Ciencias económicas y empresariales

Artículo de investigación  

 

Fenomenología desde la concepción de Bochenski

 

Phenomenology from Bochenski's conception

 

Fenomenologia da concepção de Bochenski

 

 

 

Cristina Guadalupe Ordóñez-Espinoza I
 cgordoneze@ucacue.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-5781-7781
Magdalena Emilia Ordóñez-Gavilanes II
meordonezg@ucacue.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-7860-1314
Mariory Prisila Orbe-Guaraca III
mporbeg@ucacue.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-4239-5675
María Carlina Ordoñez-Espinoza IV
 karly_ordez@yahoo.com
https://orcid.org/0000-0003-0317-2484
I.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


*Recibido: 20 de abril de 2020 *Aceptado: 25 de mayo de 2020 * Publicado: 25 de junio de 2020

 

I.          Magíster en Gestión Empresarial, Ingeniero Empresarial, Aspirante a Doctor en Ciencias Sociales Mención Gerencia de la Universidad de Zulia, Docente de la Universidad Católica de Cuenca, Extensión Cañar, Ecuador.

II.       Magíster en Gestión Empresarial, Ingeniero Empresarial, Aspirante a Doctor en Ciencias Sociales Mención Gerencia de la Universidad de Zulia, Docente Investigadora de la Universidad Católica de Cuenca, Extensión Cañar, Ecuador.

III.     Magíster en Gestión Empresarial, Ingeniero Empresarial, Aspirante a Doctor en Ciencias Sociales Mención Gerencia de la Universidad de Zulia, Docente de la Universidad Católica de Cuenca, Extensión Cañar, Ecuador.

IV.     Magíster en Intervención y Educación Infantil, Licenciada en Ciencias de la Educación Mención Orientación Vocacional, Docente de Educación Básica, Ecuador.

Resumen

La fenomenología ha sido uno de los grandes aportes en la filosofía y la investigación desde el siglo XX hasta nuestros tiempos, especialmente en las Ciencias Sociales o Humanas; su desarrollo ha girado en torno al debate entre la esencia y la existencia, y casi se ha concentrado fundamentalmente en lo expuesto por Husserl y luego, por los filósofos existencialistas, como Heidegger. El presente artículo tiene como finalidad realizar un análisis de la Fenomenología desde la postura de Bochenski, quien realizó significativos aportes y ha sido escasamente estudiado. Con base en un estudio documental, se observó que su pensamiento, fundamentado en la filosofía y en la lógica formal, plantea una visión intelectual del objeto, basándose en la intuición, entendida como ver “las cosas mismas”. Para ello es necesario realizar una triple reducción o eliminación, llamada epojé, que significa suspender juicio, soltar los presupuestos o colocar entre paréntesis toda subjetividad para la obtención de un verdadero conocimiento científico. Todo ello con base en una serie de definiciones terminológicas sin las cuales es imposible entender su punto de vista.

Palabras claves: Bochenski; fenomenología; método fenomenológico.

 

Abstract

Phenomenology has been one of the great contributions in philosophy and research from the 20th century to our times, especially in the Social or Human Sciences; Its development has revolved around the debate between essence and existence, and has almost concentrated mainly on what Husserl and later on existentialist philosophers, such as Heidegger, have stated. The purpose of this article is to carry out an analysis of Phenomenology from the position of Bochenski, who made significant contributions and has been scarcely studied. Based on a documentary study, it was observed that his thinking, based on philosophy and formal logic, proposes an intellectual vision of the object, based on intuition, understood as seeing "the things themselves". For this, it is necessary to carry out a triple reduction or elimination, called epojé, which means suspending judgment, releasing budgets or placing in brackets all subjectivity to obtain true scientific knowledge. All this based on a series of terminological definitions without which it is impossible to understand his point of view.

Keywords: Bochenski; phenomenology; phenomenological method.

