Ciencias de la educación
Artículo de investigación
El estado emocional en el rendimiento académico de los estudiantes en Portoviejo, Ecuador
The emotional state in the academic performance of students in Portoviejo, Ecuador
O estado emocional no desempenho acadêmico de estudantes em Portoviejo, Equador
*Recibido: 30 de mayo de 2020 *Aceptado: 03 de junio de 2020 * Publicado: 16 de junio de 2020
I. Licenciada en Ciencias de la Educación Mención Educación General Básica, Maestrante de la Maestría de Innovación en Educación en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Manabí, Portoviejo, Ecuador.
II. Magíster en Gerencia Educativa, Magíster en Orientación Educativa Vocacional y Profesional, Licenciado en Ciencias de la Educación Especialidad Psicología y Orientación Vocacional, Profesor de Segunda Enseñanza, Docente en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Manabí, Portoviejo, Ecuador.
Resumen
El objetivo de este estudio fue analizar la relación de los estados emocionales con el rendimiento académico de los estudiantes de Portoviejo, Ecuador. En consecuencia, se ha seguido una metodología basada en la compilación bibliográfica referente a la temática tratada, desde enfoque interpretativo-deductivo, bajo el tipo de una investigación documental-bibliográfica. En función de ello, se realizó una revisión bibliográfica de 25 textos de académicos publicados entre los años 2015 y 2020, no obstante, se incluyó trabajos de años anteriores a la fecha mencionada dada la significancia para este estudio, que abordaran la relación entre los estados emocionales y el desempeño académico, con el fin de identificar las concepciones predominantes de emociones en el campo educativo. El criterio de selección se basó en aspectos como aportes, pertinencia y relevancia. Se encontró que los resultados de las investigaciones consultadas coinciden que encuentran correlación entre el estado emocional y rendimiento académico. Así, los estados emocionales favorables conducen a altas calificaciones y por el contrario los estados emocionales no favorables influyen en la obtención de bajas calificaciones. Se concluye que predomina una visión de que los estados emocionales inciden en el éxito académico del estudiante en cualquier nivel educativo y se propone una educación emocional desde la infancia para el desarrollo de habilidades, destrezas y competencias orientadas a la formación de estudiantes sanos emocionalmente para mejorar la calidad de la educación.
Palabras claves: Emociones; aprendizaje; rendimiento; educación.
Abstract
The objective of this study was to analyze the relationship of emotional states with the academic performance of students from Portoviejo, Ecuador. Consequently, a methodology based on the bibliographic compilation referring to the subject matter has been followed, from an interpretive-deductive approach, under the type of a documentary-bibliographic investigation. Based on this, a bibliographic review of 25 academic texts published between 2015 and 2020 was carried out, however, works from years prior to the aforementioned date were included given the significance for this study, which addressed the relationship between the states emotional and academic performance, in order to identify the predominant conceptions of emotions in the educational field. The selection criteria was based on aspects such as contributions, relevance and relevance. It was found that the results of the researches consulted coincide that find a correlation between emotional state and academic performance. Thus, favorable emotional states lead to high scores, and conversely, unfavorable emotional states influence the achievement of low scores. It is concluded that there is a prevailing vision that emotional states affect the academic success of the student at any educational level and an emotional education from childhood is proposed to develop skills, abilities and competencies aimed at training emotionally healthy students to improve The quality of education.
Keywords: Emotions; learning; performance; education.
Resumo
O objetivo deste estudo foi analisar a relação dos estados emocionais com o desempenho acadêmico de estudantes de Portoviejo, Equador. Consequentemente, seguiu-se uma metodologia baseada na compilação bibliográfica referente ao assunto, a partir de uma abordagem interpretativo-dedutiva, sob o tipo de investigação documental-bibliográfica. Com base nisso, foi realizada uma revisão bibliográfica de 25 textos acadêmicos publicados entre 2015 e 2020, no entanto, foram incluídos trabalhos de anos anteriores à data mencionada, dada a importância deste estudo, que abordava a relação entre os estados. desempenho emocional e acadêmico, a fim de identificar as concepções predominantes de emoções no campo educacional. O critério de seleção foi baseado em aspectos como contribuições, relevância e relevância. Verificou-se que os resultados das pesquisas consultadas coincidem e encontram correlação entre estado emocional e desempenho acadêmico. Assim, estados emocionais favoráveis levam a escores altos e, inversamente, estados emocionais desfavoráveis influenciam a obtenção de escores baixos. Conclui-se que existe uma visão predominante de que estados emocionais afetam o sucesso acadêmico do aluno em qualquer nível educacional e é proposta uma educação emocional desde a infância para desenvolver habilidades, habilidades e competências destinadas a treinar estudantes emocionalmente saudáveis para melhorar A qualidade da educação.
Palavras-chave: Emoções; Aprendendo; Desempenho; Educação.
Introducción
Las emociones constituyen una parte fundamental de los seres humanos, por lo tanto, están presentes en diversos aspectos de la vida de las personas. De acuerdo con (Maturana, 1992) "todas las acciones humanas se fundan en lo emocional, independientemente del espacio operacional en que surjan, y no hay ninguna acción humana sin una emoción que la establezca como tal y la torne posible como acto". Estas afirmaciones indican que las emociones están vinculadas a la naturaleza humana, por lo cual influyen en relacionar en todos los ambientes donde se desenvuelve la vida de las personas.
