo cual resulta importante que el cuidador y el medio se tornen estimulantes lo cual contribuye a una evolución correcta de las habilidades necesarias.

Siguiendo el orden de ideas, el ser humano nace y se desarrolla a través de la psicomotricidad: se forma a través de un proceso motor que es el impulso por el cual las parejas tienen relaciones con fines de reproducción; a través del desarrollo intrauterino, el embrión entra en conexión con el medio que lo rodea, establece conexión con el útero, toca y frota contra las paredes del útero, juega con el cordón umbilical, se retuerce, cambia de posición, responde a estímulos de audición, temperatura, la visión, y finalmente a través de movimientos de impulso y aleteo, cuando el parto es natural (Roz C. , 2018).

Uno de los aspectos más importantes que se evidencian en el desarrollo psicomotriz en la etapa infantil es su capacidad para manifestar con hechos la madurez de su sistema neurológico, a través de la psicomotricidad, evidenciando una estrecha relación entre el cerebro y la psicomotricidad; aspectos como la lateralidad, la capacidad de observación, la noción espacial, el inicio del grafismo, son aspectos que requieren de innumerables recursos neurológicos implementados por el educando y por supuesto potenciados por la figura del docente, a través de actividades de psicomotricidad fina que requieren de la estimulación de la neurodidáctica (Roz & Martínez, 2022).

La psicomotricidad es la capacidad del ser humano de realizar movimientos que se relacionan con los mecanismos cerebrales que intervienen para que el movimiento deseado se ejecute, comprendiendo al ser humano en su totalidad, es decir, posee una visión global de la persona, con sus aspectos psicológicos, físicos, sociales y emocionales. Este proceso le otorga a la persona las destrezas necesarias para que logre desenvolverse en el medio y que posteriormente adquiera unas más complejas para que se convierta en un ser independiente y funcional (Bernaldo, 2012).

Esta habilidad también es conocida como la psicología del movimiento ya que se pone en contacto el cuerpo con el cerebro y las emociones, además es considerada como un punto clave en el desarrollo infantil puesto que permite que el niño tenga control adecuado de su cuerpo y a su vez estimula otras áreas como la cognitiva, afectiva y social. Permite la adecuada ejecución de movimientos porque desarrolla destrezas gruesas y finas que ejercitan los grandes y pequeños músculos del cuerpo posibilitando un dominio eficaz del mismo, esto incide de manera directa en la adquisición de habilidades más complejas como la escritura que contribuye a una comunicación eficiente y de calidad (Sánchez & Samada, 2020).

Por lo tanto, la psicomotricidad es un proceso importante que influye en el desarrollo integral de los niños, ya que les ayuda a adaptarse en su medio y adquirir conocimientos y destrezas necesarias para su funcionamiento. Es así que la estimulación durante las primeras etapas de desarrollo define su progreso a futuro, ya que si el hogar y el centro educativo trabajan en conjunto se logra un proceso psicomotor óptimo que contribuye a una formación académica e individual correcta.

De allí que, la psicomotricidad es un elemento importante dentro del desarrollo infantil ya que contribuye al origen de diferentes aspectos relacionados con la personalidad de los niños y niñas, por ejemplo, influye de manera directa en el conocimiento de sí mismo y del entorno lo que permite que se forme como un ser funcional e independiente, además incide en el establecimiento de relaciones sociales afectivas adecuadas y a conseguir una madurez emocional correcta que favorece la interacción con los demás. Adicionalmente, este elemento incide en el aprendizaje ya que ayuda al niño o niña a alcanzar las metas propuestas en el nivel educativo en el que se encuentra, ya que trabaja los contenidos de forma adecuada y llega al cumplimiento de los conocimientos requeridos (Viciana, et al., 2017).

