Ciencias de la Salud

Artículo de investigación

 

Manejo clínico y terapéutico en pacientes oncológicos con neutropenia febril

 

Clinical and therapeutic management in cancer patients with febrile neutropenia

 

Manejo clínico e terapêutico em pacientes com câncer com neutropenia febril

 

María José Pilamunga-Toala I

majito-927@hotmail.com

https://orcid.org/0000-0002-5146-4652

Carlos Andrés Hidalgo-Bermúdez III  

carloshidalgo_92@hotmail.com

https://orcid.org/0000-0002-8565-9407

Diana Paola Moyano-Vega IV  

diana.moyanovega91@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-6485-8469

Joselyn Andrea Canelos-Moreno II

joselincanelosm@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-9104-5930

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: majito-927@hotmail.com

 

*Recibido: 25 junio de 2021 *Aceptado: 25 de julio de 2021 * Publicado: 28 de agosto de 2021

 

       I.            Médico, Investigador Independiente.

    II.            Médico, Investigador Independiente.

 III.            Médico, Investigador Independiente.

 IV.            Médico, Investigador Independiente.

 

 

 

 

 

 

 

Resumen

La neutropenia febril es una complicación  frecuente  y  severa  en  los  pacientes oncológicos  al  recibir  quimioterapia. Se estima que  el  10-50% de  los  pacientes  con  tumores  sólidos  y  más  del  80%  de  las  malignidades  sanguíneas presentan como complicación la neutropenia febril. se propone realizar clasificaciones de riesgo para pacientes oncológicos  con  neutropenia  y  así  determinar  la  intensidad  del  tratamiento. Para ello se usa factores específicos del paciente que incluyen edad, tipo de malignidad y estadio  de  la  enfermedad. Factores específicos  del  tratamiento  incluye  el  tipo  y duración de la quimioterapia; y factores del episodio: grado de fiebre, hipotensión, mucositis, proteína   C-reactiva   y   hemograma. 

Palabras claves: neutropenia; malignidad; tumores; oncológico; mucositis.

 

Summary

Febrile neutropenia is a frequent and severe complication in cancer patients when receiving chemotherapy. It is estimated that 10-50% of patients with solid tumors and more than 80% of blood malignancies present as a complication of febrile neutropenia. It is proposed to perform risk classifications for cancer patients with neutropenia and thus determine the intensity of treatment. For this, patient-specific factors are used, including age, type of malignancy, and stage of the disease. Specific treatment factors include the type and duration of chemotherapy; and episode factors: degree of fever, hypotension, mucositis, C-reactive protein and blood count.

Keywords: neutropenia; malignancy; tumors; cancer; mucositis.

 

Resumo

A neutropenia febril é uma complicação frequente e grave em pacientes com câncer em quimioterapia. Estima-se que 10-50% dos pacientes com tumores sólidos e mais de 80% das doenças malignas do sangue se apresentam como uma complicação da neutropenia febril. Propõe-se a realização de classificações de risco para pacientes com câncer com neutropenia e, assim, determinar a intensidade do tratamento. Para isso, são usados fatores específicos do paciente, incluindo idade, tipo de malignidade e estágio da doença. Os fatores específicos do tratamento incluem o tipo e a duração da quimioterapia; e fatores do episódio: grau de febre, hipotensão, mucosite, proteína C reativa e hemograma.

Palavras-chave: neutropenia; malignidade; tumores; câncer; mucosite.

Introducción

Definimos neutropenia como recuento de neutrófilos absolutos menor a 1000/mm Fiebre se define como toma de temperatura axilar mayor a 38,5°Co dos tomas mayores a 38°C separadas al menos por una hora. El tiempo transcurrido desde la identificación de la fiebre y el inicio de antibioticoterapia  tiene  una  relación  directa  en  la  sobrevida    de  estos  pacientes. Además,   pretende   servir   como   fuente   para   plantearnos si el manejo que reciben estos pacientes es el adecuado o si existe la necesidad de realizar cambios para un manejo más óptimo. Estudios  previos  han  realizado  clasificaciones  de  riesgo  para  pacientes  oncológicos  con  neutropenia  y  así  determinar  la  intensidad  del  tratamiento.    El riesgo  se  va  a    definir  con  respecto  a  factores  específicos  del  paciente,  factores  específicos   del   tratamiento   y   factores   específicos   al   episodio.   Al clasificarse por riesgos, el manejo varía si es de bajo riesgo o alto riesgo. En pacientes de bajo riesgo, la terapia oral es una alternativa. No existe diferencia en mortalidad ni en falla terapéutica con el uso de terapia antibiótica oral con respecto a terapia endovenosa en pacientes hemodinámicamente  estables,  sin  fallo  orgánico,  con  tolerancia  a  la  medicación  oral, sin neumonía o infección de la vía central ni infección de tejidos blandos. El paciente  de  bajo  riesgo  puede  ser  un  candidato  a  manejo  ambulatorio  dando  la  opción de mejorar calidad de vida del paciente, menor infecciones nosocomiales, y menores  costos  hospitalarios  sin  embargo  esto  también  tiene  la  desventaja  que  puede  aumentar  costos  para  la  familia  y  afectar  la  calidad  de  vida  de  los  cuidadores. Los  pacientes  con  neutropenia  febril  de  alto  riesgo  se  recomienda  iniciar  con  una  monoterapia  con  un  β-lactámico   contra   pseudomona   o   un   carbapenémico; reservar el segundo agente contra Gram negativos para pacientes inestables o con alta sospecha de resistencia antibiótica.