En tal sentido, la educación no es ajena a esta situación y, ciertamente, las emociones en el ámbito educativo inciden de manera directa en el proceso enseñanza-aprendizaje. Tal como lo afirma (Rojas, 2019), “las emociones son vitales en el aprendizaje. Por lo tanto, el conocer cómo se manejan y qué beneficios tienen en los procesos de educación es fundamental.” De este modo, en el contexto educativo es imprescindible tomar en cuenta la influencia de las emociones para los fines de los objetivos educacionales, como lo es el logro de acuerdo con (Ausubel, 2000) de aprendizajes significativos, cónsonos con la educación que demanda la sociedad moderna.
En atención a lo anterior, el objetivo general de la educación en cualquier sociedad como afirma (León, 2012), “es el pleno desarrollo de la personalidad integral del individuo.” A este propósito, el desarrollo emocional es una parte indisociable del desarrollo global de la persona. En la misma línea, este autor señala que en este desarrollo pueden distinguirse como mínimo dos grandes objetivos: “el desarrollo cognitivo y el desarrollo emocional. Ambos elementos son esenciales para el desarrollo de la personalidad integral de la persona.”(León, 2012)Es así, que el ser humano es una unidad donde convergen distintas manifestaciones de tipo intelectual, social, creativo, emocional, entre otras, y en atención a esta última se hace necesario un proceso de educación que favorezca el dominio de los aspectos emocionales, siendo que estos son un factor determinante en los procesos de enseñanza y en los procesos de aprendizaje, para alcanzar los fines de la educación.
En este marco, en el informe Delors de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 1996) se reconoce que “la educación emocional es un complemento indispensable en el desarrollo cognitivo y una herramienta fundamental de prevención, ya que muchos problemas tienen su origen en el ámbito emocional.” A este respecto, la dinámica de la sociedad actual caracterizada por rápidos cambios, altos niveles de estrés, desigualdades sociales, entre otros factores, somete al individuo a diversas situaciones cotidianas en las que el manejo de las emociones es básico y, los ambientes educativos no escapan de esta de esta realidad, por tanto, la educación emocional debe propiciar el desarrollo de habilidades y competencias que capaciten al alumno en el dominio emocional, para su desenvolvimiento óptimo en sociedad.
Al lado de ello, la educación emocional es considerada por (Bisquerra, 2000) como “un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos, cognitivo y emocional, los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral "De esta definición se desprende que la educación emocional tiene como objetivo mejorar las capacidades emocionales del alumnado, es decir, a conocer y regular sus emociones e incorporarla como una herramienta que influye en su aprendizaje.
En este contexto, conviene decir que en el informe Delors, (UNESCO, 1996) antes citado, se señala que, la Educación del siglo XXI, debe organizarse en torno a cuatro ejes básicos que denomina los cuatro pilares de la educación:
1) Aprender a conocer y aprender a aprender para aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de toda la vida; 2) Aprender a hacer para capacitar a la persona para afrontar muchas y diversas situaciones; 3) Aprender a ser, para obrar con autonomía, juicio y responsabilidad personal y 4) Aprender a convivir, a trabajar en proyectos comunes y a gestionar los conflictos.
De este modo, según (De Andrés, 2005)los dos últimos pilares (aprender a convivir y a ser), se encuentran íntimamente relacionados con habilidades sociales y emocionales. Así, se ha demostrado que estas representan junto a los procesos cognitivos un factor determinante en la adquisición del conocimiento. De manera similar, (Linares, 2017) afirma que el proceso de aprendizaje es un proceso de interacción y por tanto se necesitan de unas determinadas habilidades y destrezas que permitan que se desarrolle en el más favorable de los escenarios, en el que gestionemos las emociones adecuadamente.
En este mismo orden (Casassus, 2006) señala que no hay aprendizajes fuera del espacio emocional, al punto que las emociones son determinantes para facilitar u obstaculizar los aprendizajes, que a su vez están determinados por las necesidades y/o intereses del sujeto, en razón de su interacción con el entorno. En otras palabras, las emociones ayudan a fomentar el aprendizaje, cuando se ejercen en un contexto óptimo y, por el contrario dificultan el aprendizaje en un entorno poco favorable. En este particular, (Bisquerra, 2000) dice que “las repercusiones de la educación emocional pueden dejarse sentir en las relaciones interpersonales, el clima de la clase, la disciplina, el rendimiento académico, etc.” En torno a estos señalamientos, entender cómo las emociones pueden afectarlos procesos de enseñanza y los procesos de aprendizaje representa un factor determinante para la consecución de las metas educativas.
Factores intervinientes en el rendimiento académico
En línea con los planteamientos anteriores, la educación es un constructo humano considerada y valorada por los resultados que produce, los cuales están determinados y consustanciados con los principios, fines y objetivos de la educación.
Cabe señalar, que la valoración del proceso educativo, se realiza a través de la medición delos resultados del rendimiento académico, los cuales se ven reflejados en los logros alcanzados por el estudiante, no solo a nivel cognoscitivo, sino también a partir de la adquisición de una serie de habilidades, destrezas, actitudes, entre otras. Estas afirmaciones, llevan según (Pulido & Herrera, 2017) al concepto de Rendimiento Académico, referido al nivel de conocimientos y destrezas escolares exhibidos por los estudiantes. En tal sentido, en el contexto educativo actual se requiere que el proceso educativo potencie el desarrollo de un conjunto de elementos en el alumno que le permitan enfrentar con éxito los requerimientos de las demandas de la sociedad del siglo XXI.