 

Resumo

A fenomenologia tem sido uma das grandes contribuições em filosofia e pesquisa desde o século XX até os nossos dias, especialmente nas ciências sociais ou humanas; Seu desenvolvimento girou em torno do debate entre essência e existência, e quase se concentrou principalmente no que Husserl e mais tarde filósofos existencialistas, como Heidegger, declararam. O objetivo deste artigo é realizar uma análise da Fenomenologia a partir da posição de Bochenski, que fez contribuições significativas e pouco foi estudado. Com base em um estudo documental, observou-se que seu pensamento, baseado na filosofia e na lógica formal, propõe uma visão intelectual do objeto, baseada na intuição, entendida como vendo "as próprias coisas". Para isso, é necessário realizar uma redução ou eliminação tripla, denominada epojé, que significa suspender o julgamento, liberar orçamentos ou colocar entre parênteses toda a subjetividade para obter o verdadeiro conhecimento científico. Tudo isso baseado em uma série de definições terminológicas sem as quais é impossível entender seu ponto de vista.

Palavras-chave: Bochenski; fenomenologia; método fenomenológico.

 

Fenomenología desde la concepción de Bochenski

Uno de los aportes más destacados de la epistemología contemporánea, se encuentra concentrado en la fenomenología, la cual, con su postura postpositivista, es utilizada con frecuencia en diversas áreas de las Ciencias Sociales en la actualidad. Sin embargo, más allá de las consideraciones generales con que suele aparecer en libros y tratados de metodología, es importante estudiar las aproximaciones entre ésta (desde el punto de vista epistemológico) y la filosofía, y luego con la metodología.

Es por ello que este artículo se plantea un abordaje de la fenomenología desde uno de los autores que desarrolla importantes planteamientos a partir de la filosofía y la lógica, para razonar acerca de la forma de hacer pensamiento científico a partir de ella. Se hace así un estudio de los planteamientos de Jósef María Bochenski, Czuszów, Polonia, Fribourg, Suiza, quien fuera un importante pensador del siglo XX, y cuyos aportes son escasamente estudiados.

Para la realización del análisis, se parte primero de algunas consideraciones generales en torno a la fenomenología, para luego desplegar lo expuesto específicamente por Bochenski acerca de varios asuntos neurálgicos, con sus elementos ontológicos, epistemológicos y metodológicos.  Todo ello no sin antes aclarar algunos términos fundamentales para comprender sus ideas más importantes.

En torno a la fenomenología y su método

Sobre la fenomenología se viene escribiendo desde hace más de doscientos años, y de ella han hablado notables pensadores tales como Hume, quien da pie para la distinción entre la realidad nouménica y la fenoménica, posteriormente expuesta por Kant; Hegel, que se opuso a Kant en su idea de que la cosa-en-sí no se puede conocer, escribiendo la Fenomenología del espíritu; a ésta se enfrentaron Kierkegaard, Heidegger y Sartre, con su filosofía existencialista; y Marx con su doctrina materialista. También está Brentano, maestro de Husserl, este último conocido como el padre de la fenomenología, ampliado metodológicamente por Scheler; Bachelard, que desarrolló la fenomenología de las religiones; Schütz, cuyos aportes en una fenomenología del mundo social influyeron en Berger y Luckman; entre otros.

Como puede observarse, los supuestos más importantes de la fenomenología, han venido evolucionando con los años, siendo Husserl su máximo exponente; por esta razón, es con base en los planteamientos de éste, que se define la fenomenología y que se habla de su método y sus supuestos más importantes. Así,

La fenomenología designa un nuevo método descriptivo que hizo su aparición en la filosofía a principios del siglo XX y una ciencia apriorística que se desprende de él y que está destinada a subministrar el órgano fundamental para una filosofía rigurosamente científica y posibilitar, en un desarrollo consecuente, una reforma metódica de todas las ciencias[1].

 

Como perspectiva general propia del post-positivismo, los cuestionamientos en torno a la noción de razón se hacen presentes en la fenomenología de Husserl y muchos de los autores que la desarrollan. Para ello,

La razón se limita a sí misma cuando sólo considera como verdadero lo verificable, independientemente de a quién y cómo sirva; la razón de confina, se cuarta a sí misma cuando no muestra, ni quiere mostrar, su perspectiva humana, social, histórica[2].

 

Según Kolakowski, el esfuerzo de Husserl consistió en la búsqueda por “restaurar la esperanza en el retorno a una intuición absolutamente primordial en el conocimiento y en la victoria sobre el relativismo y el escepticismo”[3]. Desarrollará así la fenomenología pura o trascendental, la cual es considerada “no como una ciencia de hechos, sino como una ciencia de esencias (como una ciencia ‘eidética’); como una ciencia que quiere llegar exclusivamente a ‘conocimientos esenciales’ y no fijar, en absoluto, hechos”[4].