 

Neutropenia

La neutropenia es una reducción del recuento de neutrófilos sanguíneos. Si es severa, aumentan el riesgo y la gravedad de las infecciones bacterianas y micóticas. Pueden pasar inadvertidos los síntomas focales de infección, pero hay fiebre durante la mayoría de las infecciones graves. El diagnóstico se realiza por recuento de leucocitos con fórmula diferencial, pero la evaluación exige identificar la causa. Si hay fiebre, se presume una infección, y se requiere tratamiento empírico inmediato con antibióticos de amplio espectro, especialmente cuando la neutropenia es grave. El tratamiento con factor estimulante de la colonia de granulocitos a veces es útil.

Los neutrófilos (granulocitos) son la principal defensa del cuerpo contra las infecciones bacterianas y las infecciones micóticas. Cuando hay una neutropenia, la respuesta inflamatoria a estas infecciones es ineficaz. El límite inferior normal del recuento de neutrófilos (leucocitos totales × % de neutrófilos y neutrófilos en cayado) es de 1.500/mcL (1,5 × 109/L) en individuos de raza blanca y algo más bajo en los de raza negra (alrededor de 1.200/mcL [1,2 × 109/L). Los recuentos de neutrófilos no son tan estables como otros recuentos de células y pueden variar considerablemente en períodos cortos, dependiendo de muchos factores, como el estado de la actividad, la ansiedad, las infecciones y los fármacos. Por lo tanto, es posible que se necesiten varias mediciones para determinar la gravedad de la neutropenia.

 

La gravedad de la neutropenia se relaciona con el riesgo relativo de infección y se clasifica de la siguiente manera:

·         Leve: 1000 a 1500/mcL (1 a 1,5 × 109/L)

·         Moderado: 500 a 1000/mcL (0,5 a 1 × 109/L)

·         Grave: < 500/mcL (< 0,5 × 109/L)

Cuando el recuento de neutrófilos desciende a < 500/mcL, la flora microbiana endógena (p. ej., de la boca o el intestino) puede provocar infecciones. Si el recuento cae a < 200/mcL (< 0,2 × 109/L), la respuesta inflamatoria puede ser silenciada y es posible que no ocurran los hallazgos inflamatorios habituales de leucocitosis o glóbulos blancos en la orina o en el sitio de la infección. La neutropenia aguda y grave, en particular si está presente otro factor (p. ej., cáncer), altera en forma significativa el sistema inmunitario y puede conducir a infecciones rápidamente fatales. También inciden en el riesgo de infecciones la integridad de la piel y las mucosas, la irrigación tisular y el estado nutricional del paciente.

 

Las infecciones piógenas más frecuentes en pacientes con neutropenia grave son las siguientes:

·         Celulitis

·         Forunculosis

·         Neumonía

·         Septicemia

Los catéteres vasculares y otros sitios de punción confieren un riesgo extra de infecciones cutáneas; las causas bacterianas más comunes son los estafilococos coagulasa-negativos y el Staphylococcus aureus, pero también pueden aparecer otras infecciones por grampositivos y gramnegativos. A menudo, se observan estomatitis, gingivitis, inflamación perirrectal, colitis, sinusitis, paroniquia y otitis media. Los pacientes con neutropenia prolongada después de un trasplante de células madre hematopoyéticas o de quimioterapia y aquellos que reciben altas dosis de corticoides tienen predisposición a las micosis.

 

Etiología

·         La neutropenia aguda (que aparece en horas o unos pocos días) puede desarrollarse como resultado de

·         Uso o destrucción rápida de neutrófilos

·         Producción deteriorada

·         Por lo general, la neutropenia crónica (que dura de meses a años) se suele originar como resultado de

·         Producción reducida

·         Secuestro esplénico excesivo

La neutropenia también puede clasificarse como pimaria debida a un defecto intrínseco de los mielocitos o como secundaria (debida a factores extrínsecos a los mielocitos.

 

Clasificación de las neutropenias

Neutropenia causada por defectos intrínsecos de los mielocitos o sus precursores

La neutropenia causada por defectos intrínsecos en las células mieloides o sus precursores es infrecuente, pero cuando existe, las causas más frecuentes incluyen

·         Neutropenia idiopática crónica

·         Neutropenia congénita

 

La neutropenia benigna crónica es un tipo de neutropenia idiopática crónica en la que el resto del sistema inmunitario parece estar indemne; aun con recuentos de neutróflilos < 200/mcL (< 0,2 × 109/L), en general no se producen infecciones graves, probablemente porque a veces hay cantidades adecuadas de neutrófilos en respuesta a la infección. Es más común en las mujeres.