Es así que en el rendimiento académico, como proceso valorativo de los resultados del proceso educativo intervienen una serie de factores como el Estado, que ejerce esta función a través del marco legal establecido en la constitución, las leyes y planes y proyectos en materia educativa; la familia mediante el apoyo y acompañamiento de los niños y jóvenes durante su proceso de formación, los docentes a partir de la metodología empleada en los ambientes escolares; el estudiante que atendiendo a sus individualidades, son responsables de su aprendizaje y el contexto social-cultural, que constituye el entorno en el que transcurre y acontece el hecho educacional.
Relacionado con lo anterior, (Caballero, 2007) dice que los entornos familiar y escolar, y más tarde el social, proporcionarán al niño muchos de los referentes que le conformarán en el futuro y que utilizará como patrón de comportamiento en su desenvolvimiento diario. A decir de (León, 2012)
Varios son los agentes e instituciones responsables de la educación de los y las más jóvenes. La familia, el Estado y la escuela son las instituciones que han asumido con mayor naturalidad el papel educativo en la sociedad. También ese rol lo han asumido instituciones religiosas, cualquiera sea la confesión o doctrina que profesan. Pero, el individuo, el ser individual, también es responsable por sí mismo de su educación.
Con respecto a estas afirmaciones y contextualizando esta investigación, en el marco del rol del Estado como responsable de la educación de los niños y jóvenes, las políticas gubernamentales sociales-educativas de Ecuador, acogió el precepto universal de la educación como derecho humano y en la (Constitución de la República, 2008), se establece la educación como un derecho de todas las personas y una obligación ineludible del Estado.” Así, la en los artículos número 26 y 28, respectivamente del texto constitucional, se estableció la educación como un área prioritaria de la política pública.
En concordancia con lo anterior, en uno de los objetivos del anterior (Plan Nacional para el Buen Vivir 2013-2017), se fundamentaba la formación integral por competencias para la población escolar de educación básica y bachillerato. Posteriormente, en el (Plan Nacional del Buen Vivir 2017-2021), se planteó…construir un sistema educativo de acceso masivo, de excelente calidad…Así como también expresa que…buscamos como bien superior la felicidad, entendiéndola como ese objeto deseable en sí mismo que nos realiza en vida individual y social.
De igual forma, el mismo documento (Plan Nacional del Buen Vivir 2017-2021), plantea para el nivel de educación universitaria…”Un mayor acceso. El sistema educativo será de calidad, que se verá reflejada en los resultados satisfactorios obtenidos en las evaluaciones nacionales e internacionales de estudiantes y maestros.
En el mismo orden, en el (Plan Nacional de Educación, 2018), se establece entre otros interesantes aspectos que…se propone transformar la escuela en una comunidad de aprendizaje donde el estudiante… desarrolle integralmente sus capacidades y su compromiso social.
Por otro lado, la (Ley Orgánica de Educación Intercultural, 2011), en su artículo número 40, considera el nivel inicial, como un proceso para el desarrollo integral del alumnado, dando especial importancia al ámbito afectivo, cognitivo, psicomotriz, social de identidad…Todo este proceso educativo se supedita al respeto de los derechos del alumnado…además de potenciar sus capacidades, habilidades y destrezas. A tal efecto, (Goleman, 1995) indica que:
El desarrollo emocional que hace parte del desarrollo integral, es un proceso de adquisición de habilidades que puede ser enseñado y aprendido, y que no sólo es útil para la interacción inmediata y rutinaria de los niños y niñas como personas en sus entornos inmediatos, sino que además, este es un aprendizaje de un conjunto de habilidades que, garantizan el éxito en el mundo actual.
En suma, el texto constitucional, las leyes orgánicas y los planes en materia de educación del país, se orientan de manera unificada al desarrollo integral de los niños y jóvenes, abarcando desde el nivel de educación inicial hasta la educación superior, dando especial importancia al ámbito afectivo, cognitivo y social, para el logro del bien superior la felicidad, como quedó expresado en (Plan Nacional del Buen Vivir 2017-2021). En este contexto, (Bisquerra, 2000) afirma que “una buena educación emocional, una educación para la vida (personal, social, familiar, profesional, etc.) proporciona mayor bienestar subjetivo, salud física y mental, mayores dosis de felicidad, y con ello, mayor bienestar social y calidad de vida.” Por lo cual, la valoración de este proceso de acuerdo con (Plan Nacional del Buen Vivir 2017-2021), se verán reflejados en las evaluaciones nacionales e internacionales de estudiantes y maestros.
En relación a esto mismo, (León, 2012) dice que “todo conocimiento y toda búsqueda conducen a algún tipo de bienestar, felicidad e identidad, y además a vivir bien, entonces el conocimiento conduce al placer y al bienestar. Un objetivo de la educación es la felicidad del ser humano.” Siguiendo con los señalamientos de este mismo autor, manifiesta que:
Las cualidades esperadas de la acción educativa son de carácter cognitivo, moral, afectivo, social y físico…son actividades de la mente, en concordancia con otras cualidades del ser humano, es bueno saber que tales cualidades son humanas y por lo tanto sujetas a principios educativos.