Toda vez que la fenomenología se trata, pues, de una ciencia de esencias, de una ciencia eidética, sus planteamientos parten fundamentalmente de definiciones de estilo filosófico, con terminologías derivadas de la filosofía y de la lógica, atendiendo a su vez a varias de sus principales leyes y teorías. La más importantes de estas definiciones es la de la esencia misma, diferenciada de la existencia como su opuesto. Pero la esencia no se define sino a partir de la definición del conocimiento, denominado por Husserl como conocimiento natural, el cual tiene como horizonte de indagación el mundo como expresión de todo lo real, de allí el “ser en el mundo”[5], que luego será desarrollado por Heidegger desde la fenomenología existencialista.

En torno al conocimiento así concebido, se desprenderán las demás definiciones de interés para comprender la fenomenología, pero entendiéndolo más bien como “una vivencia psicológica y se da, pues, en el sujeto que conoce. Esta vivencia, a su vez, tiene un objeto, el objeto conocido, que no parte de la vivencia misma, sino que está frente a ella”[6]. Pero este objeto no es sólo “un ‘eso que está allí (…) [sino que le] es inherente tener precisamente una esencia y por tanto un eidos que hay que aprehender en su pureza, y este eidos se halla sujeto a verdades esenciales de diverso grado de universalidad”[7].

En este sentido, la esencia se refiere a las cualidades del objeto de la experiencia, explicada por Husserl en los siguientes términos:

Ante todo designo “esencia” lo que se encuentra en el ser autárquico de un individuo constituyendo lo que él es. Pero todo “lo que” semejante puede “trasponerse e idea”. Una intuición empírica o individual puede convertirse en intuición esencial (ideación) – posibilidad que por su parte no debe considerarse como empírica, sino como esencial. Lo intuido en este caso es la correspondiente esencia pura o eidos, sea la suma categoría, sea una división de la misma, hasta descender a la plena concreción[8].

De tal suerte que, la esencia, es lo que hace que el objeto sea lo que es, le aporta sus elementos distintivos, característicos, esenciales. Ahora bien, “todo lo inherente a la esencia del individuo puede tenerlo otro individuo, y los sumos universales esenciales (…) acotan ‘regiones’ o ‘categorías’ de individuos”[9]. Quiere decir esto, que la esencia es la que, agrupándose, constituye las categorías o clases de objetos que se aprecian de acuerdo a las similitudes esenciales que los unen.

Esta esencia es la que se estudia a través del método fenomenológico, basado fundamentalmente en la epojé (reducción fenomenológica), que consiste originariamente en un estado de conciencia basado en el no-juicio, y llevado por Husserl a una puesta entre paréntesis del objeto (la realidad) y de la realidad misma, dejando de lado los prejuicios y teorías preexistentes en torno a dicho objeto.

Fundamentándose en la duda cartesiana como principio del conocimiento, “el método [fenomenológico] aplicado correctamente, nos invita siempre a mantenerse en la actitud de la pregunta, aun cuando se llegue a respuestas”[10]. Ante la duda como principio para la pregunta fenomenológica constante, la epojé deviene "modo sui generis de conciencia (...) Este cambio de valor es cosa de nuestra absoluta libertad y hace frente a todos los actos en que el pensar toma posición"[11].

En definitiva, siguiendo lo expuesto por Fullat (s/a), se debe distinguir entre die Erscheinung —“la aparición” y das Ersheinendes —“lo que aparece” —. Ambos términos provienen del verbo alemán erscheinen —“aparecer”—. El vocablo Fenomenología procede del verbo griego phaino —“aparecer”, “mostrar”, “brillar”, “hacer visible”, “manifestar”, “alumbrar”, “ostentar”, “exhibir”—; phainomenon fue el participio presente de tal verbo significando: “lo-que-se-manifiesta”. Lo manifestado, ¿dónde? ¿ante qué instancia?, mostrado ante la apercepción, o acto de enterarse, o acto de conciencia, de algo. La conciencia, o “darse-cuenta-de”, comienza inyectando sentido —Sinngebung— para luego convertir este sentido en un ente —Seiendes—, en un objeto de conocimiento.[12]