 

La neutropenia congénita grave (NCG, o síndrome de Kostmann) es un grupo heterogéneo de trastornos raros que se caracterizan por una detención de la maduración mieloide en el estadio de promielocito, en la médula ósea, lo que determina un recuento absoluto de neutróflios < 200/mcL e infecciones significativas que comienzan en la lactancia. La NCG puede ser autosómica dominante o recesiva, ligada al X o esporádica. Se han identificado varias anomalías genéticas que causan NCG, incluidas mutaciones que afectan a la elastasa de los neutrófilos (ELANE/ELA2), HAX1, GFI1 y el receptor de G-CSF (factor estimulante de colonias granulocíticas) (CSF3R). La mayoría de los pacientes con NCG responden a la terapia crónica con factor de crecimiento, pero puede ser necesario considerar el trasplante de células madre hematopoyéticas para los pacientes con respuesta deficiente. Los pacientes con NCG tienen mayor riesgo de desarrollar mielodisplasia o leucemia mieloide aguda.

 

La neutropenia cíclica es un trastorno granulocitopoyético congénito raro, transmitido en general de manera autosómica dominante y habitualmente causado por una mutación en el gen de la neutrófilo elastasa (ELANE/ELA2), que conduce a una apoptosis anormal. Se caracteriza por oscilaciones periódicas, regulares, del número de neutrófilos periféricos. El período oscilatorio medio es de 21 ± 3 días. El ciclado de otras células sanguíneas también es evidente en la mayoría de los casos.

 

La neutropenia étnica benigna ocurre en miembros de algunos grupos étnicos (p. ej., algunas personas de ascendencia africana, de Oriente Medio y judías). Normalmente tienen recuentos de neutrófilos más bajos, pero no un mayor riesgo de infección. En algunos casos, este hallazgo se ha relacionado con el antígeno eritrocíotico Duffy; algunos expertos creen que la neutropenia en estas poblaciones está relacionada con la protección contra malaria.

La neutropenia también puede deberse a la insuficiencia de la médula ósea secundaria a síndromes congénitos raros (p. ej., síndrome de hipoplasia de cartílago-pelo, síndrome de Chédiak-Higashi , disqueratosis congénita, glucogenosis de tipo IB, síndrome de Shwachman-Diamond y síndrome de verrugas, hipogammaglobulinemia, infecciones y mielocatexis [síndrome WHIM]). Además, la neutropenia es una característica de mielodisplasia, en la que puede estar acompañada de características megaloblastoides de la médula ósea y de anemia aplásica , y puede observarse en la disgammaglobulinemia y la hemoglobinemia paroxística nocturna.

 

Neutropenia secundaria

La neutropenia secundaria puede deberse a ciertas medicaciones, infiltración o reemplazo de la médula ósea, determinadas infecciones o reacciones inmunitarias.

 

Las causas más comunes son

·         Fármacos

·         Infecciones y reacciones inmunitarias

·         Procesos infiltrativos de la médula ósea

 

La neutropenia inducida por fármacos es una de las causas más comunes de neutropenia. Los fármacos pueden reducir la producción de neutróflios por mecanismos tóxicos, de idiosincrasia o de hipersensibilidad; o pueden aumentar la destrucción de neutrófilos periféricos mediante mecanismos inmunitarios. Sólo el mecanismo tóxico (p. ej., con las fenotiazinas) causa neutropenia relacionada con la dosis. Debido a la supresión de la producción medular causada por fármacos antineoplásicos citotóxicos o radioterapia, es previsible la aparición de neutropenia grave relacionada con la dosis. Las reacciones idiosincrásicas son impredecibles y se producen con una amplia variedad de fármacos, incluidos preparados o extractos de medicina alternativa y tóxicos. Las reacciones de hipersensibilidad son raras y, en ocasiones, involucran anticonvulsivos (p. ej., fenitoína, fenobarbital). Estas reacciones pueden persistir sólo algunos días o hasta meses y años. A menudo, la neutropenia inducida por hipersensibilidad se acompaña de hepatitis, nefritis, neumonitis o anemia aplásica.

 

La neutropenia de mecanismo inmunitario inducida por fármacos, que se considera debida a fármacos que actúan como haptenos para estimular la formación de anticuerpos, suele persistir alrededor de 1 semana después de la suspensión del fármaco. Puede ser provocada por aminopirina, clozapina, propiltiouracilo y otros fármacos antitiroideos, penicilina u otros antibióticos.

 

La neutropenia por producción ineficaz de la médula ósea puede observarse en las anemias megalobásticas causadas por deficiencia de vitamina B12 o ácido fólico. Por lo general, aparece una anemia macrocítica y a veces se observa una trombocitopenia leve simultánea. Los trastornos mielodisplásicos también pueden asociarse con producción ineficaz.

La infiltración de la médula ósea por leucemia, mieloma, linfoma o tumores sólidos metastásicos (p. ej., cáncer de mama, cáncer de próstata) puede alterar la producción de neutrófilos. La mielofibrosis inducida por tumores puede exacerbar aún más la neutropenia. La mielofibrosis también puede aparecer debido a infecciones granulomatosas, enfermedad de Gaucher y radioterapia.