Bajo estas premisas, la educación emocional tiene un rol primordial para el desarrollo integral de las personas desde la infancia, la cual responde a la enseñanza del manejo de las emociones en el ámbito educativo, no solo para el aprendizaje escolar, sino para enfrentar los desafíos diarios del entorno social del cual forma parte. A este propósito, (Duro, 2017) manifiesta que “el desarrollo infantil integral suele definirse a través de los cambios que los niños atraviesan en términos físicos, cognitivos, emocionales y sociales que los habilitan a una vida autónoma y plena y un pilar del desarrollo infantil, lo es el desarrollo emocional”.
Acerca del papel que juega la familia en el desarrollo emocional de las personas desde los primeros años de la vida, (Palou, 2004) señala que “la familia es el primer y más importante de los contextos afectivos, porque es donde los niños/as comienzan a crear vínculos y relaciones que van a tener una repercusión fundamental en su desarrollo.” Igualmente, (Caballero, 2007) indica que “la familia es la primera escuela para el aprendizaje emocional. Por tanto, la utilización inteligente de las emociones debería comenzar en ella, y continuarse después en la escuela.”Sobre este particular, (Abarca, Marzo, & Sala, 2002) manifiestan que “se ha demostrado incluso que la mayor parte del desarrollo emocional se produce desde el nacimiento hasta la pubertad.” Es así que las emociones son inherentes al ser humano y permiten la conexión con otras personas a través de las interacciones con en el grupo familiar, escolar y social, por lo cual moldear las reacciones emocionales en estos contextos es importante para la sana convivencia y es ahí, donde la familia se convierte en una institución para la educación emocional efectiva de niños y adolescentes y que a lo largo de la vida se reforzará en el contexto escolar y social.
En lo que toca a la escuela, (González, 2015) dice que “la educación es un proceso interpersonal, permeado de emociones que influyen en el acto educativo, provocando reacciones según la situación de enseñanza-aprendizaje vivenciada.” De acuerdo con estas afirmaciones, las actividades educativas están influenciadas por el conjunto de emociones propias de los actores educativos, por lo que, el ambiente en el que se desenvuelve dicho proceso tiene su efecto en las actividades desarrolladas. En torno a esto, (Rojas, 2019) señala que el aprendizaje de las emociones y la aplicación y enseñanzas de conceptos como la inteligencia emocional, va a darles muchas ventajas a los estudiantes a nivel educativo y personal. Por tanto, (González, 2015) define educación emocional como:
Un conjunto de enseñanzas, reflexiones, dinámicas, metodologías y herramientas de auto-conocimiento diseñadas para potenciar la inteligencia emocional, el proceso mental por medio del cual los niños y jóvenes puedan resolver sus problemas y conflictos emocionales por sí mismos, sin intermediarios de ningún tipo.
Esta definición alude al hecho de que la enseñanza de una serie de herramientas para estimularlas capacidades de control emocional de los estudiantes, dinamizará las capacidades de resolución de conflictos por sí mismos, sin la intervención de otras personas, lo cual es sumamente importante para la sana convivencia en el medio social donde está inserto el alumno.
Puede agregarse que de acuerdo con (González, 2015) el objetivo de la educación emocional es el desarrollo de competencias emocionales: conciencia emocional, regulación emocional, autogestión, inteligencia interpersonal, habilidades de vida y bienestar. Así, en el aprendizaje de las competencias emocionales, el docente tiene un papel fundamental. Puesto que a decir de (González, 2015) ”a partir del manejo y dominio de las emociones se puede transformar las prácticas de enseñanza y aprendizaje de una manera significativa.”
En efecto, el profesorado tiene una función preponderante en la consecución de las metas y los objetivos del proceso de enseñanza y aprendizaje, por tanto, el contexto interaccional con el estudiante tiene importantes consecuencias en la adquisición de los conocimientos. Ello pasa de acuerdo con (Linares, 2017) “por desarrollo de un profesorado emocionalmente competente y convencido de la importancia de la educación emocional y desarrollo de propuestas creativas en la escuela.”
Esto nos lleva al hecho, de que la praxis docente no se debe ocupar solo de los elementos exclusivamente académicos, sino además dela educación emocional del alumnado, para promover en él la adquisición de aprendizajes que contribuyan, según (Linares, 2017)
a. -) La Identificación y expresión emocional, que facilita el reconocimiento de las propias emociones y el estado emocional en las otras personas; b.-) la asertividad: siempre que se garantice el respeto mutuo; c.-) la autoestima: Considerada como uno de los motores del ser humano; d.-) la empatía: Facilitar la comunicación, la escucha, el entendimiento y comprensión en la relación entre los miembros del aula; e.-) El auto-control: Enseñando en el desarrollo de actitudes pro-activas frente a las reactivas para la actuación ante el conflicto, que ayudarán a la toma de decisiones y f.-) Una comunicación adecuada basada en la confianza entre todos los miembros del aula.
Todo lo anteriormente plasmado por el autor está en consonancia con lo que (Goleman, 1995) contempla cuando define la inteligencia emocional como la capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos, de poder auto-motivarse para mejorar positivamente las emociones internas y las relaciones con los demás.