De este modo, “lo dado no debe ser explicado: la fenomenología debe ser imparcial y descriptiva (…) y cuando alcanza lo que de invariable hay en un fenómeno capta entonces la esencia de éste, su eidos, y deviene en ‘ontología’”[13]. Con base en esta perspectiva, la fenomenología, especialmente de la de Husserl, tiene como ámbito central de estudio la conciencia y la intención¸ a través de las cuales se realiza la aproximación a “las cosas mismas” en desconexión con su contexto circundante, los prejuicios y teorías, conocimientos previos e hipótesis que pudieran existir en torno a dichas cosas. Esto presupone partir de un punto exento de presupuestos y sin vinculaciones, y este punto en particular, será el eje de los cuestionamientos más reiterados que se realizan a los planteamientos husserlianos sobre la fenomenología.

En torno a la fenomenología desde el punto de vista de Bochenski

Fraile dominico estudioso de la Lógica, Bochenski se sitúa fundamentalmente en el campo de la filosofía, dentro de la cual desarrolla una serie de planteamiento en los cuales aborda los más diversos asuntos del pensar. Uno de ellos, obviamente, es el del conocer y del pensamiento, y con ello, la ciencia y los métodos para hacerla. Su copiosa producción y sus aportes son poco estudiados y la mayoría de su obra no ha sido traducida al español, contando sólo con traducciones de Introducción al pensamiento filosófico, La filosofía actual, Historia de la lógica formal y Los métodos actuales del pensamiento, este último dedicado y a la teoría del conocimiento y la epistemología más propiamente. Tomando en consideración que el presente artículo pretende realizar una aproximación a los planteamientos de Bochenski en torno a la fenomenología, se hará especial énfasis en lo expuesto por el autor en su libro Los métodos actuales del pensamiento, traducido al español en 1957, y en el cual dedica un capítulo entero a hablar de la fenomenología.

Sobre dicho libro, el mismo Bochenski expone que “trata de los métodos de pensamiento; el libro pertenece, por tanto, al campo de la metodología general, que es aquella parte de la lógica que se ocupa de la aplicación de sus leyes en el ejercicio del pensamiento”[14]. Es decir, que el texto se desarrolla a partir de la lógica y que aborda elementos de la metodología de modo general, considerando a esta última, parte de la primera, con lo que establece también un puente entre la lógica y la epistemología. Considera también la metodología como la teoría de los métodos, distanciándose notoriamente de cualquier exposición procedimental acerca de los modos de utilizar los métodos para el momento de investigar. En sus propias palabras:

El método es la forma y manera de proceder en cualquier dominio, es decir, de ordenar la actividad y ordenarla a un fin. La metodología es teoría del método” (…) pueden dividirse en dos clases: las que versan sobre la técnica física y las que se ocupan de las acciones del espíritu (…) hay una metodología general del pensamiento teórico: trata de los métodos que o pueden aplicarse a todo pensamiento teórico o, al menos, a grandes grupos de ciencias. Esta metodología, y solamente ésta, es una parte de la lógica. Es la metodología general del pensamiento científico[15].

 

Ahora bien, para poder abordar este contenido, es preciso situar previamente la perspectiva desde la cual Bochenski despliega su pensamiento ,y esto lo encontramos en su libro Introducción al pensamiento filosófico, donde queda explícita su postura cartesiana ante el saber, al afirmar contundentemente:

1ª. Existe con toda certeza algo. 2ª. Podemos con toda certeza conocer algo de lo que existe. 3ª. Es igualmente evidente y cierto que podemos comunicar a los otros algo de lo que conocemos. Y, mientras no se me presenten argumentos mejores que los que hallo en Descartes, no veo razón alguna para mudar de opinión[16].

