Ciencias de la Salud

Artículo de Investigación  

 

Prácticas de crianza materna y desarrollo cognitivo infantil

 

Maternal parenting practices and child cognitive development

 

Práticas parentais maternas e desenvolvimento cognitivo infantil

 

Silvia Eugenia Torres-Díaz I
silvitorresd@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-4709-4580 
Lídice Lorena Álvarez-Román II
Lidicealvarez25@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-1167-4284
Katherine del Cisne Ayala-Camacho III
Ayalakathe14@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-0410-2771
 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: silvitorresd@gmail.com

 

 

 

         *Recibido: 29 de junio del 2022 *Aceptado: 12 de julio de 2022 * Publicado: 22 de agosto de 2022

 

 

       I.            Magíster en Desarrollo de la Inteligencia y Educación, Doctora en Psicorrehabilitación y Educación Especial, Psicorrehabilitadora y profesora de Educación Especial, Universidad Nacional de Loja, Loja, Ecuador.

    II.            Magíster en Desarrollo Temprano y Educación Infantil, Doctora en Psicología Educativa y Orientación Vocacional, Profesora de segunda Educación en la especialización de Psicología Educativa y Orientación Vocacional. Licenciada en Ciencias de la Educación en la Especialidad de Psicología Educativa y Orientación Vocacional, Ecuador.

 III.            Master Universitario en Neuropsicología y Educación,  Licenciada en Psicorrehabilitación y Educación Especial, Universidad Nacional de Loja, Loja, Ecuador.

 

 

 

Resumen

Los primeros años de vida son esenciales para el desarrollo integral infantil. Factores como el entorno familiar y el tipo de interacciones de los niños, definen los contenidos de sus procesos cognitivos y les permiten construir categorías acerca del mundo físico y social con el cual interactúan (Orozco, Sánchez y Cerchiaro, 2012). La investigación se plantea analizar la relación entre las prácticas de crianza materna y el desarrollo cognitivo infantil. La metodología empleada para el análisis de la información es descriptiva.  La muestra considerada en el estudio estuvo constituida por 100 madres de familia y 100 niños de 18 meses de edad de la ciudad de Guayaquil. Los instrumentos de medida utilizados fueron la escala Bayley-III (2006), la subescala de desarrollo cognitivo aplicada a los niños; y el Cuestionario MICS (2006) que evalúa las prácticas de crianza cognitivas maternas aplicada a las madres de familia. Se concluye que, el nivel de desarrollo cognitivo en la mayoría de los infantes es inferior a la media de la población, la periodicidad de la implementación de prácticas de crianza cognitivas maternas es poco frecuente (de 1 a 2 veces por semana); y finalmente, existe relación no causal entre las prácticas de crianza cognitivas maternas y el desarrollo cognitivo infantil.

Palabras clave: Desarrollo cognitivo infantil: prácticas de crianza materna.

 

Abstract

The first years of life are essential for comprehensive child development. Factors such as the family environment and the type of children's interactions define the contents of their cognitive processes and allow them to build categories about the physical and social world with which they interact (Orozco, Sánchez and Cerchiaro, 2012). The research aims to analyze the relationship between maternal parenting practices and child cognitive development. The methodology used for the analysis of the information is descriptive. The sample considered in the study consisted of 100 mothers and 100 18-month-old children from the city of Guayaquil. The measurement instruments used were the Bayley-III scale (2006), the cognitive development subscale applied to children; and the MICS Questionnaire (2006) that evaluates maternal cognitive parenting practices applied to mothers. It is concluded that the level of cognitive development in most infants is lower than the average of the population, the periodicity of the implementation of maternal cognitive parenting practices is infrequent (from 1 to 2 times per week); and finally, there is a non-causal relationship between maternal cognitive parenting practices and child cognitive development.

Keywords: Child cognitive development: maternal parenting practices.