El hiperesplenismo de cualquier causa puede inducir neutropenia, trombocitopenia y anemia moderadas.

Las infecciones pueden causar neutropenia al alterar la producción de neutróflios o al inducir la destrucción inmunitaria o el recambio rápido de neutrófilos. La sepsis es una causa particularmente grave. La neutropenia que se produce en las enfermedades virales comunes de la infancia aparece durante los primeros 1-2 días de enfermedad y puede persistir de 3 a 8 días. La neutropenia transitoria también puede deberse a una redistribución de los neutrófilos del pool circulante al marginal inducida por virus o por una endotoxemia. El alcohol puede contribuir a la neutropenia por inhibir la respuesta neutrófila de la médula ósea durante algunas infecciones (p. ej., neumonía neumocócica).

Los defectos inmunitarios pueden causar neutropenia. La neutropenia isoinmune neonatal puede ocurrir con la incompatibilidad del antígeno del neutrófilo fetal/materno asociada con la transferencia transplacentaria de anticuerpos IgG contra los neutrófilos del recién nacido (más comúnmente contra los antígenos HNA-1). La neutropenia autoinmune puede ocurrir a cualquier edad y puede ser operativa en muchos casos de neutropenia crónica idiopática. Las pruebas de anticuerpos antineutrófilos (inmunofluorescencia, aglutinación o citometría de flujo) no siempre están disponibles o son fiables.

A menudo, la infección por HIV se acompaña de neutropenia crónica secundaria Infección por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV) , debido a la alteración de la producción de neutrófilos y la destrucción acelerada de neutrófilos por anticuerpos. Las neutropenias autoinmunitarias pueden ser agudas, crónicas o episódicas. Pueden involucrar anticuerpos dirigidos contra neutrófilos circulantes o contra células precursoras de los neutrófilos. También pueden involucrar citocinas (p. ej., interferón gamma, factor de necrosis tumoral) que pueden causar la apoptosis de neutrófilos. La mayoría de los pacientes con una neutropenia autoinmunitaria tienen un trastorno autoinmunitario o un trastorno linfoproliferativo (p. ej., lupus eritematoso sistémico [lupus eritematoso sistémico], síndrome de Felty) subyacentes.

 

Signos y síntomas

La neutropenia es asintomática hasta que aparece una infección. A menudo, la fiebre es el único indicio de infección. Los signos típicos de inflamación localizada (eritema, edema, dolor, infiltrados) pueden estar silenciados o ausentes. Pueden aparecer síntomas focales (p. ej., úlceras orales), pero suelen ser sutiles. Los pacientes con neutropenia inducida por fármacos secundaria a hipersensibilidad pueden tener fiebre, erupción y linfadenopatías como resultado de la hipersensibilidad.

Algunos pacientes con neutropenia benigna crónica y recuentos de neutrófilos < 200mcL (< 0,2 × 109/L) no presentan muchas infecciones graves. Aquellos con neutropenia cíclica o neutropenia congénita grave tienden a tener episodios de úlceras bucales, estomatitis o faringitis y adenomegalias durante la neutropenia grave. A menudo, hay neumonías y septicemia.

 

Diagnóstico

·                    Sospecha clínica (infecciones repetidas o inusuales)

·                    Hemograma con fórmula leucocítica confirmatorio

·                    Evaluación de la infección con cultivos y estudios por la imagen

Identificación del mecanismo y la causa de la neutropenia

Se sospecha neutropenia en pacientes con infecciones frecuentes, graves o inusuales o en aquellos en riesgo (p. ej., los que reciben fármacos citotóxicos o radioterapia). La confirmación se realiza por hemograma completo con fórmula leucocítica.

 

Evaluación de la infección

La prioridad es determinar si hay una infección. Como esta puede ser sutil, el examen físico evalúa sistemáticamente los sitios de infección más frecuentes: mucosas, como la del tubo digestivo (encías, faringe, ano), pulmones, abdomen, vías urinarias, piel y uñas, sitios de venopuntura y catéteres vasculares.

Si la neutropenia es aguda o grave, la evaluación de laboratorio debe ser rápida.

Los cultivos son el pilar de la evaluación. Se obtienen por lo menos 2 series de hemocultivos para bacterias y hongos en todos los pacientes febriles; si hay un catéter permanente, las muestras para cultivo se extraen del catéter de una vena periférica distinta. También se cultiva cualquier secreción persistente o crónica en busca de bacterias, hongos y micobacterias atípicas. Se tomaron muestras de las úlceras de la mucosa y se cultivaron para virus herpes y Candida. Se aspiran y biopsian las lesiones cutáneas para citología y cultivo. Se obtienen muestras para análisis de orina y urocultivos de todos los pacientes. Si hay diarrea, se buscan patógenos enterobacterianos y toxinas de Clostridium difficile. Se obtienen cultivos de esputo para evaluar infecciones pulmonares.