 

Con esto se observa la postura cartesiana del autor, lo cual incidirá determinantemente en el núcleo de sus argumentos más importantes, reiterando además, que la fenomenología deriva de una postura post-positivista que es, de suyo, cartesiana. Por ende, Bochenski es un pensador realista, que en cuanto a la verdad considera que “si se ha conocido algo se sabe que es verdad”[17]. Desde esta visión, la ciencia,

Subjetivamente entendida no es otra cosa que (…) un saber sistemático. Es,

a)       Un saber, es decir, una propiedad del sujeto humano individual. (…) Ciencia, en este sentido, no es otra cosa que una especial aptitud unida naturalmente a un saber propio, en este caso el conocimiento de muchas leyes.

b)       Un saber sistemático. No todo el que conoce algo de un dominio del saber posee ciencia de él, sino sólo aquél que ha penetrado sistemáticamente en él y que, además de los detalles, conoce las conexiones de los contenidos.

 

Objetivamente entendida la ciencia no es un saber, sino un conjunto de proposiciones objetivas (…) se trata de una construcción social

 

a)    es un conjunto sistemático de proposiciones objetivas que corresponden al carácter sistemático de la ciencia subjetivamente entendida

b)   No todas las proposiciones pertenecientes a su dominio entran a formar parte de la ciencia, sino solamente aquellas que son, al menos, conocidas por un hombre

 

Con estas bases, pasamos a abordar lo que Bochenski expone acerca de la fenomenología; se realizó en este artículo un preámbulo con las ideas más importantes de ésta desde el punto de vista de Husserl, precisamente porque Bochenski despliega sus argumentos a partir de un cuestionamiento a Husserl en varios de sus postulados, no sin antes hacer un recorrido por los diversos autores y pensadores que la han mencionado en sus estudios. Además, ofrece un conjunto de definiciones previas que establecen la terminología precisa que utiliza para hablar de este método, dividiéndola en terminología ontológica, psicológica, semiológica y gnoseológica. Entre estas definiciones, destacan:

 

Tabla 1 Resumen de la terminología de Bochenski

Orden de lo real:              

Ser        

Contenido

Orden del proceso cognoscitivo

Concebir

Juzgar

Orden de las proposiciones objetivas

Concepto objetivo

Proposición objetiva

Orden de los productos subjetivos

Concepto subjetivo

Proposición subjetiva

Orden del lenguaje

Nombre

Enunciado

Fuente: Elaboración propia

Para comprender el sentido dado a estos términos, vale realizar las siguientes precisiones: para Bochenski, “el mundo consta de cosas (cosas, sustancias) (…) que son determinadas mediante diferentes propiedades (… ) y que están vinculados entre sí por medio de relaciones”[18]. Este principio ontológico conduce a la definición del ente, en el cual “se pueden distinguir dos aspectos o momentos: su esencia (quididad, ser así), lo que es; y su existencia, que consiste en que el ente es”[19]. Dicho ente, se manifiesta en el mundo a través de lo que el autor denomina configuraciones, de lo cual se desprende que el mundo todo no es más que una gran configuración, donde todos los entes están vinculados por una serie infinita de relaciones entre sí.

Este argumento es uno de los más fértiles en el debate fenomenológico, ya que muchos filósofos consideran que sólo hay cosas, mientras que otros dicen que sólo hay relaciones. Según sean las cosas o las relaciones el objeto de conocimiento, será diferente el modo de aprehenderlo. Ahora bien, este conocimiento es también entendido como saber, y es en torno a éste que gira parte de la filosofía y, más específicamente, la metodología. Pero este saber consta de un principio psicológico, al ser entendido como “algo psíquico, algo que se encuentra en el alma y sólo en ella”. Este saber se encuentra, además, limitado estrictamente al saber humano, no se entiende “como acto o proceso, sino como propiedad, más exactamente como un estado” (…) “no se da un saber ‘en sí’–es decir, un saber fuera del alma del hombre individual-; todo saber es saber de un hombre particular”[20].