En resumidas cuentas, el desempeño académico de los estudiantes está condicionado por el apoyo y compromiso de la familia con sus representados; por la facultad de los docentes para propiciar ambientes facilitadores del aprendizaje y por la capacidad del estudiante de asumir su propia responsabilidad en un entorno social y emocional adecuado, entre otros factores intervinientes en el proceso educativo.
El estado emocional en el rendimiento académico
En línea con lo anterior, el desempeño académico de los alumnos, constituye probablemente la variable más representativa del ámbito educativo, pues como ya se ha mencionado en párrafos anteriores, la valoración de los resultados del proceso educativo es ponderada en función de los resultados del rendimiento académico de los estudiantes, en cualquier nivel del sistema educativo.
Es así que, cuando se trata de evaluar el rendimiento académico, se analizan en mayor o menor grado los factores que pueden influir en él. En la actualidad diversos estudios dentro del ámbito educativo, han planteado de acuerdo con (González, 2015) que la emoción es clave para el aprendizaje y es una pieza fundamental para quien enseña (maestro) y para quien aprende (estudiante). Por ello debemos considerar, como pareja indisoluble, la emoción y la cognición.” Según estas afirmaciones las emociones influyen en el aprendizaje y por tanto están directamente relacionadas con en el desempeño académico del estudiante.
En esta mismo marco, (Bisquerra, 2000) señala que “las repercusiones de la educación emocional pueden dejarse sentir en las relaciones interpersonales, el clima de la clase, la disciplina, el rendimiento académico, etc. A tal fin, haciendo particular mención al rendimiento académico, como una dimensión del ámbito educacional a través de la cual se valoriza el proceso de aprendizaje, se tiene que según (Pulido & Herrera, 2017) se refiere al nivel de conocimientos y destrezas escolares exhibidos por los estudiantes, la cual se refleja de acuerdo con (Gómez, 1986) a través de las calificaciones escolares.
En este punto es importante considerar la incidencia del componente emocional en el rendimiento académico. Así, (Pulido & Herrera, 2017) consideran que los estados, propios de la emoción, son responsables de importantes variaciones en múltiples ámbitos de la vida del sujeto. Por ello, de acuerdo con (González, 2015) “los estados emocionales están presentes en el proceso enseñanza-aprendizaje.” De este modo, (Carballeira, González, & Marrero, 2015) distinguen la presencia de estados emocionales positivos y los de carácter negativo. Es así que existe una estrecha relación entre los estados emocionales positivos y el logro de las metas. En tal sentido, señala (González, 2015)
Hay evidencia de que los jóvenes que experimentan un mayor bienestar personal (sentirse competentes y apoyados) es menos probable que se impliquen en comportamientos de riesgo y, al mismo tiempo, es más probable que procuren mantener buena salud, tener buen rendimiento académico, cuidar de sí mismos y de los demás, superar adversidades, etc.
En relación a esto, (Carballeira, González, & Marrero, 2015), dicen que los sujetos que tienen mayores niveles de felicidad llegan a un mayor desarrollo social, siendo más positivas las relaciones familiares y sociales y económico a través de la autorrealización con el trabajo.
Por el contrario, los estados emocionales negativos en los niños y adolescente, producto de una situación de estrés, como deseo de una mayor autonomía, la presión para amoldarse a los compañeros, la exploración de la identidad sexual y un mayor acceso y uso de la tecnología, calidad de vida doméstica, violencia (en particular los malos tratos y la intimidación) y los problemas socio-económicos, pueden conducir de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019) depresión, ansiedad, los adolescentes también pueden experimentar reacciones excesivas de irritabilidad, frustración o enojo. En relación a lo anterior, este mismo organismo indica que “los trastornos emocionales pueden afectar profundamente al rendimiento académico y la asistencia escolar.”
Desde esta perspectiva, (Ford, Mauss, Troy, Smolen, & Hankin, 2014) se puede entender que las diferentes emociones pueden influir en la conducta y el desarrollo educativo del sujeto. En el mismo orden, (Goleman, 1995) afirma que las emociones pertenecen al campo de los estados afectivos del ser humano y favorecen la conducta pro-social”.
Por consiguiente, en los ambientes educativos con el propósito de mejorar las manifestaciones emocionales de los alumnos, se ha venido introduciendo en los diferentes niveles educativos, conjuntamente con el desarrollo cognitivo del estudiante, la educación emocional, como forma de aportar al crecimiento emocional que posibilite la maduración de la personalidad de los niños y jóvenes. Así pues, (González, 2015) dice que la educación emocional hace que los alumnos mejoren sus habilidades para relacionarse, resolver conflictos y enfrentarse a emociones intensas; consigue que disminuyan los niveles de violencia en las aulas e incluso que aumente el rendimiento académico.” En línea con estas afirmaciones, (Gorostiaga & Balluerka, 2014) indican que “las competencias emocionales son fundamentales para la mejora del rendimiento académico y la prevención de la conflictividad” (Gorostiaga y Balluerka, 2014).
En este escenario, se establecen claras relaciones entre el estado emocional y el rendimiento académico del estudiante. Para enfatizar estas afirmaciones (Schaufeli, Martinez, Marqués, Salanova, & Bakker, 2000) señalan que los niveles más altos en rendimiento se relacionan con mayores niveles de auto-eficacia, satisfacción y felicidad.