 

Resumo

Os primeiros anos de vida são essenciais para o desenvolvimento integral da criança. Fatores como o ambiente familiar e o tipo de interação das crianças definem os conteúdos de seus processos cognitivos e permitem que elas construam categorias sobre o mundo físico e social com o qual interagem (Orozco, Sánchez e Cerchiaro, 2012). A pesquisa tem como objetivo analisar a relação entre as práticas parentais maternas e o desenvolvimento cognitivo infantil. A metodologia utilizada para a análise das informações é descritiva. A amostra considerada no estudo foi composta por 100 mães e 100 crianças de 18 meses da cidade de Guayaquil. Os instrumentos de medida utilizados foram a escala Bayley-III (2006), subescala de desenvolvimento cognitivo aplicada a crianças; e o Questionário MICS (2006) que avalia as práticas parentais cognitivas maternas aplicadas às mães. Conclui-se que o nível de desenvolvimento cognitivo na maioria dos lactentes é inferior à média da população, a periodicidade da implementação de práticas parentais cognitivas maternas é pouco frequente (de 1 a 2 vezes por semana); e, finalmente, existe uma relação não causal entre as práticas parentais cognitivas maternas e o desenvolvimento cognitivo infantil.

Palavras-chave: Desenvolvimento cognitivo infantil: práticas parentais maternas.

 

Introducción

La familia representa el agente más significativo en la vida de los niños, pues a través de ella desarrollan habilidades y capacidades esenciales que facilitan su integración al mundo (Méndez, Andrade y Peñaloza, 2013). Así, los primeros años de vida son esenciales para el desarrollo integral infantil, por tanto, el entorno en que viven los infantes desde los primeros instantes de su vida favorece o restringe su desarrollo, particularmente, el entorno familiar en el que se desarrollan los niños y el tipo de interacciones que en él se producen, pueden limitar o favorecer su desarrollo cognitivo (Eisenberg, 1998, citado en Mazzoni, Stelzer, Cervigni y Martino, 2012). Es decir, la interacción con los padres provee las primeras experiencias ambientales, las cuales definen los contenidos de sus procesos cognitivos y les permiten construir categorías acerca del mundo físico y social con el cual interactúan (Orozco, Sánchez y Cerchiaro, 2012).

En esta línea, los patrones inadecuados de estilos de crianza impacta en la consolidación de diferentes habilidades cognitivas, mientras que la crianza recíproca y sensible es asociada con beneficios para los niños en términos de lenguaje, cognición, conducta emocional y social Velarde y Ramirez (2017), de este modo, las prácticas de crianza adoptadas por el cuidador primario tienen un impacto sobre el desempeño cognitivo en diferentes habilidades básicas, lo que puede repercutir en el desempeño de los niños tanto a corto plazo como a largo plazo en diferentes ámbitos de su vida.

La crianza toma importancia fundamental en el desarrollo infantil, por lo que es oportuno partir desde el análisis de su definición: “la crianza es la acción de promover y brindar cuidados necesarios, protección, afectividad, socialización, enculturación y educación” (Peralta, 1996, pág. 11) para estimular el desarrollo infantil integral y oportuno; mediante la interacción y “aprendizaje continuo de actitudes, creencias, saberes, valores y prácticas (disciplinarias y del cuidado) que los padres y cuidadores más próximos a los niños les otorgan en especial en los primeros años de su existencia a través de las enseñanzas para pensar, actuar y sentir adecuadamente” (Acosta, p.4).

Al respecto, aunque tradicionalmente nos guiaba la creencia de que los padres y madres moldeaban a los niños y niñas para su desarrollo, la tendencia hoy se centra en analizar las muchas maneras en que las madres y los padres ajustan lo que hacen en respuesta a las necesidades y a las características de sus niñas y niños, a las condiciones en las cuales viven, y a las circunstancias de sus propias vidas (Cowan & Cowan, 2000).

Se considera entonces el modelo transaccional de crianza que entiende al desarrollo infantil como una continua interacción entre el propio organismo y su ambiente, ambiente que puede ser moldeable, y en donde los niños son participantes activos en su propio crecimiento. El mismo ambiente en el que se desarrollan los niños no influye por igual, sino que cada niño vive, recibe y transforma sus propias experiencias (Sameroff & Fiese, 1990).

Desde este modelo se sustenta el impacto de las pautas de crianza en el desarrollo infantil, y particularmente en el desarrollo cognitivo, que podría tomar su fundamento desde la evidencia de la unidad biopsicosocial del funcionamiento humano (Sameroff, 2009) que sostiene: a) El desarrollo no está confinado sólo a cambios biológicos, sino que las diferencias individuales se consideran determinadas por los genes y por el resultados probabilísticos de sistemas que interactúan dinámicamente; b) el proceso del desarrollo individual se construye conjuntamente entre las capacidades autorregulatorias del niño y las del mundo social, que facilitan o impiden este desarrollo; y c) las capacidades autorregulatorias están tan comprometidas que la corregulación social es ineficiente, y el niño no puede obtener resultados positivos.