Este saber así entendido, consta de un objeto, lo que se sabe, y este objeto sólo puede ser una configuración, tal como se definió arriba. Bochenski sostiene, y quizá aquí radica el centro de todo su pensamiento fenomenológico, que una cosa (sustancia), una propiedad o una relación, nunca llegan a saberse totalmente. Lo único que llega a saberse plenamente es la configuración o el contenido que dicha cosa, propiedad o relación. Es decir, aludiendo a la tabla anterior, lo que se llega a saber es el contenido, no el “ser en sí”. Dicho “ser en sí” se transformará en el saber, en lo que de él se sabe, por ende,

Las cosas, propiedades y relaciones se convierten en conceptos; los contenidos en proposiciones… no basta el concepto para el saber: el saber se refiere a contenidos y éstos se convierten en proposiciones; las proposiciones, sí, son ya suficientes para el saber[21]

 

Como vemos hasta ahora, lo que realmente se convierte en objeto del saber, son las proposiciones, y éstas, a su vez, son las que portan contenidos. Dicho de otro modo, los contenidos se concentran dentro de las proposiciones, por eso éstas se convierten en el objeto real del saber.  Así, el concepto le corresponde al ser y la proposición le corresponde al contenido, y habrá proposiciones y contenidos tanto objetivos como subjetivos

En este orden discursivo, el lenguaje se corresponde con las proposiciones, específicamente con las objetivas, ya que no son la “cosa en sí”, sino los contenidos que se elaboran respecto a la cosa. Por ello se distingue el nombre del enunciado, encontrándose el primero a nivel del ser y del concepto, y el segundo a nivel del contenido y la proposición. Así queda definido semióticamente el conjunto de términos que sustentan el pensamiento central de Bochenski en torno al saber.

Desde el punto de vista gnoseológico, y en función de la noción de verdad, el autor considera que una proposición es verdadera, si corresponde a algo, es decir, si el Sachverhalt a que se refiere se da, existe. Es falsa, a su vez, si no corresponde a algo, es decir, si el contenido a que alude no existe. La palabra verdad significa una propiedad de una proposiciónón o de un enunciado, que consiste en que su correspondiente contenido se da en la realidad. Análogamente, puede definirse el sentido de la palabra falsedad[22]

Esta consideración ratifica (insistimos en ello) el enfoque cartesiano de este autor, toda vez que insiste en afirmar que la ciencia, en tanto tal, tiene como finalidad la búsqueda de la verdad y debe procurar construir enunciados verdaderos, es decir, que se correspondan con un determinado contenido, y éste, a su vez, con “la cosa en sí”.  Este propósito, desde su particular punto de vista, se puede lograr mediante dos vías:

1.       Aprehendiendo sensible o intelectualmente la configuración; por ejemplo, si se quiere saber si la proposición esta mesa es oscura es verdadera, basta con mirar la mesa; tal conocimiento lo llamaremos directo.

2.       Aprehendiendo, en lugar de la configuración en cuestión, otros contenidos, deduciendo de ellos el primero. Esta forma de conocimiento será llamada conocer indirecto. Obsérvese que toda interpretación a base de signos, es un conocimiento indirecto ya que vemos, de una parte, signos materiales (por ejemplo, pequeñas manchas de tinta), y por otra (intelectualmente), ciertas conexiones generales entre tales signos y sus contenidos.[23]

 

Tal como dijimos anteriormente, buena parte de sus argumentos surgen como parte de un cuestionamiento a Husserl, afirmando incluso que su discurso es apenas entendible y que, por ende, no logra delinear por completo una fenomenología como tal. Así, para Bochenski (citado por Fullat, s/a), “Husserl distingue entre contenido de un concepto lógico –o sea, su sentido – y contenido psicológico del mismo”, y desde esta visión, creer en algo constituye un hecho psíquico, y lo que ese algo es, en sí mismo, es un asunto lógico-epistemológico; por ende, lo que se debe indagar no es la idea o el juicio que se tenga sobre ese algo, sino el contenido del juicio o de la idea.  Esto se debe a que la realidad es lo captable por los sentidos, y va a residir entonces en la conciencia y la intuición de la quien la capta.

Se puede puntualizar, que la fenomenología en Bochenski consiste en la “visión intelectual del objeto basándose en una intuición ‘hacia las cosas mismas’”[24]. Pero esta intuición es aquí entendida como la observación objetiva de “lo dado”, la contemplación de “la cosa en sí”. Dicha intuición es, por tanto, descriptiva, descomponiendo “la cosa en sí” en todas sus partes para analizarlas y abarcar su complejidad; sin embargo, este autor considera que llegar a este estado es casi imposible, ya que supone desprenderse de toda subjetividad y conocimiento previo, para poder contemplar “la cosa en sí”. Esto se debe a que: el hombre está estructurado de tal manera que tiene una inclinación casi insuperable a ver más de lo que hay en el objeto. Estos elementos extraños al objeto lo son o por representaciones emocionales subjetivas, (así un hombre cobarde considera al enemigo doblemente fuerte) o a causa de otro saber adquirido que está unido al objeto y que hace que proyectemos en él nuestras hipótesis, teorías, representaciones, etc.[25].