Los estudios por la imagen son útiles. Se toman radiografías de tórax a todos los pacientes. Una tomografía computarizada de tórax también puede ser necesaria en pacientes inmunosuprimidos. La TC de los senos paranasales puede ser útil si hay signos o síntomas de sinusitis (p. ej., cefalea postural, dolor dentario o maxilar superior, hinchazón facial, secreción nasal). Por lo general, se realiza una TC de abdomen si los síntomas (p. ej., dolor) o los antecedentes (p. ej., cirugía reciente) sugieren una infección intraabdominal.

 

Identificación de la causa

A continuación, se determinan el mecanismo y la causa de la neutropenia. En la anamnesis se investigan los antecedentes familiares, la presencia de otras enfermedades, los fármacos usados, otros preparados y la posible exposición a tóxicos o su ingestión.

En el examen físico se busca la presencia de esplenomegalia y de signos o síntomas de otros trastornos de base (p. ej., artritis, linfadenopatías).

Si no se identifica una causa obvia (p. ej., quimioterapia), la prueba más importante es.

 

Examen de médula ósea

El examen de la médula ósea determina si la neutropenia se debe a una menor producción medular o si es secundaria a mayor destrucción celular (lo que se determina por la producción normal o aumentada de las células mieloides). El examen de la médula ósea también puede indicar la causa específica de la neutropenia (p. ej., anemia aplásica , mielofibrosis , leucemia ). Se realizan estudios adicionales de médula ósea (p. ej., análisis citogénico, tinciones especiales y citometría de flujo para detectar leucemia, otros trastornos malignos e infecciones).

Pueden ser necesarios más estudios complementarios para determinar la causa de la neutropenia, lo que depende de la presunción diagnóstica. En pacientes con riesgo de deficiencias nutricionales, se determinan las concentraciones de cobre, ácido fólico y vitamina B12. Si se sospecha una neutropenia inmunitaria, se deben buscar anticuerpos antineutrófilos. En ocasiones, es difícil la diferenciación entre neutropenia causada por ciertos antibióticos o infecciones. El recuento de leucocitos inmediatamente antes del comienzo del tratamiento antibiótico suele reflejar el cambio en el hemograma debido a una infección.

En los pacientes que presentan neutropenia crónica desde la lactancia y antecedentes de fiebre recurrente y gingivitis crónica, se deben realizar recuentos de leucocitos con diferencial 3 veces/semana durante 6 semanas, de modo que se pueda evaluar la periodicidad sugestiva de neutropenia cíclica. Se realizan en forma simultánea recuentos de plaquetas y reticulocitos. En los pacientes con neutropenia cíclica, los eosinófilos, los reticulocitos y las plaquetas suelen presentar variaciones cíclicas sincrónicas frecuentes con los neutrófilos, mientras que los monocitos y los linfocitos pueden mostrar ciclos fuera de fase.

Las pruebas genéticas moleculares para ELANE y otros genes son apropiados cuando se consideran causas congénitas.

 

Tratamiento

·         Tratamiento de enfermedades asociadas (p. ej., infecciones, estomatitis)

·         En ocasiones, profilaxis antibiótica

·         Factores de crecimiento mieloide

·         Suspensión del presunto agente etiológico (p. ej., fármaco)

·         A veces, corticosteroides

El inicio del tratamiento empírico con antibióticos de amplio espectro en pacientes con NF, ha reducido significativamente la morbi-mortalidad en estos pacientes.

En la selección del tratamiento AB inicial, además de los hallazgos exploratorios, factores predisponentes (catéteres...), etc. se debe considerar:

– Tipo, frecuencia y susceptibilidad AB de las bacterias aisladas en pacientes similares en un determinado hospital.

– Existencia de alergias medicamentosas.

– Disfunciones orgánicas. Se recomienda evitar combinaciones con drogas nefrotóxicas (cisplatino, anfotericina B, ciclosporina, aminoglucósidos...).

– Tiempo previsto de neutropenia y si el paciente pertenece al grupo de alto riesgo.

 

Antibiótico

A pesar de la menor frecuencia de afectación por bacterias gram negativas en la actualidad, debido a su historia natural fulminante y su elevada mortalidad, el primer objetivo en estos pacientes es la adecuada cobertura de gram negativos. Este se suplementará con otros antibióticos cuando lo indique la situación clínica del paciente

En el tratamiento empírico inicial existen 2 posibilidades: Monoterapia o terapia con 2 antibióticos

 

Monoterapia

La IDSA en su guía de 2002 para el uso de antibióticos en pacientes con neutropenia y fiebre4, considera que existen 4 apropiados para su empleo en monoterapia:

 

Ceftazidima

Cefalosporina de 3ª generación. Utilizada desde los años 80 con excelentes resultados en términos de eficacia y seguridad.

La ventaja es ser antibiótico de amplio espectro que cubre gram positivos y negativos incluyendo pseudomona, alcanza altos niveles bactericidas en suero y se asocia a baja aparición de resistencia. La desventaja es su escasa/nula actividad frente a ciertas bacterias gram positivas y anaerobios. Además, algunos gram negativos han desarrollado beta-lactamasas de amplio espectro (E. coli, Klebsiella spp, Enterobacter spp, Serratia marcescens).

 

Carbapenem:

Imipenem y meropenem

Presentan un mayor espectro antibacteriano frente a aerobios gram positivos y negativos y potente actividad frente a anaerobios.