Asimismo, León et al. (2021), mencionan que la psicomotricidad es concebida como una estrategia cognitiva-instrumental que tiene la finalidad de contribuir al desarrollo de habilidades y capacidades motrices, creativas y expresivas en los niños y niñas con la herramienta principal, que en este caso es el cuerpo; ya que mediante esta herramienta la persona se ocupa de la comprensión del movimiento que se produce en su cuerpo y en relación con el medio. De esta forma, los niños adquieren una autonomía e independencia adecuada para funcionar en el contexto con los demás, lo cual posibilita que adquieran habilidades más complejas útiles a futuro en la resolución de problemas.

Entonces, la psicomotricidad es un elemento o factor muy importante y esencial dentro del desarrollo infantil, puesto que permite la autonomía de los niños y niñas y la expresión a través del cuerpo, lo cual facilita el establecimiento de relaciones sociales-afectivas con las demás personas de su entorno y la interacción con el mismo. Por lo tanto, es necesario que durante la infancia se adquieran todos los recursos básicos de la psicomotricidad para que los niños y niñas se desenvuelvan adecuadamente en el medio.

Por lo que permite que los niños y niñas manejen y controlen adecuadamente los músculos y movimientos del cuerpo, que les ayuda a adquirir nuevas habilidades y capacidades involucradas en el funcionamiento y autonomía en el contexto, es así que, según Sánchez y Samada (2020), los principales beneficios de la psicomotricidad son:

·         Es un canalizador, porque ayuda a descargar la impulsividad permitiendo un equilibrio afectivo.

·         Favorece la adquisición del esquema corporal, puesto que mediante esta herramienta el niño toma control de su cuerpo.

·         Facilita el control corporal mediante la dominación y adaptación de sus movimientos corporales.

·         Afirma la lateralidad, control postural, equilibrio, ubicación y coordinación.

·         Ayuda a la discriminación y percepción de las cualidades de los objetos.

·         Contribuye al establecimiento de hábitos que intervienen en el aprendizaje.

·         Facilita la adquisición de nociones témporo-espaciales y el refuerzo de nociones básicas como tamaño, forma y color.

·         Propicia la integración social y el juego grupal

·         Refuerza la autoestima y autoconcepto, haciendo que el niño se sienta seguro en el ámbito emocional.

Los beneficios al desarrollo infantil, del desarrollo de la psicomotricidad, les permite adquirir varias habilidades y capacidades que intervienen en el desenvolvimiento autónomo e independiente de los niños y niñas en el contexto. Este elemento contribuye a mantener un control corporal correcto para la producción de movimientos requeridos para diversas situaciones y para la resolución de problemas que puedan presentarse.

En ella, se identifican diversas áreas que se deben desarrollar, para conseguir la adquisición de habilidades y capacidades básicas que intervienen en el desenvolvimiento y funcionamiento en el medio permitiendo un control adecuado del cuerpo y sus movimientos, de acuerdo con Apan, et al. (2020), estas áreas son:

·         Esquema corporal: se refiere a la relación directa entre el conocimiento y movimientos del cuerpo, lo cual permite generar una identificación con el propio cuerpo y expresarse a través de él; además funciona como base para la adquisición de otros aprendizajes importantes en el desarrollo infantil.

·         Lateralidad: hace referencia al dominio de determinadas áreas del cuerpo, en el cual funciona un hemisferio cerebral con mayor énfasis; mediante este elemento los niños y niñas adquieren la noción de derecha e izquierda tomando como referencia central su propio cuerpo, esto influye directamente en la adquisición del proceso de lectoescritura.

·         Equilibrio: se conoce como la capacidad de mantener una estabilidad corporal al ejecutar varias actividades motrices, además facilita la interacción con el entorno.

·         Espacio: es la capacidad de mantener una ubicación constante del cuerpo en relación a los objetos dispuestos en el espacio.

·         Tiempo y Ritmo: estas áreas se desarrollan a través de la realización de movimientos que presentan un cierto orden temporal, es decir, que se adquiere una consciencia plena de los movimientos que se realizan.

 

Fuente: Elaboración propia. Tomado de Apan, et al. (2020).