Para poder alcanzar el saber antes descrito, se debe entonces alcanzar un estado contemplativo, sin prejuicios, en el que sólo se observe cómo es un determinado objeto, sin valorar sus usos, funciones o relaciones. Este ejercicio es el que permite alcanzar la reducción fenomenológica de la que se habló anteriormente; por ende, puede afirmarse que la fenomenología es un paradigma eidético para estudiar las esencias; el autor considera como una ciencia pura a priori, en la que a más de las reducciones de lo subjetivo, de lo teórico y de la tradición, se realice una especie de suspensión la existencia, para captar más bien las puras esencias de lo real, revisando sus contenidos de conciencia: esencias lógicas, principios éticos, etc., tal como se manifiestan por sí mismos. Esta reducción requiere de los siguientes procesos:

a)        Eliminación de todo lo subjetivo, la actitud ante el objeto sebe ser objetiva, se debe excluir todo lo proveniente del sujeto, como son: sus ideas, pensamientos, deseos, sentimientos, etc.

b)       Eliminación de todo lo teórico, es decir las hipótesis, presupuestos, postulados que haya sobre el objeto dado.  

c)        Eliminación de toda tradición, lo que se ha venido enseñando acerca del objeto, es decir no se considerar lo que otros afirman como fundamento seguro en donde apoyarse.

 

Una vez purificado el objeto hay que hacer aún una doble reducción o eliminación:

d)       La de la existencia de las cosas (no la negación), no entra en cuestión si el objeto existe o no, se puede considerar objetos puramente imaginados,

e)        La de todo lo que puede ser accesorio a la esencia de la cosa, para que quede la esencia pura.

 

Sobre este punto en particular, la fenomenología como método se puede presentar según Reyes (1991), de acuerdo con los siguientes procesos o momentos:

1.        Reducción fenomenológica: Consiste en "poner entre paréntesis", realizar una suspensión de juicio (epoché), el resultado de esta reducción o epoché queda el "residuo fenomenológico", a saber, las vivencias o fenómenos de la conciencia, cuya estructura intencional presenta dos aspectos fundamentales: el contenido de conciencia, noema, y el acto con que se expresa este contenido, noesis.

2.       Reducción eidética: Es la realidad fenoménica, por una libre consideración de todas las posibilidades que la razón descubre en ella, pierde las características individuales y revela una esencia constante e invariable. La razón pone entre paréntesis todo lo que no es fenómeno y del fenómeno, todo lo que no constituye su esencia y su sentido, su forma o su idea, intuición o reducción eidética. La ciencia de estas esencias, y su descripción, es la tarea fundamental de la fenomenología.  

3.       Reducción trascendental: Es resultado de la reducción fenomenológica, no es sólo la aparición de lo que se da a conocer a la conciencia, sino también el que todo es conciencia. Esta unidad de noema y noesis configura la unidad de conciencia, la subjetividad o el sujeto trascendental. De esta conciencia trascendental, surge el mundo conocido.

4.       Mundo e intersubjetividad: Es donde en la misma conciencia está ya presente el mundo, porque de la misma manera que no hay conciencia sin sujeto tampoco la hay sin mundo. La fenomenología lleva metódicamente al descubrimiento y análisis de los objetos del mundo y de los demás. Los otros, inicialmente también puestos entre paréntesis, como sujetos conscientes, son con los que construimos el sentido del mundo para todos nosotros.

 

En definitiva, es la fenomenología en Bochenski más bien una actitud ante el conocimiento y el saber, en lugar de un método con unos determinados procedimientos, toda vez que, para él, la metodología es más bien una expresión de la filosofía, y para hacer ciencia del modo correcto, se deben comprender sus principios y términos. En el ejercicio de la búsqueda de la verdad, el investigador debe despojarse de prejuicios y pre-conceptos, para mirar objetivamente “la cosa en sí” que ha convertido en objeto de conocimiento.

