Ciencias de la Salud

Artículo de investigación

 

Dengue y Covid-19: Endemia Versus Pandemia

Dengue and Covid-19: Endemic Vs. Pandemic

Terapias Dengue e Covid-19: endêmica versus pandemia

 

Katherine Stephanie Sánchez-Montoya II
sanchez-katherine5035@unesum.edu.ec      https://orcid.org/0000-0002-0654-168X
Nereida Josefina Valero-Cedeño I
nereida.valero@unesum.edu.ec   https://orcid.org/0000-0003-3496-8848
Joseph Antonio Yoza-Gutiérrez III
yoza-joseph9150@unesum.edu.ec https://orcid.org/0000-0003-3580-5899
 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: nereida.valero@unesum.edu.ec

 

*Recibido: 30 de Mayo de 2021 *Aceptado: 23 de Junio de 2021 * Publicado: 09 de Julio de 2021

 

       I.            Doctora Dentro del Programa De Doctorado en Inmunología en Inflamación Enfermedades Del Sistema Inmune y Nuevas Terapias, Magister Scientiarum en Biología Mención Inmunología Básica, Licenciado En Bioanalisis, Docente de la Carrera de Laboratorio Clínico, Facultad Ciencias de la Salud, Universidad Estatal del Sur de Manabí, Jipijapa, Ecuador.

    II.            Licenciada en Laboratorio Clínico, Universidad Estatal del Sur de Manabí, Jipijapa, Ecuador.

 III.            Licenciado en Laboratorio Clínico, Universidad Estatal del Sur de Manabí, Jipijapa, Ecuador.

 

 

 

Resumen

El presente trabajo tiene como finalidad analizar la situación endémica del dengue simultáneo a la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias en la salud de la población latinoamericana dado que se desconoce el impacto que han ocasionado ambas enfermedades. Se analiza el origen y la expansión de la COVID-19 en América Latina, se realizó un estudio documental de tipo descriptivo, utilizando artículos recaudados de bases de datos científicas como SciELO, PubMed, Elsevier, Latindex, Google Académico, Redalyd, Medigraphy, Dianet y Oxford Academic, seleccionados con criterios que incluyeron términos MESH y palabras clave afines a la temática de esta investigación. Además, se realizó la búsqueda de información en los boletines epidemiológicos emitidos por el Ministerio de Salud Pública del país. Se evidenció la situación en salud por  provincia  de  dengue y  la COVID-19 en la cual manifiesta  que  Guayas  con  un total de 4.562 (29%) de casos  confirmados liderando el  número de  personas contagiadas, Manabí con  3.005 (19%), Los  Ríos 2.224 (14%), Orellana 1.210 (8%), El Oro 929 (6%) son  las provincias  más  afectadas  lo que  corresponde  a la  trasmisión por dengue mientras que  los  casos confirmados por la  COVID-19 en Ecuador en un periodo de 10 meses (marzo-diciembre 2020) se distribuyen de la siguiente manera: Pichincha con un total de 27.527(24%), Guayas 19.787 (17%), Manabí 9.242(8%) y Azuay 7.056 (6%). Debido a la gran similitud que tienen estos dos padecimientos, los estudios demostraron casos de falsos positivos, tanto en COVID-19 como el dengue, lo que implica un manejo errado y consecuencia como la instauración de linfohistiocitosis hemofagocítica secundaria, llevando a presentar shock hipovolémico, vasoplejía y colapso cardiopulmonar causando desenlaces mortales. Es importante establecer políticas de vigilancia del dengue en situaciones de epidemias o pandemias emergentes y reemergentes.

Palabras clave: Epidemiología; COVID-19; transmisión; distribución por provincia; contagios.

 

Abstract

The present work aims to analyze the endemic situation of dengue simultaneous to the COVID-19 pandemic and its consequences on the health of the Latin American population, given that the impact that both diseases have caused is unknown. The origin and expansion of COVID-19 in Latin America is analyzed, a descriptive documentary study was carried out, using articles collected from scientific databases such as SciELO, PubMed, Elsevier, Latindex, Google Academic, Redalyd, Medigraphy, Dianet and Oxford Academic, selected with criteria that included MESH terms and keywords related to the topic of this research. In addition, a search for information was carried out in the epidemiological bulletins issued by the Ministry of Public Health of the country. The health situation by province of dengue and COVID-19 was evidenced in which it states that Guayas with a total of 4,562 (29%) of confirmed cases leading the number of infected people, Manabí with 3,005 (19%), Los Ríos 2,224 (14%), Orellana 1,210 (8%), El Oro 929 (6%) are the most affected provinces, which corresponds to the transmission of dengue, while the cases confirmed by COVID-19 in Ecuador in a period of 10 months (March-December 2020) are distributed as follows: Pichincha with a total of 27,527 (24%), Guayas 19,787 (17%), Manabí 9,242 (8%) and Azuay 7,056 (6%). Due to the great similarity that these two diseases have, the studies showed cases of false positives, both in COVID-19 and dengue, which implies a wrong management and consequence such as the establishment of secondary hemophagocytic lymphohistiocytosis, leading to hypovolemic shock, vasoplegia and cardiopulmonary collapse causing fatal outcomes. It is important to establish dengue surveillance policies in situations of emerging and re-emerging epidemics or pandemics.

Key words: Epidemiology; COVID-19; transmission; distribution by province; infections.