Figura 4: Áreas de la Psicomotricidad

 

Las áreas de la psicomotricidad son importantes, y se deben considerar en todas las estrategias y actividades para que la adquisición de habilidades sea fácil y rápida; de este modo los niños logran alcanzar todos los hitos de desarrollo correspondientes a su edad y nivel educativo. Es así que, la psicomotricidad abarca un gran ámbito dentro de la infancia permitiendo un desenvolvimiento armónico con los demás y con el entorno.

Dentro del panorama de la psicomotricidad, se obtiene dos tipos principales de esta herramienta, de acuerdo con Lalama y Calle (2019), estos son:

·         Psicomotricidad Gruesa: se refiere al grupo de habilidades y capacidades motoras que se ejecutan de forma coordinada y abarcan varios grupos de músculos grandes que controlan movimientos grandes como, levantar las piernas, agitar los brazos, sentarse, correr, caminar.

·         Psicomotricidad Fina: es la coordinación de un grupo de músculos pequeños que permiten la ejecución de movimientos precisos y controlados en relación a las zonas más distales del cuerpo, por ejemplo, el movimiento de las manos y dedos necesarios para el proceso de lectoescritura.

Existen dos tipos de psicomotricidad, la primera hace referencia a la gruesa en la cual el niño aprende a controlar y utilizar músculos grandes del cuerpo que permiten movimientos amplios como correr, saltar y caminar; lo cual le sirve para su desplazamiento e interacción con los demás y con sus entorno; mientras que la fina ayuda a controlar movimientos precisos del cuerpo que permiten el funcionamiento autónomo e independiente y la adquisición de habilidades como la lectoescritura, elemento básico para la comunicación y la formación académica y profesional.

Se entiende que la psicomotricidad fina es el control, regulación y coordinación de huesos, músculos y nervios orientados a la producción de movimientos pequeños los cuales requieren de mayor destreza y habilidad, además facilitan la adquisición de capacidades más complejas que permiten un funcionamiento autónomo e independiente en el entorno, así como una socialización correcta con los demás (Pérez M. , 2017).

Convirtiéndose de esta manera en una verdadera fortaleza para el desarrollo digital, precisión motriz y coordinación de sus movimientos.

Arias y Benavides (2021), consideran que la psicomotricidad fina es una sucesión de movimientos que se ejecutan con diferentes partes del cuerpo, que requieren de una gran precisión y la promoción de nuevas competencias más complejas que contribuyen a mantener un funcionamiento digital.

Es así, que la psicomotricidad fina constituye un factor elemental dentro del desarrollo infantil que fomenta la obtención de habilidades y capacidades necesarias y básicas para mantener un funcionamiento independiente en el entorno, permitiendo la independencia y autonomía en la realización de movimientos psicomotrices finos. De esta forma, se pretende otorgar a los niños y niñas las herramientas requeridas para que realicen sus actividades cotidianas de forma correcta, explotando sus competencias y ejercitando su máximo potencial. Esta implica un largo proceso de aprendizaje que conduce a un alto nivel de madurez y adquisición completa de todos y cada uno de los aspectos de la misma. Por lo tanto, se refiere más precisamente a la ejecución de movimientos finos y se divide en dos categorías: Desarrollo digital y Prensión digital (Ponce, 2015).

No obstante, desde la perspectiva de las prácticas centradas en la Familia, el conjunto de creencias y prácticas que se basan en el trabajo con la familia que es el centro del desarrollo infantil, puesto que funciona como un soporte que orienta a los niños y niñas a alcanzar las metas propuesta en el ámbito educativo e individual. Estas prácticas generalmente tratan de abordar las necesidades dentro del hogar y capacitar a los cuidadores para que utilicen sus fortalezas y adquieran nuevas estrategias que contribuyan al desarrollo de capacidades en los niños y niñas que les ayude a funcionar de forma independiente en el entorno (Orcajada, et al., 2020).