El meropenem es un nuevo carbapenem con un espectro similar al imipenem excepto por cierta menor actividad frente a gram positivos y cierta mayor actividad frente a gram negativos. Una ventaja es que produce menor toxicidad gastrointestinal y neurológica (crisis epilépticas) que el imipenem.

 

Cefepime

Cefalosporina de 4ª generación de amplio espectro antibacteriano que ha demostrado frente a gram positivos similar actividad que imipenem y superior a ceftazidima. Así mismo presenta muy buena actividad frente a gram negativos incluyendo Pseudomona (lamentablemente suele presentar resistencia cruzada con la ceftazidima a Pseudomona).

 

Terapia con dos antibióticos (sin vancomicina)

La combinación recomendada es un ß-lactámico de amplio espectro que incluya pseudomona (ticarcilina, piperacilina, piperacilina/tazobactam, ceftazidima, cefepime) o carbapenem con un aminoglucósido (gentamicina, tobramicina, amikacina). El más utilizado ha sido ceftazidima+amikacina.

La ventaja de esta combinación es el posible efecto sinérgico frente a gram negativos y menor aparición de cepas resistentes. La desventaja es la potencial nefrotoxicidad, ototoxicidad, hipokaliemia y necesidad de monitorizar niveles de aminoglucósido. Además la cobertura de gram positivos (sobre todo con la ceftazidima) no es la ideal. Por otro lado, supone una mayor complejidad en la administración y coste.

 

Situaciones especiales

a) Alergia a penicilina: asociar el aminoglucósido a ciprofloxacino (fluoroquinolona) o a aztreonam.

b) Utilización de otros fármacos nefrotóxicos (evitar aminoglucósidos): asociar un ß-lactámico antipseudomona a ciprofloxacino.

No se recomiendan combinaciones de 2 ß-lactámicos debido al mayor riesgo de inducción de ß-lactamasas.

Existen varios estudios randomizados y una meta análisis que comparan ceftacidima en monoterapia frente aß-lactámico antipseudomona+aminoglucósido, consiguiendo similares resultados. A pesar de ello se continúa recomendando terapia con doble antibiótico en pacientes con bacteriemia por gram negativos documentada (se asocia a un mayor éxito del tratamiento inicial), en aquellos pacientes con signos clínicos que prevean una sepsis por gram negativos o en aquellos centros con frecuente detección de patógenos multirresistentes.

 

¿Cuándo asociar vancomicina?

Fundamento para el uso de vancomicina

El motivo para usar vancomicina es el aumento de las infecciones por gram-positivos en pacientes neutropénicos. El estafilococo aureus meticilin-resistente (MRSA), enterococo y estafilococo coagulasa-negativos son típicamente resistentes a ceftazidima. Aunque el Estreptococo víridans sea sensible "in vitro" se han documentado infecciones graves en pacientes tratados con ceftazidima.

 

Indicaciones para asociar vancomicina al tratamiento inicial en neutropenias febriles

– No está indicada su asociación en el régimen inicial de forma empírica.

– En centros donde el MRSA es común o si se sabe que el paciente está colonizado por MRSA.

– Evidencia clínica de infección asociada a catéter.

– En pacientes que han recibido profilaxis con fluoroquinolonas o presencia de daño mucoso evidente por quimioterapia/radioterapia (mayor riesgo de infección por Estreptococo víridans).

– Hemocultivo positivo para gram positivo hasta su identificación final.

– Pacientes con hipotensión u otra evidencia de alteración cardiovascular.

Suspender la vancomicina a los 2-3 días si el cultivo es negativo o resulta positivo para un patógeno como Estafilococo aureus meticilin-sensible (MSSA) que pueda tratarse con otro antibiótico.

 

Antibiótico asociado a la vancomicina de entrada

Se han realizado estudios con múltiples asociaciones, la IDSA recomienda asociar cefepime o carbapenem (preferentemente) o ceftazidima ± aminoglucósido.

Si el paciente es alérgico a beta-lactámicos poner vancomicina + aztreonam ± aminoglucósido.

1. Si cesa la fiebre y se ha recuperado la neutropenia (>500/mm): se suspende el antibiótico tras 48 h de encontrarse afebril y de la recuperación de los neutrófilos (mantener al menos 7 días si cultivo positivo).

2. Si cesa la fiebre durante los primeros 3 días del tratamiento empírico pero el paciente sigue neutropénico todavía el día 7, la IDSA recomienda:

a) Si el paciente es de bajo riesgo: pasar a antibiótico oral a las 48 h (ciprofloxacino + amox-clavulánico), pudiendo seguir el tratamiento de forma ambulatoria hasta completar 5-7 días sin fiebre.

b) Si el paciente es de alto riesgo: continuar el tratamiento de forma i.v. durante 14 días. Tras 2 semanas, si está afebril, cultivo negativo y sin signos de infección, se suspende el antibiótico.

3. Persistencia de fiebre y neutropenia: es importante el examen físico diario del paciente e investigar nuevos signos y síntomas. Tener en cuenta que se precisan al menos 3 días para valorar la eficacia del tratamiento inicial.