Al respecto, Ordoñez y Tinajero (2016), definen al desarrollo cognitivo como “un proceso por medio del cual el niño y niña organiza mentalmente la información que recibe a través de los sistemas senso-perceptuales, para resolver situaciones nuevas en base a experiencias pasadas” (p. 37).

El desarrollo cognitivo infantil tiene su base en lo que se denomina neurodesarrollo, que resulta exitoso si tiene estrecha relación no solo con la genética, sino también con el ambiente de estimulación y afectividad que rodea al niño, los cuales influyen decisivamente en la mayor producción de sinapsis neuronales, lo cual implica, a su vez, en la mayor integración de las funciones cerebrales” (Medina Alva, M. D. P., Kahn, I. C., Muñoz Huerta, P., Leyva Sánchez, J., Moreno Calixto, J., & Vega Sánchez, S. M., 2015). La Unicef (2019) también, expone pruebas coherentes y sólidas que indican que el desarrollo cognitivo toma sus bases en los primeros años de vida y en la interacción con los adultos, cuando manifiesta que “el desarrollo del cerebro es más rápido en los primeros años de vida, por lo que, cuando la calidad de la estimulación, apoyo y crianza son deficientes, el desarrollo del niño o niña se afecta seriamente” (p. 2).

El desarrollo cognitivo es el resultado de la permanente interacción entre lo genético y lo ambiental, entre naturaleza y crianza (Eisenberg, 1998, citado en Velarde y Ramírez, 2017), tal como se ha comprobado en niños criados en ambientes de escasa estimulación, o bien cuando hay abuso o negligencia por parte de los padres. Investigaciones en niños bajo estas condiciones reportan alteraciones en el desarrollo cerebral, déficits en las capacidades cognitivas, alteraciones en funciones ejecutivas, déficits sociales, alteración en el reconocimiento de emociones y bajo desempeño académico; mientras que niños criados en ambientes ricos en estimulación resuelven mejore la pruebas que evalúan rendimiento cognitivo y presentan menos problemas de conducta (Velarde y Ramírez, 2017).

Para Piaget el desarrollo cognitivo no sólo consiste en cambios cualitativos de los hechos y de las habilidades, sino en transformaciones radicales de cómo se organiza el conocimiento. teniendo en cuenta cada etapa del niño, y los alcances que va adquiriendo con el tiempo y la interacción con el mundo. (García, Ortiz y Zapata, 2019).

De este modo, el desarrollo cognitivo es el producto de los esfuerzos del niño y la niña por comprender y actuar en su mundo. En cada etapa el niño desarrolla una nueva forma de operar, este desarrollo gradual sucede por medio de beneficios interrelacionados con la organización, la adaptación y el equilibrio.  Sostiene que el organismo del ser humano posee una organización interna con características propias que es la responsable del funcionamiento del organismo el cual es invariante. Los factores del proceso cognitivo para este autor son el resultado de la combinación de cuatro áreas llamadas maduración, experiencia, interacción social y equilibrio. La maduración y herencia son inherentes al ser humano, ya que está predeterminado genéticamente, el desarrollo es irreversible; las experiencias activas provocadas por la asimilación y la acomodación. La interacción social es el intercambio de ideas y conductas que tiene el niño y niña con otras personas y el equilibrio, en la regulación y control. Citado por (Ordoñez y Tinajero, 2016).

El análisis que precede nos lleva a plantearnos ¿cuáles son esas pautas de crianza que permiten una corregulación social eficiente y que favorezca el desarrollo cognitivo infantil desde sistemas de interacción dinámica que favorecen el desarrollo?

Para resolver este planteamiento es necesario primero analizar las prácticas de crianza, que según Rivas (2016) se entienden como el “conjunto de conocimientos que tiene una sociedad y cultura particular, de las que los progenitores y las familias se valen para el cuidado, la protección y la alimentación de sus hijos” (p. 7). En consecuencia, el desarrollo y crecimiento de un infante dependen de la manera en que fue formado y educado en los primeros años de vida.