Es un hecho que la educación emocional en los contextos educativos desde muy temprana edad favorece el desarrollo emocional y por tanto el aprendizaje para el logro del éxito académico de los estudiantes en todos los niveles educativos.
Llegados a este punto, diferentes investigaciones tanto internacionales como nacionales muestran en sus resultados, cómo influye las emociones en el rendimiento académico. Así, se tiene que (Pulido, 2018) en un estudio realizado en la Universidad de Granada España, indica lo siguiente: cada uno de los estados emocionales antagónicos actúa como principal predictor del otro. Por lo que, se puede decir que existe interacción entre algunas de las variables de estudio. Es lo que ocurre con la que se establece entre ambos estados emocionales, siendo su relación inversa. Existen relaciones, inversamente proporcionales, entre la ansiedad y la Inteligencia Emocional (IE). Cuando el rendimiento está influenciado por la ansiedad, dándose calificaciones más altas en los niveles más bajos de ansiedad. Ocurre lo mismo, pero en sentido contrario, con la felicidad, dándose calificaciones superiores entre los que presentan más felicidad. El rendimiento es predictor de la felicidad y viceversa. El rendimiento está influenciado por la felicidad, dándose calificaciones más altas en los niveles superiores. El rendimiento es predictor de la felicidad y viceversa. Existe relación entre el nivel de IE y el rendimiento, siendo ambas directamente proporcionales. Por todo ello, considerar y potenciar las competencias emocionales se antoja una medida necesaria para mejorar el proceso de aprendizaje, lo que debería tener muy en cuenta nuestro Sistema Educativo.
En otra investigación realizada por (Marcué & González, 2017), se señala que: el rendimiento académico y el nivel de ansiedad que los estudiantes universitarios viven antes de sus exámenes son factores que impactan el estado emocional de los estudiantes, lo cual se puede ver reflejado en manifestaciones cognitivas, fisiológicas y motoras. El resultado de esta investigación promueve la concientización del impacto que el estado emocional de los estudiantes tiene en su proceso de crecimiento y desarrollo como profesionistas.
Asimismo, (Ortíz, 2017) presentó estudio realizado en la Universitat de les Illes Balears, en las Islas Baleares, acerca de la importancia de la educación emocional en el desarrollo integral del alumno de primaria. De acuerdo a sus hallazgos manifiesta que: la educación emocional es una parte esencial de la educación de cualquier persona y en especial, de los niños. Para conseguir ser emocionalmente competentes se requiere práctica continua, por lo que este tipo de aprendizaje debe iniciarse en los primeros años de vida y estar presente durante toda ella. Las emociones negativas son inevitables, por lo que es necesario aprender a identificarlas, regularlas y expresarlas de forma apropiada. Las positivas son la base del bienestar subjetivo, por lo que se propone trabajar la educación emocional en las escuelas como objetivo para conseguir dicho bienestar. Estudios confirman que a mayor desarrollo emocional, mayores habilidades sociales, menor número de conflictos y conductas disruptivas, mejor convivencia escolar, mejor rendimiento académico y, en definitiva, mejor desarrollo integral del niño.
Del mismo modo en Ecuador, (Araque, 2015) realizó un estudio cuyo propósito fue mostrar la importancia que tiene la educación emocional en el aula, mediante una reflexión sobre los papeles de la escuela, profesorado y familia en el desarrollo de este tipo de educación. Dentro de sus conclusiones más relevantes, se encuentra que: el desarrollo afectivo-emocional es fundamental en la escuela durante la etapa inicial, pero siempre con la ayuda y participación de la familia. Se trata de que los niños/as tengan la atención necesaria por las personas de su entorno para que se produzca su adaptación social y mejoren sus rendimientos escolares, como un proceso de prevención, detección de situaciones de riesgo y eliminación de conflictos sociales. Se recalca los beneficios personales, profesionales y sociales de este modelo de educación para conseguir formar adultos sanos emocionalmente, que sepan reconocer y resolver diferentes situaciones cotidianas de manera positiva.
Estos estudios previos describen cómo la variable estados emocionales influye en el rendimiento académico de los estudiantes, encontrando que cuando el rendimiento está influenciado estados emocionales negativas, como por ejemplo la ansiedad, en los niveles más bajos de esta emoción se obtienen calificaciones más altas. Asimismo en el caso contrario, en un estado de bienestar, como la felicidad, se dan calificaciones más altas. De este modo, el estado emocional es importante para un buen desempeño estudiantil en cualquier nivel de educación. Por tanto, es imprescindible desde la más temprana edad, educar sobre cómo controlar las emociones, ya que, las emociones tanto negativas como positivas son inevitables, por lo que es necesario aprender a regularlas. Así las cosas, es importante trabajar, la educación emocional en las escuelas, para conseguir formar niños y adolescentes sanos emocionalmente y académicamente exitosos.
A partir de las ideas desarrolladas en párrafos anteriores, surge la siguiente interrogante: ¿Cuál es la relación de los estados emocionales con el rendimiento académico de los estudiantes de Portoviejo, Ecuador?
Siendo el objetivo general de la investigación Analizar la relación existente entre los estados emocionales con el rendimiento académico de los estudiantes de Portoviejo, Ecuador.