 

Resumo

O presente trabalho tem como objetivo analisar a situação endêmica da dengue concomitante à pandemia COVID-19 e suas consequências na saúde da população latino-americana, visto que se desconhece o impacto que ambas as doenças têm causado. É analisada a origem e expansão do COVID-19 na América Latina, foi realizado um estudo documental descritivo, utilizando artigos coletados em bases de dados científicas como SciELO, PubMed, Elsevier, Latindex, Google Academic, Redalyd, Medigraphy, Dianet e Oxford Academic, selecionados com critérios que incluíram termos MESH e palavras-chave relacionadas ao tema desta pesquisa. Além disso, foi realizada busca de informações nos boletins epidemiológicos do Ministério da Saúde Pública do país. Evidenciou-se a situação sanitária por província de dengue e COVID-19 em que se afirma que Guayas com um total de 4.562 (29%) dos casos confirmados liderando o número de infectados, Manabí com 3.005 (19%), Los Ríos 2.224 ( 14%), Orellana 1.210 (8%), El Oro 929 (6%) são as províncias mais afetadas, o que corresponde à transmissão da dengue, enquanto os casos confirmados por COVID-19 no Equador em um período de 10 meses (março -Dezembro de 2020) estão assim distribuídos: Pichincha com um total de 27.527 (24%), Guayas 19.787 (17%), Manabí 9.242 (8%) e Azuay 7.056 (6%). Devido à grande semelhança que essas duas doenças apresentam, os estudos mostraram casos de falsos positivos, tanto na COVID-19 quanto na dengue, o que implica em um manejo equivocado e consequência como o estabelecimento de linfo-histiocitose hemofagocítica secundária, levando a choque hipovolêmico, vasoplegia e colapso cardiopulmonar causando resultados fatais. É importante estabelecer políticas de vigilância da dengue em situações de epidemias ou pandemias emergentes e reemergentes.

Palavras-chave: Epidemiologia; COVID-19; transmissão; distribuição por província; contágios.

 

Introducción

A finales del 2019 se suscitó un brote de un cuadro clínico caracterizado por fiebre, tos seca y debilidad generalizada, acompañado de síntomas gastrointestinales, en un mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan, China. El agente causal de este brote fue identificado como una novel beta coronavirus, al que se le denominó 2019 Nuevo Coronavirus (2019nCoV). El 11 de febrero del 2020 el Comité Internacional sobre Taxonomía de virus le designó como Síndrome Respiratorio Agudo Severo Coronavirus 2 (SARSCoV2); mientras que el cuadro clínico fue oficialmente llamado Coronavirus Disease2019 (COVID19) (1).

El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote como una emergencia de salud pública de preocupación internacional (2). Según el reporte de situación 71 de la OMS, señaló que existían a nivel mundial 750.890 casos confirmados de COVID19, y 36.405 fallecidos, desde el 31 de diciembre del 20, hasta el 14 de febrero de 2020 se habían reportado en todo el mundo 49.053 muertes confirmadas por laboratorio y 1.381 muertes (3).

Al 26 de marzo, el número total de casos registrados en el mundo es de 588.905, de los cuales, EE. UU., China e Italia presentan el mayor número de casos con 86.012 (14,61%), 81.897 (13,91%) y 80.589 (13,68%), respectivamente, y los restantes se distribuyen en otros 176 países. El número de muertos supera los 25.336, encabezados por Italia, España y China con 8.215 (32,66%), 4.934 (19,47%) y 3.296 (13,01%) muertes, respectivamente, con una letalidad global estimada del 4,30% (4). En Brasil  se  ha presentado una propagación masiva , teniendo a la fecha 10.858 casos reportados, incluidas mujeres embarazadas y otros grupos de riesgo (5).

El primer caso reportado en Ecuador de COVID-19 fue el 29 de febrero del 2020 una mujer de 71 años compatriota que regreso de España el 14 de febrero al país, el 13 de marzo del 2020 se notificó el deceso de la paciente. Los casos fueron incrementando masivamente desde el segundo mes (6).  En el transcurso de 2019, las Américas notificaron colectivamente 3. 139. 335 casos de infección por el virus del dengue (DENV) y, como se esperaba, en 2020, la fiebre del dengue y el COVID-19 ahora han comenzado a superponerse en la región y otros continentes (7).

En marzo de 2020, mientras que las pandemias de SARS-CoV-2 predominaban en los países intemperantes, cada vez más penetraba en las regiones tropicales, donde ocurren repetidas epidemias de dengue. A principios de marzo de 2020, se informó un caso de serología de dengue falso positivo en Singapur en un paciente con una infección confirmada por SARS-CoV-2, advirtiendo del riesgo de diagnóstico erróneo de COVID-19 frente a una serología de dengue positiva. Algunos autores sudamericanos alertaron sobre el riesgo de coinfección por dengue y COVID-19 (8).

Según la OMS, el mundo ha registrado, hasta el día (20/05/2020), 5.018.667 casos de infección por coronavirus y 325.679 muertes y 1.980.306 recuperados (9). A nivel global hasta el 18 de diciembre de 2020, se había informado a la OMS 72.851.747 casos confirmados de COVID-19, incluidas 1.643.339 muertes (10).  Han pasado 10 meses desde el primer caso de Coronavirus en el Ecuador, aunque el gobierno tomó medidas precautelares los casos confirmados aumentaron desde esa fecha en todas las provincias. La situación nacional por COVID-19 según la infografía N°296 reportó que hasta la fecha 18/12/2020 existen 205.003 casos confirmados con pruebas de reacción en  cadena de  la polimerasa ( RT-PCR) (11).

Ante esta situación el escenario se ha vuelto más confuso para Latino América, cabe preguntarse: ¿Qué consecuencias están produciendo la COVID-19 y el dengue con la ocurrencia simultánea? ¿Qué medidas están accionando los sistemas de salud y demás entidades de responsabilidad?  El estudio pretende analizar la situación de salud generada con la pandemia de COVID-19 ante la circulación constante e incrementada del dengue en Latinoamérica y las consecuencias para los sistemas de salud y de vigilancia epidemiológica. 

 

Diseño y Tipo de Estudio

El diseño es documental y el tipo de estudio descriptivo, exploratorio de nivel explicativo.