 

Referencias

1.        Bachelard, G. La formación del espíritu científico: Contribución a un psicoanálisis de conocimiento objetivo (20a ed). México DF: Siglo XXI Editores, 2007.

2.        Berger, P., y T. Luckmann. La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 2001.

3.        Bochenski, J.M. «Introducción al pensamiento filosófico.» https://circulosemiotico.flies.wordpress.com.  s/a. https://circulosemiotico.files.wordpress.com/2012/10/bochensky-i-m-introduccion-al-pensamiento-filosofico.doc.

4.        Los métodos actuales del pensamiento (13a ed.). Traducido por Raimundo Drudis Baldrich. Madrid: Ediciones RIALP, S.A., 1979.

5.        Bolio, A. «Husserl y la fenomenología trascendental: Perspectivas del sujeto en las cienias del siglo XX.» Reencuentro (Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco), nº 65 (2012): 20-29.

6.        Brentano, F. Psychologie vom empirischen Standkpunkte. Leipzig: Duncker & Humblot, 1874.

7.        De la Cruz, A. «El giro hermenéutico de la fenomenología: De Husserl a Heidegger.» A Parte Rei: Revista de Filosofía (En Línea), nº 38 (2005): Disponible en: http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/cruz38.pdf.

8.        Fullat, O. «Edmund Husserl (1859-1938).» www.octavifullat.com. s.f. www.octavifullat.com/we_images/1493221009.pdf.

9.        Hegel, G.W.F. Fenomenología del espíritu. México: Fondo de Cultura Económica, 2017.

10.    Heidegger, M. Ser y tiempo. Madrid: Trotta, 2012.

11.    Hume, D. Tratado sobre la Naturaleza Humana (4a ed). Madrid: Tecnos, 2005.

12.    Husserl, E. «Artículo.» En Enciclopedia Británica. México: UNAM, 1990.

13.    Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. México: Fondo de Cultura Económica, 1962.

14.    Investigaciones lógicas. Madrid: Alianza Editorial, 2006.

15.    Kant, I. Crítica de la Razón Pura. México: Porrúa, 2005.

16.    Kierkegaard, S. O lo uno o lo otro. Madrid: Trotta, 2006.

17.    Kolakowski, L. Husserl y la búsqueda de la certeza. Madrid: Alianza Editorial Madrid, 1983.

18.    Lambert, C. «Edmund Husserl: La idea de la fenomenología.» Teología y Vida XLVII (2006): 517-529.

19.    Marx, K. El capital. México: Siglo XXI , 2017.

20.    Osorio, F. «El método fenomenológico.» Cinta de Moebio (Universidad de Chile), nº 3 (1998).

21.    Reyes, M. Invitación a la Fenomenología. España: Paidos, 1991.

22.    Sartre, J.P. El ser y la nada. España: Losada, 2016.

23.    Scheler, M. Esencia y formas de la simpatía. Buenos Aires: Losada, 2004.

24.    Schütz, A. La construcción significativa del mundo social. Introducción a la sociología comprensiva. Barcelona : Ediciones Paidós, 1932.

 

 

 

 

 

 

 

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[1] Husserl, Artículo en la Enciclopedia Británica, 1990

[2] Bolio, Husserl y la fenomenología trascendental, en Revista Estipendio, 2012

[3] Kolakowski, Husserl y la búsqueda de la certeza, 1983

[4] Husserl, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, 1962

[5] Husserl, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, 1962

[6] Lambert, Edmund Husserl: La idea de la fenomenología, 2006

[7] Husserl, 1962

[8] Husserl, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, 1962

[9] Husserl, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, 1962

[10] Osorio, El método fenomenológico, 1998

[11] Husserl, 1962

[12] Fullat, s/a.

[13] De la Cruz, El giro hermenéutico de la fenomenología: De Husserl a Heidegger, 2005

[14] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[15] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[16] Bochenski, Introducción al pensamiento filosófico, s/a

[17] Bochenski, Introducción al pensamiento filosófico, s/a

[18] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[19] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[20] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[21] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[22] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[23] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[24] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979

[25] Bochenski, Los métodos actuales del pensamiento, 1979