Las prácticas de crianza de la madre son aquellas manifestaciones que tratan de modificar y dirigir las conductas de los niños en una dirección adecuada, según su cultura, valores, capacidades y aprendizajes adquiridos (Ramírez, 2005).  Este es el motivo por el cual las prácticas de crianza no deben ser consideradas aisladamente, sino como comportamientos sustentados por un sistema de creencias y valores, que según Henao (2012) se manifiestan en “acciones que se orientan a garantizar la supervivencia del infante, a favorecer su crecimiento y desarrollo psicosocial, y a facilitar el aprendizaje de conocimientos que permitan a los niños reconocer e interpretar el entorno que le rodea” (p. 10).

 A partir de las ideas expuestas, se reconoce el papel fundamental de las prácticas de crianza en el desarrollo cognitivo de los niños en sus primeros años de vida, y en ellas el papel complejo y trascendental que juegan las madres en el desarrollo infantil mediante prácticas sencillas en la interacción con los niños y que se traducen en beneficios para el desarrollo emocional y cognitivo.

Entre las prácticas de crianza que favorecen el desarrollo cognitivo infantil, encontramos: leer libros, narrar o contar cuentos, y dar explicaciones o dibujar a los niños (Bornstein & Putnick, 2012).

La práctica de leer cuentos a los niños puede empezar a muy temprana edad, siendo una de las actividades más importantes que deben realizar los padres para el desarrollo de sus hijos. Los cuentos son mensajes de vida, y, por lo general, están enmarcados dentro de contenidos culturales, transmitidos por los antepasados a las siguientes generaciones, mejorando el vínculo entre madre-hijo (Sadler y Obach, 2006).

Al respecto, Vygotski,1990 (como se citó en Maresma, 2014) asegura que los cuentos contribuyen al fomento de la creatividad del niño, pues su capacidad de invención se ve reflejada en las historias que le cuentan, constituyéndose en un factor fundamental para su desarrollo cognitivo. Los niños, desde su nacimiento, van integrándose a la cultura de su comunidad, gracias a los cuentos que sus madres les cuentan, contribuyendo así a construir los marcos lingüísticos y sociales que les permitan interpretar los enunciados de los demás (Del Valle, Brenca, &Guaita, 2009). La narración de cuentos debe considerar según Trenchi (2011) adecuar el tono de voz, los gestos, hacer pausas, compartir miradas, según lo demande la lectura. Es importante que durante los cuentos se transmitan estados de ánimo, climas emocionales (asombro y gozo), que permitan a los niños imaginar y elaborar significados (Ministerio de Educación de Chile, 2013).

La práctica de leerles a los niños pequeños establece las bases para una posterior lectura independiente, tiene ventajas cognitivas y sociales.  Para Pearl, (2018) leer un libro es un gran momento para ayudar a que los niños obtengan buenos hábitos, sean reflexivos, favorezcan la concentración, la imaginación, la representación y el desarrollo emocional.  La investigación evidencia que la lectura enriquece la cultura infantil, mejora el lenguaje, desarrolla la capacidad de concentración y la memoria, estimula la imaginación (Hermida, 2009).  

La práctica de interacción comunicativa con los niños propicia el desarrollo adecuado de su cognición y desarrollo integral. Pearl, (2018), menciona que los niños aprenden absorbiendo información a través de las interacciones diarias y de las experiencias que tienen, con los padres y su entorno; las conductas de ofrecer explicaciones o hablarles aumentan el vocabulario de los niños de esta edad y les enseña la habilidad de escuchar y retener información. También, Pearl, (2018), menciona que los niños desean y merecen explicaciones al igual que los adultos. Los padres que razonan con sus hijos les permiten reflexionar, aprender sin emitir juicios de valor, así como mejorar su capacidad de memoria, aumentar su vocabulario, y desarrollar su lenguaje.

 

Metodología

La investigación se orientó al conocimiento de la realidad por medio de información cuantificable, que sirvió para describir y explicar las prácticas de crianza de las madres y su relación con el desarrollo cognitivo infantil. El diseño de investigación es descriptivo, este permitió caracterizar las variables de estudio.

 

Muestra

El estudio examinó las prácticas de crianza de 100 madres de familia, con niños de 18 meses de edad, del sector urbano de la ciudad de Guayaquil. Las madres que participaron en la muestra oscilaron en las edades de 19 a 40 años. Los niños, en el momento en que se aplicó la evaluación, tenían entre 17 y 19 meses de edad, 47 de ellos pertenecían al sexo masculino y 53, al sexo femenino. Se utilizó un muestreo por conveniencia, a pesar de ser una muestra por conveniencia la inclusión niños y niñas y madres de familia al estudio fue aleatorio. La muestra no incluyó a niños con discapacidad.