Estrategia de Búsqueda

La búsqueda se ejecutó en la base de datos de PubMed, Scielo, Latindex, Elsevier, Google Académico, Redalyd, Medigraphy, Dianet y Oxford Academic. Los datos utilizados para esta investigación incluyen artículos de revistas basadas en las palabras clave o términos MESH que abordan la epidemiología de la COVID-19 y Dengue (en idiomas inglés y español).

Criterios de Inclusión

Los criterios de inclusión utilizados en este trabajo son: artículos publicados en español, inglés y portugués de 5 años de antigüedad, bases de datos publicado por la OMS y Fuentes oficiales del Ministerio de Salud Pública.

Criterios Exclusión

Se excluyeron páginas web de fuentes no oficiales, periódicos electrónicos, opiniones en redes sociales, editoriales y casos únicos. También se excluyeron investigaciones realizadas en otros sistemas biológicos o in vitro.

Criterios Éticos

Este trabajo cumple con las normas y principios universales de bioética establecidos en las organizaciones internacionales de este campo, es decir evitar involucrarse en proyectos en los cuales la difusión de información pueda ser utilizada con fines deshonestos y garantizar la total transparencia en la investigación, así como resguardar la propiedad intelectual de los autores, realizando una correcta referenciación y citado bajo las normas Vancouver.

 

Desarrollo

Según el informe de marzo de 2020, el impacto de COVID-19 en diferentes partes del mundo provocó un total de 745.308 personas infectadas y 35.307 personas murieron. En ese momento, en Ecuador el área epidemiológicamente relevante es la Amazonía, debido a la distribución de enfermedades epidémicas, como enfermedades metaxénicas (dengue y malaria principalmente), donde el problema se agrava por la infección por COVID-19. Esto puede causar un retraso en el diagnóstico de la infección por COVID-19 y mayor propagación del virus, aún más porque en la mayoría de los casos de dengue, no hubo signos de alarma y el tratamiento es ambulatorio (12).

COVID-19 y Dengue pueden desencadenar una linfohistiocitosis hemofagocítica secundaria, llevando a los pacientes a presentar shock hipovolémico, vasoplejía y colapso cardiopulmonar debido a la hiperinflamación e hiperactivación del sistema inmunológico. Un claro ejemplo de lo antes mencionado es lo sucedido en febrero en Tailandia donde se confirmaron 35 casos de COVID-19 entre los que reportó un caso de un paciente que presentó la coinfección entre estos dos virus, con un desenlace fatal (12).

Desde una perspectiva clínica, el dengue y el COVID-19 tienen algunas características que los hacen difíciles de diferenciar y diagnosticar. Ambas enfermedades tienen grandes similitudes en eventos fisiopatológicos, signos y síntomas (incluido el característico exantema maculo-papular del dengue), que han sido reportados en pacientes con COVID-19. Dado que la infección por COVID-19 puede causar falsos positivos en la prueba de detección del dengue, el problema es más complicado. Algunos casos fueron diagnosticados como dengue, que luego se confirmaron como COVID-19, lo que provocó el retraso en el diagnóstico de la infección y la mayor propagación del virus (13).

Actualmente, la COVID-19, que se transmite por el virus emergente SARS-CoV-2, ingresó a América Latina y ha tenido múltiples efectos. Uno de ellos es la epidemia de dengue en curso en Ecuador y otros países durante el periodo 2019-2020. En este período incluyó un mayor aumento de casos y uno de los mayores brotes de dengue en la región, con cerca de 3 millones de casos, de los cuales 8.416 fueron en Ecuador. Los casos de COVID-19 en Ecuador llegaron a 1.595 casos confirmados con 36 muertes a nivel nacional (27 de marzo de 2020) y 3.549 casos de dengue (14).

La COVID-19 llegó a América del Sur muy tarde. El 25 de febrero de 2020, Brasil fue el primer país de la región en reportar la enfermedad. En tan solo unas semanas, países de todo el continente americano cerraron sus fronteras e impusieron bloqueos. El 14 de abril, se habían registrado más de 65.000 casos de COVID-19 en América Latina. En particular, Ecuador se vio gravemente afectado, las unidades de terapia intensiva en hospitales y clínicas no abastecían. Los preparativos para una pandemia varían de una región a otra, y varios países son particularmente vulnerables a brotes destructivos. Por ejemplo, Guatemala y Haití tienen poco más de 100 ventiladores entre ellos. Mientras que México tiene una alta tasa de hipertensión arterial, obesidad y diabetes, todos los cuales son factores de riesgo de enfermedades graves después de la infección por SARS-CoV-2 (15).

El dengue y la COVID-19 son dos enfermedades que amenazan a toda la población de las Américas y coexisten en Cuba. Tienen similitudes y diferencias, lo que obliga al médico tratante a realizar un diagnóstico diferencial entre ambos, porque pueden causar la muerte. Tanto el dengue como el COVID-19 tienen fiebre y períodos críticos, ambos son infecciones sistémicas, sus síntomas iniciales pueden ser similares entre sí y diferentes de los cuadros característicos típicos o posteriores, especialmente en la edad pediátrica. La fiebre del dengue determina su curso en una semana, mientras que la enfermedad causada por el nuevo coronavirus tarda al menos tres semanas en recuperarse o ser fatal. Ambos se originaron por virus, fiebre, no respetan la edad o el sexo y, lo más importante: pueden causar la muerte en unos pocos días (16).

Aunque COVID-19 ha causado graves daños en todo el mundo, los países del sur de Asia, el sudeste asiático y América Latina se enfrentan a la posibilidad de una segunda epidemia: el dengue. Lo que complica el panorama es que los primeros síntomas y signos del dengue y COVID-19 pueden ser similares, lo que se puede diagnosticar erróneamente a los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad. Un informe en Singapur realizó pruebas de anticuerpos contra el dengue dando falsos positivos en dos pacientes con COVID-19 e informes de coinfección de dengue y COVID-19 en Tailandia, lo que confunde aún más (17).