 

Posibles causas

Infección no bacteriana, infección bacteriana resistente al antibiótico, aparición de una segunda infección, niveles inadecuados de antibiótico en suero, síndrome febril por fármacos e infección en un área "avascular" (catéter, abceso).

Si empeora la situación general del paciente y se sigue sin detectar la causa a pesar de una nueva reevaluación se recomienda asociar vancomicina.

Si a pesar de ello continúa febril tras 5-7 días, y la resolución de la neutropenia no es inminente, se recomienda añadir tratamiento antifúngico.

 

Fundamento del tratamiento empírico antifúngico

Las infecciones invasivas por hongos son difíciles de diagnosticar y se asocian a una alta mortalidad.

Estudios randomizados han demostrado la efectividad del tratamiento empírico antifúngico sobre todo en aquellos pacientes neutropénicos que, tras 7 días de tratamiento antibiótico empírico, persisten febriles o presentan recurrencia de la fiebre.

Primera elección: anfotericina B o caspofungina. La anfotericina B convencional (1-1,5 mg/kg/día) aún se usa en algunos centros. Entre las anfotericinas lipídicas se recomienda la anfotericina liposomal (3 mg/kg/día). Si el paciente no ha recibido profilaxis antifúngica y ha permanecido en habitación con filtros HEPA (high-efficiency particulate air), se puede utilizar fluconazol salvo sospecha de aspergilosis. Mantener el antifúngico mientras dure la neutropenia5.

Síndrome febril persistente tras la resolución de la neutropenia: ocurre en una minoría de los pacientes. Interesa descartar causas no infecciosas: por fármacos, transfusional, trombosis venosa profunda. Además tras la resolución de la neutropenia pueden ser evidentes lesiones que antes no lo eran: abcesos, infiltrados pulmonares.

A diferencia de la neutropenia febril, los antibióticos empíricos se pueden suspender tras 4-5 días de la recuperación si el paciente está estable y los cultivos son negativos.

 

Tratamiento ambulatorio en neutropenia febril

El desarrollo del tratamiento ambulatorio en pacientes con NF ha venido precedido por un lado por la demostración de la heterogeneidad de este grupo de pacientes, pudiendo diferenciarse un subgrupo de bajo riesgo (con escaso porcentaje de complicaciones), y por otro a la disponibilidad de antibióticos orales con amplio espectro antibacteriano.

Ventajas: evita la colocación de accesos venosos, disminuye la incidencia de infecciones nosocomiales con patógenos resistentes, mejoran la calidad de vida de pacientes y familiares, disminuyen los costes de tratamiento.

Desventajas: riesgo de desarrollar complicaciones no manejables ambulatoriamente, de mal cumplimiento del tratamiento y menor supervisión.

Estudios prospectivos randomizados16-18 han sugerido que los pacientes de bajo riesgo son razonables candidatos a tratamiento empírico ambulatorio vigilado.

 

Indicaciones

A la vista de estos estudios se puede plantear tratamiento oral ambulatorio de inicio a aquellos pacientes que cumplan los siguientes criterios de bajo riesgo:

– Tratamiento con quimioterapia a dosis convencional de tumores sólidos en los que la duración de la neutropenia prevista sea menor de 7 días.

– Pacientes que no se encuentren ingresados en el momento de desarrollar la NF y con buena tolerancia al tratamiento oral.

– Pacientes que presenten buen estado general sin otras comorbilidades que indiquen gravedad de la infección: hipotensión, oliguria, disfunción orgánica, alteración mental, sangrado incontrolado, taquipnea o fallo respiratorio.

– Tumor controlado.

Se debe asegurar

- Contacto telefónico fluido con su servicio de referencia.

- Visita a los 2 días para valorar evolución.

- Accesibilidad al centro hospitalario, debiendo acudir a urgencias: si aumenta o persiste la fiebre más de 2 días, empeora el estado general o se desarrollan nuevos signos o síntomas.

- Información y colaboración de la familia.

- Cumplimiento de unas guías generales: comida cocinada, cuidados de higiene, evitar el contacto de personas con fiebre o sospecha de infección.

Criterios de ingreso:

- Será requerido por el 10-20% de los pacientes.

- Deterioro del estado general.

- Persistencia de fiebre a los 3 días.

- Nuevo cultivo positivo a los 72 h

Para el tratamiento, se recomienda la asociación de ciprofloxacino (500 mg/8h; 750 mg/12h) con amoxicilina-clavulánico (500 mg/8h).

 

Uso de factores estimulantes de colonias (csf) en pacientes con neutropenia febril

Su fundamento es que en pacientes neutropénicos con infecciones con riesgo vital, la supervivencia está influenciada por la velocidad de la recuperación de la neutropenia.

Estos agentes aceleran la mielopoyesis y estimulan las funciones bactericidas de los neutrófilos maduros.

 

Indicaciones (recomendaciones de la Sociedad Americana de Oncología Clínica 200019):

– No se recomienda su uso de forma rutinaria en pacientes con NF no complicada.