 

Instrumentos

Las variables que se plantearon en este estudio fueron las siguientes: desarrollo cognitivo y prácticas de crianza. Variable dependiente: Desarrollo cognitivo, este se midió utilizando la escala Bayley-III (2006), compuesta por parámetros que se agrupan según la edad (meses) del niño. La Escala Cognitiva consta de 91 preguntas, que evalúan en el infante el desarrollo sensomotor, 41 de exploración y la manipulación, la relación con los objetos, la formación de conceptos y la memoria, que evalúan la capacidad cognitiva del niño menor a 18 meses. Para su aplicación, se consideró la puntuación compuesta que se basa en la suma de las puntuaciones escalares de la prueba. Variables independientes: Prácticas de crianza, se recolectó la información con el Cuestionario MICS (2006) con preguntas que establecen una escala de prácticas de crianza cognitivas maternas: leer libros, contar cuentos y nombrar, y ofrecer explicaciones. La puntuación considera la frecuencia con la que las madres ejecutan estas prácticas. Las opciones de respuestas fueron: (3) diariamente, (2) una a dos veces por semana, (1) casi nunca y (o), nunca.

 

Procedimiento

El procedimiento para el desarrollo de la investigación se inicia considerando en primer lugar el fundamento teórico sobre la cual versa el trabajo, así entonces, desde una perspectiva neurocognitiva, se define la operativización de las variables.  Una vez definidas con claridad conceptual y operativa las variables, se procedió a la recolección de datos mediante la aplicación de los instrumentos de forma individualizada, tanto el aplicado a niños y niñas como a madres de familia, en un tiempo promedio de una hora respectivamente. Se realizó una reunión explicativa con los padres acerca de la finalidad del estudio, se procedió a la firma del consentimiento informado y la organización de las sesiones individuales para la aplicación de los instrumentos.

 

Análisis estadístico

Finalmente se realizó un análisis descriptivo de los datos utilizando el programa estadístico para ciencias sociales SPSS versión 25, para el análisis, interpretación y presentación de los resultados; así como también, el programa Excel.   Estos dos programas permitieron determinar las frecuencias absolutas y porcentuales de la escala de Desarrollo Cognitivo y prácticas de crianza cognitivas maternas; así como también, la obtención de los estadísticos descriptivos.

 

Resultados

Respecto a la variable de desarrollo cognitivo, que evalúa el desarrollo sensomotor, la exploración y la manipulación, la relación con los objetos, la formación de conceptos y la memoria; el porcentaje acumulado del 54% demuestra que los niños se encuentran en un nivel de desarrollo cognitivo por debajo de la media; mientras que el 12% se encuentra en la media y el 34% se ubica en un nivel de desarrollo cognitivo sobre la media (Ver tabla 2). Esto evidencia que 54 de cada cien niños de la muestra alcanzan un desarrollo cognitivo inferior a la media de su población, lo que sugiere que capacidades como la atención, la habituación, la memoria y resolución de problemas en los infantes está desfasado en correspondencia con la edad cronológica. Al respecto en un estudio realizado en Argentina, por Paolini, Oiberman y Manzanilla (2017) mostró que el 28,7% de los niños evaluados alcanzan un nivel de desarrollo cognitivo por debajo de la media, lo esperable para la edad en comparación con otros niños de la misma edad, relacionando estos resultados con factores ambientales y biológicos en la crianza infantil. Así mismo, en un estudio realizado por Campo (2009) que relaciona prácticas de crianza maternas con el desarrollo cognitivo, se encontró que el 31.40% de los niños mostraron un desarrollo cognitivo bajo. Existen también algunos estudios que evidencian la asociación entre la estimulación del medio ambiente y el desarrollo cognitivo, demostrando que la estimulación materna tiene efectos positivos no solo a corto, sino también a largo plazo (Ramey & Ramey, 1998).