La pandemia apareció, en el mismo mes que se produjo un rebrote de dengue leve y dengue hemorrágico, especialmente en el litoral ecuatoriano. La situación hospitalaria se agravó en abril y las muertes se escaparon de las estadísticas, debido al apuro de hacer los tratamientos, poco espacio, escasa mano de obra y de recursos económicos. Hasta ahora hay fallecidos que no aparecen por la confusión; durante la pandemia de COVID-19, los servidores de la atención hospitalaria que trabajaban en áreas en donde el dengue es endémico, debieron considerar tanto el dengue como la COVID-19 en el diagnóstico diferencial de casos de enfermedad febril aguda. La mayoría de las personas con dengue y COVID-19 se enferman levemente y pueden recuperarse en casa (95%); los síntomas generalmente duran unos días y las personas tienden a sentirse mejor después de una semana. Sin embargo, tanto el dengue como COVID-19 pueden causar enfermedades graves, de peor manera si coexisten (18).

Actualmente, los cuatro serotipos del virus dengue (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV- 4) circula en el continente, a veces incluso al mismo tiempo. La infección con un serotipo seguido de otro incrementa el riesgo de que una persona padezca una forma grave de dengue con un alto riesgo de muerte. Con el brote de COVID-19, muchos países han descuidado la atención que merece este arbovirus, lo que puede provocar brotes incontrolados. También se debe tener en cuenta que estas dos condiciones presentan síntomas similares, como fiebre, dolor de cabeza, diarrea y manifestaciones cutáneas. Además de observar hallazgos similares en los exámenes de laboratorio como leucopenia, linfocitosis o linfopenia, trombocitopenia, entre otros. Estos hechos pueden demorar el diagnóstico de cualquiera de estas afecciones y aumentar la tasa de complicaciones. Un hecho que sin duda estaría asociado a grandes complicaciones y lo que dificultaría el manejo de estas enfermedades (19).

Ecuador tiene cuatro regiones geográficas con importantes diferencias climáticas, sociales y de entrada de viajeros (Costa, Sierra Andina, Amazonia e Islas Galápagos) lo que afectan la dinámica ecoepidemiológica del dengue y la epidemia de COVID-19. La costa y la ciudad de Guayaquil tienen el 82,57% de casos confirmados de COVID-19 y el mayor número de casos de dengue (84%). La Sierra (Quito, ciudad principal y capital) tiene un 3,7% de dengue y un 15,36% de casos de COVID-19. Amazonia tiene 11.3% dengue y 1.82% COVID-19 y Galápagos tiene cero y cuatro (0.25%) casos (14).

El principal problema de salud pública se da en la costa, siendo Guayaquil (oficialmente Santiago de Guayaquil), la capital de la provincia de Guayas, la principal fuente de transmisión y contagio. Esta ciudad no ha adoptado ninguna nueva medida de contención de COVID-19, ni está llevando a cabo una campaña de mitigación óptima. Sus características climáticas y las deficiencias en el servicio público han resultado en altos niveles de transmisión endémica-epidémica del dengue. Se han tomado medidas de mitigación en la Sierra, en algunos casos, mientras que la altitud media (más de 1.700 msnm, con ausencia Aedes aegypti) y las bajas temperaturas ofrecen zonas sin transmisión del dengue (14).

Si bien algunos signos clínicos en series de casos pueden indicar COVID-19 o fiebre del dengue, en la escala de pacientes individuales, el valor predictivo positivo incompleto y la variabilidad clínica no garantizan un diagnóstico preciso. Por lo tanto, algunos estudios informan que el 25% de los pacientes confirmados con dengue tienen tos y el 20% tienen síntomas de las vías respiratorias superiores. De manera similar, COVID-19 puede manifestarse como fiebre con dolor muscular y articular sin síntomas respiratorios, especialmente en bebés. Por lo tanto, la mayoría de los pacientes deberían someterse a pruebas de detección de ambas enfermedades (20).

El diagnóstico de COVID-19 puede producir un resultado falso positivo en el cribado del dengue, lo que significaría que los pacientes con sospecha de dengue y con falsos positivos se clasifiquen como dengue sin signos de alarma y sean tratados de forma ambulatoria, lo que permite la propagación del COVID-19 debido a su similitud clínica. Tanto el dengue como el COVID-19 presentan síntomas similares en sus primeras etapas que podrían dificultar su identificación ya que tienen características clínicas y de laboratorio similar y específico en las diversas manifestaciones clínicas que tienen los niños frente al SARS-CoV-2. Aunque un niño con dengue puede convertirse en un caso grave asintomático de los efectos de COVID-19, se ha advertido que la población infantil es la principal y más peligrosa fuente de expansión del SARS-CoV-2 (21).

Hasta el 16 de enero del 2021 la COVID-19 ha causado 94.408.185 infecciones en todo el mundo y 2.019.970 muertes a nivel mundial. La fiebre del dengue se ha vuelto endémica en muchas regiones de América Latina y se ha acumulado de aproximadamente un millón y medio de casos hasta el 25 de diciembre de 2020; mucho más alto de lo indicado en 2019.

 

Resultados y Discusión

Para la presentación de los resultados se describen los principales hallazgos de estudio realizados referente a la situación endémica del dengue simultánea a la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias en la salud de la población latinoamericana.

 

Tabla 1. Origen y expansión de los coronavirus y la COVID-19.