Las primeras referencias a prácticas centradas en la familia en el cuidado de los niños datan de 1970, coincidiendo con la época en que Bronfenbrenner describió su teoría ecológica del desarrollo en 1975, enfatizando el papel fundamental que juega la familia en el desarrollo de sus hijos. A partir de la década de 1980, la familia pasó a ser valorada como el principal apoyo del niño y, por tanto, debía estar presente en la toma de decisiones (Cañadas, 2012).

Por otro lado, Ceballos (2018), menciona que es un modelo de intervención que permite la transformación de los roles tradicionales de los miembros de la familia y profesionales, para la corrección del desequilibrio de poder y toma decisiones entre ambas personas; de este modo se logra que la familia comprenda las necesidades del niño o niña para la planificación y evaluación de los servicios que deben recibir los miembros que se encuentren en desarrollo o que presenten alguna alteración.

Estas prácticas suponen una nueva filosofía fundamental para los profesionales que trabajan en este campo, que requerirán una formación específica tanto a nivel técnico como socioemocional. No solo tienen que dominar las características del desarrollo infantil temprano y diversas discapacidades y cambios evolutivos, lo cual es importante para entender su desarrollo, sino también conocer los objetivos y estrategias de intervención de las diferentes disciplinas para facilitar el trabajo en equipo. También tendrán que dominar una serie de prácticas relacionales que les permitan interactuar adecuadamente con la familia y prácticas participativas, de manera que la familia se anime a involucrarse activamente en la intervención de su hijo o hija (Orcajada, et al., 2020).

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Elaboración propia

Figura 5: Prácticas centradas en la familia

 

Por lo tanto, las prácticas centradas en la intervención son un factor fundamental dentro de la atención temprana, pues considera la participación y apoyo de la familia en la ejecución de estrategias y actividades para la mejora y perfeccionamiento de habilidades y capacidades de los niños y niñas que faciliten su desenvolvimiento en el entorno, posibilitando un funcionamiento autónomo e independiente, y que le permita establecer relaciones socio-afectivas adecuadas.

De allí, la importancia de la familia en la atención temprana de los niños, durante los primeros años de vida de los niños y niñas son un factor esencial dentro del desarrollo infantil, puesto que influye en el área física, psicológica, social, emocional y cognitiva que les permite desenvolverse adecuadamente en el entorno; las experiencias y vivencias en la infancia temprana pueden marcar un patrón de comportamiento e interacción en la vida adulta, la familia es la encargada de ejercer una influencia directa en el comportamiento y conducta del niño o niña y otorgarle las bases necesarias para su funcionamiento en el entorno (Andreucci & Morales, 2017)

 

 

 

 

 

 

Fuente: Elaboración propia. Tomado de Guralnick (2005)

Figura 6: Modelo de Guralnick del desarrollo del niño y la familia

 

Dentro del núcleo familiar se generan varios procesos importantes que ofrecen las oportunidades necesarias para el desarrollo de los niños y niñas, de acuerdo con García (2018), estos procesos son:

Interacciones: relaciones que se establecen entre padres e hijos, es decir, la implicación de los cuidadores en la relación del niño con el entorno y los demás.

Experiencias: son todas las vivencias por las que pasan los niños o niñas y que muchas veces son proporcionadas por la familia, como la participación en las actividades del hogar y el centro educativo; lo cual incide en el desarrollo y desenvolvimiento adecuado del niño o niña.

Salud y seguridad: se refiere al mantenimiento de una buena salud, en especial de la prevención de enfermedades que no le permitan al niño o niña funcionar adecuadamente en el entorno y adquirir todos los recursos, habilidades y capacidades necesarias para su relación con el medio.

Como se puede observar, la familia es un factor importante dentro del desarrollo infantil, ya que otorga las primeras experiencias, vivencias y patrones de comportamiento y funcionamiento a los niños y niñas; de esta forma también incide en el establecimiento de relaciones interpersonales que permiten la interacción con los demás. Es así, que los cuidadores o figuras principales deben ofrecer un ambiente estimulante y armónico que contribuya a la adquisición y desarrollo de las habilidades y competencias necesarias para un óptimo desenvolvimiento.