 

Figura 1: Puntuación Desarrollo Cognitivo

N

Válido

100

Perdidos

0

Media

44,090

Desv. Desviación

29,8034

Fuente: Escala Bayley-III (2006) aplicada a los niños de 18 meses de edad

 

Figura 2: Percentiles de desarrollo cognitivo

 

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Válido

2,0

3

3,0

3,0

3,0

5,0

5

5,0

5,0

8,0

9,0

8

8,0

8,0

16,0

16,0

12

12,0

12,0

28,0

25,0

15

15,0

15,0

43,0

37,0

11

11,0

11,0

54,0

50,0(M)

12

12,0

12,0

66,0

63,0

7

7,0

7,0

73,0

75,0

9

9,0

9,0

82,0

84,0

7

7,0

7,0

89,0

85,0

1

1,0

1,0

90,0

89,0

1

1,0

1,0

91,0

91,0

2

2,0

2,0

93,0

95,0

5

5,0

5,0

98,0

98,0

1

1,0

1,0

99,0

99,0

1

1,0

1,0

100,0

Total

100

100,0

100,0

 

Fuente: Escala Bayley-III (2006) aplicada a los niños de 18 meses de edad

 

En lo que corresponde a la variable de prácticas de crianza cognitivas maternas, referente a la práctica de contar o narrar cuentos a los niños se obtuvo como puntuación máxima el 38% que corresponde a una periodicidad de 1-2 veces por semana y la puntuación mínima del 12% correspondiente a la periodicidad de nunca contar o narrar cuentos a los niños (Ver Tabla 4), evidenciando que la frecuencia de aplicación de la esta práctica no se da diariamente. En concordancia a estos resultados; un estudio realizado en Argentina se observó que 4 de cada 10 niños menores de cinco años no solían ser receptores de historias orales, asimismo se encontró que el 25% más pobre no era receptor de cuentos, ni de relatos e historias (Salvia & Tuñon, 2011).

Respecto a la práctica de crianza de ofrecer explicaciones a los niños se obtuvo una puntuación máxima de 49% que equivale a una periodicidad de diariamente; mientras que la puntuación mínima fue del 6% que corresponde a una periodicidad de nunca (Ver Tabla 5); en este caso se puede evidenciar que la mayoría de las madres si aplican la práctica de ofrecer explicaciones a sus hijos como medio de estimular su área cognitiva.

Finalmente, en la práctica de crianza de leer libros se obtuvo una puntuación máxima del 38% que corresponde a una periodicidad de 1-2 veces por semana; mientras que la puntuación mínima fue del 5% equivaliendo a una periodicidad de nunca leer libros a los niños (Ver Tabla 6); se observa que las madres aplican esta práctica, pero la frecuencia de la lectura a los niños no se da diariamente.

Los resultados de esta variable nos muestran que, si existe la aplicación de prácticas de crianza cognitivas maternas, sin embargo, es la periodicidad de éstas lo que influyen en el nivel de desarrollo cognitivo de sus hijos. Al respecto, Perpiñan (2013) señala que en el estudio del Observatorio Social del Ecuador (2016) realizado a 4000 familias de la costa, sierra y oriente ecuatorianos, ubicadas en áreas urbanas y rurales, respecto a las actividades que implementan las madres de los niños menores de 5 años, se señala que un porcentaje alto de estas juegan con ellos, les hacen mimos, dentro o fuera de casa, durante el día, mientras que en las noches les cuentan historias, les cantan, les leen un libro o dibujan con ellos.

 

Figura 3: Estadísticos

 

Contarle cuentos

Ofrecer explicaciones

Leer libros

N

Válido

99

97

98

Perdidos

1

3

2

Media

1,727

2,289

1,888

Desv. Desviación

,9564

,8775

,8720

Fuente: Cuestionario MICS (2006) aplicado a las madres de los niños de 18 meses

 

Figura 4: Práctica de crianza materna: contar o narrar cuentos

 

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Válido

Nunca

12

12,0

12,1

12,1

Rara vez

26

26,0

26,3

38,4

1-2 veces por semana

38

38,0

38,4

76,8

Todos los días

23

23,0

23,2

100,0

Total

99

99,0

100,0

 

Perdidos

Sistema

1

1,0

 

 

Total

100

100,0

 

 

Fuente: Cuestionario MICS (2006) aplicado a las madres de los niños de 18 meses

 

Figura 5: Práctica de crianza materna: Ofrecer explicaciones

 