 

AUTORES

PAIS

AÑO

RESULTADOS

Santos y Coronado  (22)

México

2021

El primer β-coronavirus involucró 9 especies animales, incluyendo humanos. El salto final fue de ganado a humanos nombrados CoV OC43 y el HCoV-229E. El segundo evento ocurrió a principios del siglo XII, originó el SARS-COV implicó a murciélagos, civetas de palmera y humanos y el tercer evento ocurrió en el linaje C de los β-coronavirus, lo que resultó en la epidemia del MERS.

Castro (23)

Chile

2020

El cuarto evento corresponde al SARS-CoV-2 denominada COVID-19, inicialmente considera como enfermedad respiratoria aguda filogenéticamente relacionada con SARS-CoV. Comenzó en diciembre de 2019 en Wuhan, provincia de Hubei en China y fue declarada pandemia global el 11 de marzo de 2020.

Cortez (24)

Perú

2020

Para SARS-CoV-2 se ha propuesto un hospedero intermediario entre murciélagos y seres humanos. Dentro de él este coronavirus habría adquirido algunas o todas las mutaciones necesarias para una transmisión eficaz hacia los humanos. Entre los postulantes enfatizan serpientes, civetas de las palmeras u otros animales silvestres comercializados en mercados chinos: los pangolines.

Andersen y col. (25)

EE. UU.

2020

Los relacionados primeros casos de la COVID-19 es posible  que  haya  una fuente  animal en ese  lugar dado que  el SARS-CoV-2 es  similar al SARS-CoV de los murciélagos,  es probable que sirvan como reservorios; aunque el virus RaTG13 bate sigue siendo el más cercano de SARS-CoV-2 en todo el genoma, algunos coronavirus del pangolín exhiben una fuerte similitud con SARS-CoV-2 en el dominio de enlace del receptor (RBD).

Reina (26)

E.E.U.U

2020

El nuevo coronavirus no parece que se haya producido el paso directo desde este animal al ser humano. Las principales razones que apoyan este hecho son que: (a) el brote se inició a finales de diciembre de 2019, período en el cual la mayoría de especies de murciélagos de la región de Wuhan están hibernando; (b) según los epidemiólogos chinos en el mercado de Huanan (Wuhan) no se encontraron ni se vendían murciélagos, ya que era de pescado y mariscos, aunque sí se encontraron otros mamíferos convencionales.

 

Los resultados obtenidos sugieren que desde tiempos remotos existieron los coronavirus que afectaron a los seres humanos y su origen fue animal según Yuan S y col. Pero este último ha creado incertidumbre acerca de su origen, los iniciales casos de la COVID-19 estuvieron en contacto con el mercado de animales de Huanan en Wuhan por tal motivo se estima que la especie de origen se comercializó en ese lugar. Por otro lado, Cortes (24). Manifiesta que existen teorías que el murciélago y el pangolín fueron especies progenitoras, estas especies no han sido descartadas hasta ahora, dado que ambos tienen similitud con SARS-CoV-2.

Todas las teorías han sido debate constantes por parte de investigadores; sin embargo, más recientemente, Yang y col. (27) manifiestan la posibilidad de que el virus haya sido creado convenientemente en un laboratorio en un periodo de seis meses. SARS-CoV-2 muestra características biológicas que no son compatibles a un virus zoonótico natural puesto a que contiene un sitio único de escisión de furina en su proteína Spike, que se sabe que mejora en gran medida la infectividad viral y el tropismo celular. Sin embargo, este sitio de escisión está completamente ausente en esta clase particular de coronavirus que se encuentran en la naturaleza. La evidencia muestra que el SARS-CoV-2 debería ser un producto de laboratorio creado utilizando los coronavirus de murciélago ZC45 y/o ZXC21 como plantilla y/o columna vertebral asegura que la teoría de origen natural, aunque es eventualmente aceptada carece de soporte fundamental.

Tabla 2. Expansión de la COVID-19 en América Latina

AUTORES

PAÍS

AÑO

RESULTADOS

Burki (15)

Brasil

2020

La COVID-19 llegó el 25 de febrero de 2020, Brasil fue la primera nación de la región en reportar la enfermedad. En cuestión de semanas, países de todo el continente habían cerrado sus fronteras y habían impuesto cierres. Al 14 de abril, América Latina había registrado más de 65.000 casos.

Vargas (28)

Perú

2020

Marzo de 2020: Ecuador con 1.590 casos confirmados con 36 fallecidos. Chile con 1.610 y 5 fallecidos. Colombia describía 539 casos y 6 fallecidos. Brasil con 3.417 y 92 defunciones. México confirmaba 588 casos y 8 muertos.

Sánchez y col.(29) 

Brasil

2020

Ministro de Salud de Brasil confirmó el primer caso, desde entonces, se ha presentado una propagación masiva en la región, teniendo a la fecha 10.858 casos reportados, incluidas mujeres embarazadas y otros grupos de riesgo, con 203 muertes, estableciendo una letalidad del 1,87% para este territorio.

Álvarez y col.

(30)

Colombia

2020

En América Latina, se registraron 1.246190 casos y 65. 228 muertes durante los cuatro primeros meses de ese año. La OMS evidenció que la sumatoria de casos positivos en los países de Brasil, Perú, Ecuador y México representan aproximada el 80% del reporte total de contagiados en América latina, el número de casos más alarmante se registró en Brasil con más de 70.000 y el número de contagios no supera el 0,1% de la población total de cada gobierno, a excepción de Ecuador el cual lo superó.

 

Hunter (31)

España

2020

Brasil confirmó el primer enfermo por COVID-19. Dos semanas tras identificar el paciente cero, los casos en Brasil sugieren un ritmo de contagio inicial superior incluso al de Italia, que tardó tres semanas en llegar a 20 positivos. Y, si se compara únicamente las primeras dos semanas desde que llegó el primer caso, Argentina, Ecuador y Chile también presentan un ritmo de contagio superior al de España.