El enfoque centrado en la familia como forma de intervención en atención temprana, se basa en ciertos principios que debe cumplirse al establecer la secuencia de actividades o estrategias a utilizarse, de acuerdo con Carmona (2017), estos principios son:

·         El profesional debe expresar y motivar a la familia la creencia de que es capaz de contribuir con el desarrollo infantil desde el hogar con los recursos que se presentan.

·         Se respetan las decisiones y criterios de la familia.

·         Se evita la frustración familiar mediante recomendaciones profesionales que permitan solventar el problema.

·         Se promueve la empatía y la paciencia.

·         Se movilizan recursos y herramientas que contribuyan al desarrollo infantil y que no invaliden la vida o entorno familiar.

                       

Fuente: Elaboración propia. Tomado de  (Andreucci & Morales, 2017, p. 11).

Figura 7: Principios del enfoque centrado en la familia

 

Entonces, los principios del enfoque centrado en la familia se basan en los miembros de la misma, es decir, se toma en consideración las opiniones y criterios, sobre todo de los cuidadores que permiten que el profesional realice las actividades adecuadas para mejorar el desarrollo del niño o niña y se establezcan pautas a seguir dentro del hogar para continuar con el incremento de habilidades y capacidades requeridas para un óptimo funcionamiento en los diferentes ambientes en donde se desarrolla el niño.

 

Métodos y metodología

El periodo de búsqueda partió del criterio booleano a través de los buscadores Scielo, Science Researc y Dialet, para los criterios de exclusión se consideró aquellos estudios que no corresponde al periodo 2017-2021, para el caso del criterio de selección se acudió en la búsqueda con base a artículos científicos en el periodo establecido y direccionados al tema de las estrategias y la psicomotricidad fina en niños de 3 a 5 años, aplicándose el método PRISMA. Para el proceso de interpretación de resultados se consideraron los hallazgos más relevantes al respecto. A fin de establecer los procesos descriptivos que den respuesta al objetivo de investigación.

 

Fuente: Elaboración propia.

Registros identificados a través de otras fuentes n=96
Registros identificados a través de la búsqueda en bases de datos n=96
 

 

 


Figura 8: Diagrama de flujo PRISMA

 

Resultados y discusión

El desarrollo infantil se considera como un proceso organizado, mismo que conlleva a la aplicación de diferentes estrategias que se enfocan en mejorar y crear diferentes habilidades en los niños para un futuro (La Haba y otros, 2017). Esta situación, entonces, hace necesario que el desarrollo infantil a futuro sea considerado como un aspecto importante para la mejora del individuo dentro de la sociedad. Para Cabrera y Dupreyón (2019). Este desarrollo siempre se debe efectuar durante la primera infancia, siendo esta la etapa en donde se generan habilidades básicas que el niño necesita para su posterior adaptación dentro de su crecimiento en la sociedad.

Las principales estrategias empleadas para el desarrollo infantil a temprana edad se relacionan directamente con la ejecución de actividades lúdicas, que se enfocan directamente en el desarrollo de las motricidades gruesa y fina. Esta situación permite que el niño pueda generar mejores movimientos que les permite manejar el cuerpo (motricidad fina) y desarrollar la lectoescritura a futuro (motricidad fina) (Roz & Martínez, 2022). Estos aspectos se relacionan directamente con el desarrollo integral del individuo.

La psicomotricidad, no debe ser considerada como una simple habilidad para el desarrollo de movimientos, ni como un recurso didáctico complementario dentro de la jornada de actividades escolares (Sánchez & Samada, 2020). Todas las actividades motrices deben estar previamente planificadas y tener los tiempos y recursos necesarios para su ejecución, además de ser implementadas de manera regular dentro de cada una de las actividades diarias que el niño realiza en sus diferentes contextos, permitiendo de esta manera determinar la evolución de sus habilidades y destrezas adquiridas en su desarrollo motriz.

 

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