– Se puede considerar su uso en casos de NF de alto riesgo (recuento de neutrófilos <100) o complicada (neoplasia avanzada, sepsis, neumonía, infección fúngica, duración esperada mayor de 7 días, celulitis, abceso, hipotensión o disfunción orgánica).

Un estudio randomizado publicado en el año 2001 sobre 210 pacientes con características de alto riesgo (neutrófilos <l00, latencia <10 días respecto al ciclo previo, sepsis o infección clínicamente documentada en la presentación, comorbilidad severa, performance status 3-4 o ingreso previo), demuestra que añadir G-CSF al tratamiento AB reduce la duración de la neutropenia, la duración del tratamiento antibiótico y del ingreso, y disminuye los costes hospitalarios en estos pacientes20.

 

Existen 2 tipos de factores estimulantes de colonias mieloides:

– G-CSF: estimula la producción, maduración y función de los granulocitos.

– GM-CSF: estimula la formación de colonias de granulocitos, macrófagos y eosinófilos.

Sus efectos secundarios son similares y en general leves: dolores óseos, fiebre y ganancia de peso.

Dosis en adultos: 5 µg/kg/día (sc) para el G-CSF y 250 µg/m/día (sc) para GM-CSF.

 

Discusión 

Si  comparamos  cada  malignidad  por  evento  por  persona, tomando  a  persona  como  la  incidencia  para  la  malignidad en  el  periodo  de  estudio, se  tiene  que  leucemia  tiene  un  riesgo  muy  elevado de  tener  esta  complicación  en comparación  a otros  grupos  de  malignidad.  Si  bien  nuestro  estudio  no  está  diseñado para explicar la razón de este fenómeno, se puede formular la hipótesisque es debido al uso de factores estimulantes de colonias granulocíticas que son administradas  en  la  mayoría  de  pacientes  con  quimioterapia  dirigido a  tumores  sólidos  y  linfomas.  A  nivel  mundial también  se  describe  la  leucemia  como  la  malignidad que causa mayor episodios de neutropenia febril.Los  pacientes  con  malignidades  hematológicas  tuvieron  una  transición  de  protocolos de quimioterapia durante el periodo de nuestro estudio pues se estuvo usando  el  protocolo  AHOPCA  2008  para  las  leucemias  linfocíticas  sin  recaída  hasta  que  paulatinamente  se  introdujo  el  protocolo  CR1-16  en  noviembre  2016.  Con  ambos  protocolos  se  considera  quimioterapia  intensiva  la  fase  de  inducción.  La   intensidad de   la   quimioterapia   no   fue   reflejada   como   complicación   de   neutropenia  febril  en  nuestro  estudio  probablemente  debido  al  diseño  propio  de  este.  Se  toma  como  criterio  de  inclusión  al  paciente  que  ingresa  por  fiebre  y  neutropenia;  y  la  mayoría  de  la  población  en  fase  de  inducción  ingresa  por  su  malignidad para recibir quimioterapia y se mantiene hospitalizado por al menos 15 días (tiempo donde puede realizar la complicación de fiebre y neutropenia sin ser censada por nuestro estudio). Se  realizó  hemograma  a  todo  paciente  a  su  ingreso  al  HNN.  En  este  hemograma  control  se  obtiene  que  la  mayoría  de  los  paciente  tienen  anemia  y  leucopenia;  complicación  esperable  por  efectos  citotóxicos  de  la  quimioterapia.  Además se solicitó biomarcadores para sepsis como PCR y/o PCT a un 96% de la población. En estudios se ha propuestos el uso de PCR como marcador inicial con el  cual  se  ha  determinado  valor  estadístico  para  factores  de  riesgo  para  sepsis  severa.

En   estudios   recientes   se   ha   tratado   de   evidenciar   el   rol   de   procalcitonina en los pacientes neutropénicos febriles, sin embargo no han podido concluir la importancia de la PCT por lo que recomiendan desarrollar más estudios con este biomarcador. Incluso  hay  estudios  donde  se  demuestra  que  el  uso  de  PCT al ingreso no determina valor para riesgo de infección severa.En  concordancia  con  lo  establecido  en  la  literatura,  en  nuestro  estudio  se  demostró que el sitio de infección más frecuente es en vías respiratorias. Siendo el virus respiratorio sincitial el que de mayor prevalencia en nuestra población por lo que se debe de implementar recomendaciones sobre medidas de prevención de infecciones respiratorias.

 

Conclusiones

La  neutropenia  febril  es  una  complicación  frecuente  y  severa  en  los  pacientes   hemato-oncológicos   que   recibe   quimioterapia.   Los   pacientes   con   leucemia   linfocítica   son   los   que   presentan   dicha   complicación   con   mayor   frecuencia. Existen  variables  de factores  de  riesgo  que  pueden  aplicarse  a  estos  pacientes para optimizar el abordaje, reduciendo la toxicidad antibiótica y el riesgo conferido  a  resistencia  microbiana.  A  pesar  de  que  el  riesgo  en  estos  pacientes  para  infección  bacteriana  severa  es  alto,  la  mayoría  de  los  eventos  presentaron  infección  de  vías  respiratorias  obteniéndose  el  Virus  Respiratorio  Sincitial  como  germen más frecuente.

 

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