 

Sierra (32)

España

2020

La situación de alerta sanitaria llega a la región a comienzos del mes de marzo de 2020, a las pocas semanas de haberse producido el salto de Asia a Europa. En Latino América se observó una pluralidad de reacciones, que van desde los confinamientos severos hasta las posiciones incluso negacioncitas. Las primeras de ellas han primado, como ha sucedido en Argentina, Bolivia, Colombia, El Salvador, Honduras, Panamá, que optaron por medidas estrictas desde el principio. No obstante, menos restrictivas fueron las respuestas de Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay, República Dominicana y Uruguay

Ríos (33)

Brasil

2021

Hasta el 13 de enero de 2021, un total de 16.724.800 casos de COVID-19 han sido registrados en América Latina y el Caribe. Brasil es el país más afectado por la pandemia en la región, cerca de 8,2 millones de casos confirmados. Colombia se sitúa en segundo lugar, con más de 1,8 millones de infectados. México registraron un total de 1.556.028 casos y otros países en América Latina que también registra alto índice de contagio se encuentran Argentina, Perú, Chile y Ecuador.

 

 

La expansión de la  COVID-19  surgió rápidamente a  América Latina como consecuencia  de aquello los gobiernos implementaron medidas precautelares; un ejemplo claro es Ecuador en el cual  el presidente  Moreno (34) decreta estado de excepción por 60 días y su  renovación si el caso lo amerita  sin embargo no fue suficiente; a pesar del panorama  de  la situación muchos países no consideraron las indicaciones emitidas por la OMS (35) como evitar el contacto físico,  mantener  al menos un metro de distancia, usar mascarilla y desinfectarse las manos con alcohol o un lavado con jabón.

Alvarez y Harris (36) manifiestan que la mayoría de países declararon emergencia sanitaria adoptando medidas de saneamiento más estrictas, buscando y contactando casos sospechosos, restringiendo la movilidad y multitudes en la calle, cerrando instituciones de educación, tiendas de alimentos, bares, restaurantes, centros comerciales, cuarentena voluntaria u obligatoria, toques de queda, cierres de fronteras, suspensión de vuelos internacionales, uso obligatorio de máscaras protectoras para la población en general, suspensión del transporte público y otros). Si son efectivas, estas medidas pueden frenar la propagación del virus, "aplanar" la curva de infección y apoyar el uso racional de los recursos disponibles en salud pública.

A pesar de implementar medidas de restricción los casos por COVID-19 seguían aumentando, García y Rodríguez (37) manifiestan que el virus SARS-CoV-2, a diferencia de otros virus pueden   ser trasmitido por personas aparentemente sanas. Esto situación ocasiona que sea muy difícil detectar oportunamente a las personas infectadas y aislarlas para romper la cadena de trasmisión, la globalización, la humanidad vive un intenso período de movilidad poblacional, lo que facilita que una persona en cuestión de horas o días pueda moverse con el virus de un continente a otro (vía aérea, marítima o terrestre) Debido a los factores mencionados, es muy probable que la pandemia del COVID-19 infectará a millones de personas en todo el mundo  causando cientos  de muertos y colapsando  los sistemas  de salud. Aunque hoy en día los gobiernos manifiestan tener el brote controlado, los casos aún siguen aumentando en América Latina.

Situación en salud de Dengue por provincia en Ecuador

Los datos extraídos de los boletines epidemiológicos presentados por el Ministerio de Salud Pública (MPS) (38). Demuestran que se han presentado 15.579 casos confirmados de dengue en Ecuador   desde la semana 1 hasta la semana 48 que comprende un periodo de  11 meses (enero-noviembre 2020)  que  se distribuyen de la siguiente  manera: Guayas  con  un total de 4.562 (29%) de casos  confirmados liderando el  número de  personas contagiadas, Manabí con  3.005 (19%), Los  Ríos 2.224 (14%), Orellana con 1.210 (8%), El Oro 929 (6%), Santo Domingo 851 (5%), Esmeraldas 727 (5%), Napo 692 (4%), Sucumbíos 282(2%), Morona Santiago 176 (1%), Pastaza 165 (1%), Pichincha 157 (1%), Loja 154 (1%), Galápagos 113 (1%) y demás  Provincias que conforma  menos  de 100 personas contagiadas por dengue (tabla 3).

Situación en salud de la COVID-19 por provincia en Ecuador

Los datos obtenidos a través del  boletín epidemiológico n°196 emitidos por el MSP (39) demuestran que se ha presentado 116.451 casos confirmados de COVID-19 en Ecuador en un periodo de 10 meses (marzo-diciembre 2020) que se distribuyen de la siguiente manera: Pichincha con un total de 27.527 (24%), Guayas 19.787 (17%), Manabí 9.242 (8%), Azuay con 7.056 (6%), El Oro 4.984 (4%), Loja 4.917(4%), Santo Domingo de los Tsáchilas 4.702 (4%) de casos confirmados son las  provincias que van liderando el número de personas contagiadas por COVID-19 en Ecuador; información que se demuestra en la tabla 3.

Tabla 3.  Casos confirmados de Dengue y COVID-19 por provincia en Ecuador durante el año 2020.

Provincias

Total de

casos confirmados

dengue

%

Total de casos confirmados

COVID-19

%

Guayas                            

4.562

29

19.787

17

Manabí                                            

3.005

19

9.242

8

Los Ríos

2.224

14

3.422

3

Orellana

1.210

8

1.665

1

El Oro

929

6

4.984

4

Santo Domingo

851

5

4.702

4

Esmeraldas

727

5

3.633

3

Napo

697

4

1.194

1

Sucumbíos

282

2

2.405

2

Morona Santiago

176

1

2.558

2

Pastaza

165

1

2.027

2

Pichincha

157

1

27.575

24

Loja

154

1

4.917

4

Galápagos

113

1

179

0

Azuay

71

0

7.056

6

Cotopaxi

61

0

3.355

3

Zamora Chinchipe

60

0

1.411

1

Santa Elena

52

0

1.420

1

Bolívar

32

0

1.586

1

Cañar

19

0

1.614

1

Imbabura

15

0

3.299

3

Chimborazo

11

0

2.170

2

Carchi

5

0

2.195

2

Tungurahua

1

0

4.055

3

Total

15.579

100

116.451

100

Fuente: Ministerio de Salud Pública del Ecuador (38) (39).