Materiales y Métodos
La presente investigación, se enmarcó dentro del paradigma cualitativo, por cuanto busca un acercamiento al conocimiento de a partir del análisis de la producción de información científica, bajo el enfoque interpretativo, por tanto será una investigación de tipo documental-bibliográfica. Como forma de realizar esta investigación se realizó una búsqueda en las plataformas digitales de fuentes bibliográficas bajo el criterio de rigor científico en el área de las Ciencias de la Educación. La variable estudiada se corresponde con el Estado Emocional en el Rendimiento Académico. Como técnica principal de recopilación de la información, se utilizó la búsqueda avanzada a través de descriptores clave, relacionadas con emociones, educación, rendimiento académico.
A partir de la contextualización de la información se logró obtener una base pormenorizada de datos vía online de artículos científicos, trabajos de grado, tesis doctorales y libros, de autores de diferentes países, consideradas relevantes para el desarrollo de este estudio. Todas las fuentes consultadas están directamente relacionadas con la variable de la investigación y fueron recopiladas en el mes de mayo del 2020.
De este modo, los criterios utilizados para la selección del material consultado fueron entre otros, la relación con la temática de investigación, año de publicación desde 2015 hasta la actualidad, relevancia y pertinencia. Asimismo, se tomaron en cuenta para este análisis fuentes bibliográficas, que independientemente de su año de publicación, fueron consideradas relevantes para esta investigación.
Por último, el análisis bibliométrico permitió la selección diez (10) publicaciones científicas, para ser consideradas para el análisis de los resultados dado que se encuentran bajo los criterios de selección antes mencionados.
Análisis y Discusión de los Resultados
Para el análisis de la información
Tabla 1. Fuentes bibliográficas consultadas por año de publicación
Autor/Año |
Titulo |
Tipo de Documento |
Resultados/Conclusión |
(Pulido, 2018) |
Influencia de los estados emocionales contrapuestos y la inteligencia emocional en el ámbito académico |
Tesis Doctoral Universidad de Granada, España |
En los estados emocionales antagónicos, existen relaciones, inversamente proporcionales. Así, cuando el rendimiento está influenciado por la ansiedad, dándose calificaciones más altas en los niveles más bajos de ansiedad. Ocurre lo mismo, pero en sentido contrario, con la felicidad, dándose calificaciones superiores entre los que presentan más felicidad. El rendimiento es predictor de la felicidad y viceversa. Por todo ello, considerar y potenciar las competencias emocionales se antoja una medida necesaria para mejorar el proceso de aprendizaje, lo que debería tener muy en cuenta nuestro Sistema Educativo. |
(Marcué & González, 2017) |
Las Emociones y el Rendimiento: La Ansiedad Ante los Exámenes en Estudiantes Universitarios. |
Trabajo de Grado Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. México |
El rendimiento académico y el nivel de ansiedad que los estudiantes universitarios viven antes de sus exámenes son factores que impactan el estado emocional de los estudiantes, lo cual se puede ver reflejado en manifestaciones cognitivas, fisiológicas y motoras. El resultado de esta investigación promueve la concientización del impacto que el estado emocional de los estudiantes tiene en su proceso de crecimiento y desarrollo como profesionistas. |
(Ortíz, 2017) |
La Importancia de la Educación Emocional en el Desarrollo Integral del Alumno de Primaria |
Trabajo de Grado Universitat de les Illes Balears. Islas Baleares
|
Las emociones negativas son inevitables, por lo que es necesario aprender a identificarlas, regularlas y expresarlas de forma apropiada. Las positivas son la base del bienestar subjetivo, por lo que se propone trabajar la educación emocional en las escuelas como objetivo para conseguir dicho bienestar. Estudios confirman que a mayor desarrollo emocional, mayores habilidades sociales, menor número de conflictos y conductas disruptivas, mejor convivencia escolar, mejor rendimiento académico y, en definitiva, mejor desarrollo integral del niño. |
(Araque, 2015)
|
La educación emocional en el proceso educativo inicial en Ecuador y España. |
Trabajo de Grado Universidad Técnica de Cotopaxi Latacunga Ecuador |
Dentro de sus conclusiones más relevantes, se encuentra que: el desarrollo afectivo-emocional es fundamental en la escuela durante la etapa inicial, pero siempre con la ayuda y participación de la familia. Se trata de que los niños/as tengan la atención necesaria por las personas de su entorno para que se produzca su adaptación social y mejoren sus rendimientos escolares, como un proceso de prevención, detección de situaciones de riesgo y eliminación de conflictos sociales. Se recalca los beneficios personales, profesionales y sociales de este modelo de educación para conseguir formar adultos sanos emocionalmente, que sepan reconocer y resolver diferentes situaciones cotidianas de manera positiva. |
(Pulido & Herrera, 2017) |
La influencia de las emociones sobre el rendimiento académico |
Tesis Doctoral Universidad de Granada. España
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Se recogen niveles medios de Miedo y Rendimiento Académico (RA) y medio-altos en Inteligencia Emocional (IE). Influyen las variables edad, género, cultura/religión y estatus socio-económico-cultural. Existe una relación visible entre IE y RA, aumentado las puntuaciones en esta última variable a medida que ascienden las puntuaciones en IE. También se encontraron relaciones entre Miedo y RA y Miedo e IE siendo estas inversamente proporcionales. |
(Toledo & Bonhomme, 2019) |
Educación y Emociones: Coordenadas para una Teoría Vygotskiana de los Afectos |
Artículo científico Revista Psicología Escolar Educativa. Santiago de Chile |
Se realizó una revisión bibliográfica relacionada con estudios sobre emociones en educación han ido adquiriendo una importancia cada vez mayor impactando en las prácticas educativas. Se concluye que predomina una visión de las emociones que se sostiene en el paradigma cognitivista y en los modelos de la inteligencia emocional y del apego. Se mencionan las limitaciones de dichas concepciones y se propone una aproximación a una nueva definición de los afectos para el campo educativo a partir de algunos ejes orientadores construidos desde la Teoría Vygotskiana. |
(Bisquerra, 2000)
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Psicopedagogía de las Emociones |
Libro Editorial síntesis. Madrid. España |
Expone los fundamentos de la psicopedagogía de las emociones y las aplicaciones prácticas a través de la educación emocional. Expone que la educación emocional tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales. La educación emocional debería iniciarse en la Educación Primaria y estar presente a lo largo de toda la vida. Es la única forma de asegurar el desarrollo de competencias emocionales, que son las más difíciles de adquirir. Esto representa un enfoque del ciclo vital. |
(Linares, 2017) |
Educación Emocional y Convivencia... ¿Y ahora qué?