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Válido

Nunca

6

6,0

6,2

6,2

Rara vez

9

9,0

9,3

15,5

1-2 veces por semana

33

33,0

34,0

49,5

Todos los días

49

49,0

50,5

100,0

Total

97

97,0

100,0

 

Perdidos

Sistema

3

3,0

 

 

Total

100

100,0

 

 

Fuente: Cuestionario MICS (2006) aplicado a las madres de los niños de 18 meses

 

Figura 6: Práctica de crianza materna: Leer libros

 

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Válido

Nunca

5

5,0

5,1

5,1

Rara vez

28

28,0

28,6

33,7

1-2 veces por semana

38

38,0

38,8

72,4

Todos los días

27

27,0

27,6

100,0

Total

98

98,0

100,0

 

Perdidos

Sistema

2

2,0

 

 

Total

100

100,0

 

 

Fuente: Cuestionario MICS (2006) aplicado a las madres de los niños de 18 meses

 

El análisis de la relación entre las dos variables, evidencian el vínculo en el desarrollo cognitivo infantil con las prácticas cognitivas de crianza maternas; no como un agente determinante, sino como factores que se relacionan de forma favorables para el óptimo desarrollo cognitivo de los niños, siendo importante la periodicidad en la aplicación de prácticas de crianza cognitivas maternas. Estos resultados se relacionan con los encontrados en un estudio aplicado en España, a una muestra de 204 niños del “Programa Familias Canguro para la protección a la infancia”, permitió identificar factores que influyen negativamente en la crianza de los hijos y en su desarrollo cognitivo, como la falta de reglas y normas, la ausencia de la figura paterna y la escasa disciplina como: contar cuentos, leer libros entre otras (Amorós, Palacios, Fuentes, León, & Mesas, 2003). Así también, existen estudios que han determinado diferentes impactos relacionados entre factores de crianza y desarrollo cognitivo de los niños. Según una investigación realizada en Estados Unidos de América (EUA), por medio de la Encuesta Nacional de Hogares, se reconocen nuevas tendencias correspondientes al cuidado de niños pequeños con implicaciones futuras, determinando que las consecuencias a corto y largo plazo en el desarrollo cognitivo temprano dependen de la calidad del cuidado (Fitzgerald, Mann, Cabrera, & Wong,2003).

 

Conclusiones

Se determinó con la aplicación de la escala Bayley-III (2006), en la mayoría de la muestra de investigación un desarrollo cognitivo infantil por debajo de la media en correspondencia con su grupo etario, este relacionado el con desarrollo sensomotor, la exploración y la manipulación, la relación con los objetos, la formación de conceptos y la memoria.

Respecto de las prácticas de crianza maternas, se determina la implementación de prácticas que estimulan el desarrollan cognitivo, como contar o narrar cuentos y leer libros, y la práctica de ofrecer explicaciones, sin embargo, la periodicidad oscila entre 1-2 veces por semana, excepto en la práctica de ofrecer explicaciones que es de uso frecuente y común entre las madres investigadas.

Existe vínculo en el desarrollo cognitivo infantil con las prácticas de crianza maternas; no como un agente determinante o causal, sino como factores favorables para el óptimo desarrollo cognitivo de los niños, siendo un factor importante la periodicidad y calidad en la aplicación de prácticas de crianza maternas.

Si bien en el presente trabajo hemos destacado la importancia de las prácticas de crianza para el desarrollo integral infantil, se requiere mayor profundización para comprender cuáles son los factores específicos de las mismas que ejercen mayor influencia, cómo interactúan con otros sistemas del entorno ecológico del niño (Bronfenbrenner, & Ceci, 1994), y cuáles son los principales mediadores que favorecen el desarrollo de los procesos autorregulatorios durante la infancia

 

 

 

Referencias

1.      Amorós, P., Palacios, J., Fuentes, N., León, E., & Mesas, A. (2003). Familias Canguro: Una e experienciade protección a la infancia. Barcelona: Fundación La Caixa.

2.      Bornstein, M. y. (2012). Cognitive and Socioemocional, Caregiving in Developing Countries. Child Developmen, 46-61.

3.      Campo, L. (22 de julio-diciembre de 2009). Características del desarrollo cognitivo y del lenguaje en niños. Redalic. org, 341-351.

4.      Castañeda, P. (S/A). El lenguaje verbal del niño: ¿Cómo estimular, corregir y ayudar para que aprenda a hablar bien? Lima: Biblioteca digital Andina.

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