 

Es evidente que las cifras de dengue y la COVID-19 son remotamente diferentes, aunque Pichincha están en primer lugar en el número de contagios para COVID-19 Guayas y Manabí recalcan el incremento de coinfección. España y Gómez (18) manifiestan que cuando la  pandemia  apareció en el mes de marzo el litoral Ecuatoriano ya había un brote de denguea consecuencia  de aquello la situación hospitalaria se empeoró en abril y las muertes se escaparon de las estadísticas, debido al apuro de hacer los tratamientos, poco espacio, escasa mano de obra y de recursos económicos, esta arbovirosis dejó de prioridad  por la llegada del nuevo virus ,muchas causas de muerte durante la pandemia no fueron esclarecidas ya que ambos padecimientos reflejaban síntomas similares.

 

Tabla 5. Caracterización epidemiológica del dengue en América Latina y Ecuador.

AUTORES

PAÍS

AÑO

RESULTADOS

 

Martín y col. (40)

 

América Latina

 

2010

La distribución por edad en Brasil, Venezuela, Honduras y México evidencia aumento en el número de casos con el tiempo: 1.033.417 (década de 1980), 2.725.405 (década de 1990), 4.759.007 (2000-2007). Las concentraciones más altas se registraron en el Caribe hispano (39,1%).

 

Cotto y col. (41)

 

Ecuador

 

2017

La reactivación masiva de la circulación del virus y la transmisión de la enfermedad en las provincias del país es de actualmente el 80%, especialmente en áreas con climas cálidos, húmedos y tropicales. El riesgo de epidemias aumenta, si los cuatro serotipos del virus del dengue han circulado en el pasado

 

Astudillo y Parrales (42)

 

América Latina

 

2017

Cerca de 70 millones de personas en todo el mundo se infectan anualmente. Las áreas con mayor prevalencia de esta enfermedad incluyen América Central y América del Sur.

 

Cotto  (43)

 

Ecuador

 

2017

La tendencia polinómica del dengue en 2017 muestra que hubo un aumento del 63,3% en los casos. Cuando la presencia del virus del dengue circulante en Guayaquil presenta un comportamiento endémico y epidémico.

 

Batista  y col. (19)

 

América Latina

 

2020

El dengue es una enfermedad endémica en muchas regiones de América Latina, con un total de alrededor de un millón y medio de casos al 25 de mayo de 2020, mucho más que en 2019.

 

Navarro 

y col. (Navarro J;Arrivillaga J; Salazar J; Rodriguez J, 2020)

 

Ecuador

 

2020

La costa y la ciudad de Guayaquil tienen el 82,57% de casos confirmados de COVID-19 y el mayor número de casos de dengue (84%). La Sierra (Quito) tiene un 3,7% de dengue y un 15,36% de casos de COVID-19. Amazonía tiene 11.3% dengue y 1.82% COVID-19 y Galápagos tiene cero y cuatro (0.25%) casos

 

El dengue es una enfermedad endémica de gran importancia para la salud pública, está presente especialmente en las regiones tropicales y subtropicales. Esta enfermedad ocurre durante todo el año y la incidencia es mayor durante la temporada de lluvias. Durante el 2001 y 2005 se notificaron casi 3 millones de casos de dengue en las Américas, de los cuales 65 000 correspondieron al hemorrágico y se produjeron 789 muertes (44). El año 2016 se notificaron más de 2,38 millones de casos en las Américas. Solo en Brasil, hubo menos de 1,5 millones de casos. En 2017, se notificaron 50.172 casos (45). Mientras que entre 2019 y 2020, el número de casos confirmados de dengue en América Latina y el Caribe alcanzó los 3.095.821. Hubo 1.530 muertes. (46). En Ecuador, el dengue es una de las principales epidemias presente anualmente, pero con mayor presencia en invierno debido al clima húmedo el cual favorece a la propagación de este arbovirus. En la ciudad de Guayaquil esta arbovirosis es una de las principales enfermedades con perfil endémico y epidémico debido a sus factores ambientales temperatura, humedad y vientos (43), esto aumenta el riesgo de contagio, debido a que los cuatro serotipos del virus del dengue ya han circulado en el pasado (41). En el 2017 los casos de dengue en Ecuador aumentaron hasta un 63,3% (43). Mientras que durante la emergencia sanitaria COVID-19, el dengue presentó un mayor número de casos en Guayaquil (84%), en la Sierra (3,7), Amazonía (11,3%) (Navarro J;Arrivillaga J; Salazar J; Rodriguez J, 2020).

 

Tabla 6. Consecuencias de la simultaneidad epidemiológica de la COVID-19 y dengue en América Latina

AUTORES

PAÍS

AÑO

RESULTADOS

COVID-19

Dengue

Broche y  col. (47)

Habana

2020

Aislamiento social son trastornos del estado de ánimo, depresión, estrés, apatía, irritabilidad, insomnio, trastorno de estrés postraumático, ira y agotamiento emocional.

Complicaciones neurológicas.

Yaniv y col. (48)

Europa

2020

En el sureste Asia y América del Sur, que tienen cocirculación de dengue y COVID-19 22% de las infecciones por COVID-19 pueden ser falsamente identificado como dengue. Esto puede provocar la propagación de COVID-19.

Infecciones por falta de vacunación.

 

 

 

Torres y García  (16)

Cuba

2020

Ambas patologías tienen fiebre y períodos críticos, ambos son infecciones sistémicas, sus síntomas iniciales pueden ser similares entre sí y diferentes de los cuadros característicos.

La enfermedad causada por el nuevo coronavirus tarda al menos tres semanas en recuperarse o ser fatal.

La fiebre del dengue determina su curso en una semana.

Saavedra  y col. (12)

Argentina

2020

 

 

Dengue y COVID-19 pueden inducir falsos positivos provocando un retraso en el diagnóstico ambas patologías desencadenan una linfohistiocitosis hemofagocítica secundaria, llevando a los pacientes a presentar shock hipovolémico, vasoplejía y colapso cardiopulmonar debido a la hiperinflación e hiperactivación del sistema inmunológico.

Menéndez (49)

 

Argentina

 

2020

 

 

Las consecuencias con mayor significación son crisis económica y a la desocupación, que conducen a un incremento exponencial de la pobreza,  repercusión en la alimentación que predice el desarrollo de “hambrunas sin precedentes “en los países periféricos.

Osorio (50)

EE.UU

2020

Pacientes con sospecha de dengue evitan buscar servicios médicos por temor a contraer COVID-19. Esta situación conduce al tratamiento en el hogar, lo que aumenta el riesgo de enfermedades graves, complicaciones y muerte.

Ponce y col. (51)

Ecuador

2020

La  COVID-19 deja  secuelas  a pesar de ser  una enfermedad  respiratoria afecta el sistema digestivo, el corazón, los riñones, el hígado, el cerebro, los nervios, la piel y los vasos sanguíneos, en personas criticas  afecta sistema inmunitario, las respuestas de coagulación de la sangre  y los pulmones con cicatrices pueden provocar una disminución permanente de la función pulmonar.

 

La COVID-19 y dengue está suponiendo una dura prueba principalmente para los sistemas de salud notificando falsos positivos y daños colaterales posterior a la enfermedad que está causando adversidad a la humanidad, la crisis económica problema que aún se debatiendo en muchos gobiernos (52). Ambas patologías enfermedades tienen grandes similitudes en eventos fisiopatológicos, signos y síntomas (incluido el característico exantema maculo-papular del dengue), que ha sido reportado en pacientes con COVID-19.  También presentan fiebre, períodos críticos y ambas son infecciones sistémicas, debido a estas similitudes algunos casos fueron diagnosticados como dengue, que luego se confirmaron como COVID-19, lo que provocó el retraso en el diagnóstico de la infección y la mayor propagación del virus (López P, López M, Benavidez I, 2020). En casos graves pueden desencadenar una linfohistiocitosis hemofagocítica secundaria, llevando a los pacientes a presentar shock hipovolémico, vasoplejía y colapso cardiopulmonar debido a la hiperinflamación e hiperactivación del sistema inmunológico (12). Esta preocupante posibilidad, impone una carga adicional a los sistemas de salud.  La OPS (53) manifiesta que para garantizar una atención clínica adecuada a los casos sospechosos de COVID-19 y de dengue deben ser una prioridad con una aplicación estricta de las medidas de prevención y control de infecciones en un contexto de transmisión de COVID-19.

La COVID-19 es una infección emergente y de carácter pandémico debido a su rápida expansión a nivel mundial, causada por un nuevo coronavirus denominado SARS-CoV-2, con origen en China, pero se desconoce con exactitud los reservorios involucrados en su transmisión y factibilidad para el salto antigénico en el ciclo zoonótico que lo precede involucrándose diferentes especies de animales, sin la certeza hasta la actualidad. Los datos disponibles permiten evidenciar que, en la epidemiología de trasmisión del dengue en Ecuador, las provincias de Guayas y Manabí lideran el número de personas contagiadas. En cuanto a la epidemiología de la COVID-19, las Provincias de Pichincha, Guayas y Manabí tienen el mayor índice de contagios, ocupando actualmente las dos primeras posiciones respectivamente por contagios tanto de COVID-19 y dengue en Ecuador. La coinfección del SARS-CoV-2 y el virus dengue ocurrir en pacientes que viven en áreas endémicas a dengue y en las que ambos virus pueden co-circular. Evidencias de coinfección demuestran agravamiento de los cuadros, mayor diseminación del virus con la consecuente presencia de complicaciones y progresión hacia la muerte, además de conllevar a un retraso en el diagnóstico de la infección por la COVID-19, produciendo un manejo terapéutico inadecuado o no correcto.

 

Conclusiones

Las complicaciones asociadas a la infección por SARS-CoV-2 en poblaciones afectadas son principalmente caracterizadas por un estado febril alarmante, neumonía grave, distrés respiratorio agudo, afectación del sistema nervioso central, eventos trombóticos y cardiovasculares hasta falla multiorgánica.

La pandemia actual plantea un desafío para la comunidad médica internacional, dada la necesidad de establecer alternativas biotecnológicas contra el SARS-CoV-2. Aunque no existe un tratamiento específico recomendado, se utilizan diversos biológicos que han mostrado eficacia relativa en función de la fase del ciclo viral en la que actúan y la severidad de la infección.

La alta homología entre los virus SARS hace posible que se puedan utilizar los anticuerpos monoclonales en estudio para SARS-CoV en SARS-CoV-2, para intentar bloquear la proteína S del virus y el receptor a la enzima convertidora de angiotensina o ACE2 y el uso de anticuerpos preformados anti SARS-CoV-2 como terapia pasiva de protección y tratamiento en pacientes afectados, permiten recomendar la evaluación del potencial terapéutico de estas alternativas ante una enfermedad emergente y de proporciones pandémicas como la COVID-19.

 

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