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Artículo Científico Red de Centros de Educación Responsable. Región de Murcia. España. |
La gran mayoría de problemas de convivencia en el aula están asociados a conductas desadaptadas, de indisciplina y disruptivas, conductas agresivas y violentas, conductas de des-motivación y desinterés académico, que tienen su origen asociado a una dificultad o déficit en la gestión emocional. Es evidente la importancia que en todo ello cobran las emociones y la necesidad de trabajar su desarrollo equilibrado. De hecho, estudios empíricos muestran que las personas con buen desarrollo de inteligencia emocional son menos propensas a los conflictos interpersonales, a mantener actitudes violentas,… y, al mismo tiempo, alcanzan mayores niveles de satisfacción y bienestar social. |
(González, 2015) |
La Emoción. Motor para el Aprendizaje |
Artículo Científico Iberoamérica divulga. OEI. Perú |
Refiere a la importancia que tienen las emociones como factor determinante en los procesos de enseñanza y en los procesos de aprendizaje. Un cambio de paradigma que humaniza la educación, habilita las expresiones humanas y desarrolla competencias que favorecen la sana convivencia. Sin emoción, no hay educación. |
(García, Naissir, Contreras, & Moreno, 2015)
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El Estado Emocional y el Bajo Rendimiento Académico en niños y niñas de Colombia |
Artículo Científico Revista de Psicología. Corporación Universitaria del Caribe (CECAR), Colombia |
Se presentan los resultados de un estudio realizado sobre una muestra de 201 niños con bajo rendimiento académico, de edades comprendidas entre los 5 y los 12 años quienes realizaron el Test Screening de Problemas Emocionales y de Conducta Infantil (SPECI). El objetivo de este estudio fue determinar la relación entre los problemas emocionales y el bajo rendimiento académico en niños de 5 a 12 años de una institución educativa de Sincelejo- Colombia. Entre las conclusiones se evidencia claramente que en los problemas emocionales de tipo externalizantes es en donde se presentan más elevados los porcentajes de problemas como por ejemplo, en atención e hiperactividad 40%, conducta violenta 22% y conducta perturbadora 15%, a lo que quizás hay que prestar atención e iniciar a indagar por qué se presentan con tan elevados porcentajes en comparación con las otras categorías evaluadas. |
En lo que respecta al análisis de la información recolectada se observa que en ellos converge una misma propuesta teórica sobre el estado emocional y su relación con el rendimiento académico de los estudiantes. De estas investigaciones se pudieron inferir a partir de los análisis y reflexiones que los estados emocionales inciden en el rendimiento académico.
Esta afirmación coincide con los resultados presentados por(Pulido, 2018)quien señaló que existen relaciones entre los estados antagónicos y el rendimiento. Así, cuando el rendimiento está influenciado por la ansiedad, en los niveles más altos de ansiedad, se dan las calificaciones más bajas. Por otro lado, en el estado de bienestar ocurren las mayores calificaciones. Por tanto, el investigador indica que se debe considerar y potenciar las competencias emocionales para mejorar el proceso de aprendizaje en el Sistema Educativo.
Otro estudio que presenta cómo influye el estado emocional en el rendimiento estudiantil es el presentado por(Marcué & González, 2017)donde estos autores señalan que la ansiedad es un factor que impacta en el rendimiento académico en los estudiantes universitarios. El resultado de esta investigación promueve la concientización del impacto que el estado emocional de los estudiantes tiene en su proceso de crecimiento y desarrollo como profesionistas.
Es importante señalar que se ha venido tomando en cuenta la necesidad de la educación emocional desde edades tempranas para que el estudiante adquiera competencias emocionales que le permitan controlar las emociones, que al ser inherentes a la naturaleza del ser humano, son inevitables, sin embargo, se pueden controlar. Es así como (Alvis, 2016) afirma que es un hecho que a nivel mundial ha empezado a hacerse un reconocimiento de la importancia de la adquisición de habilidades emocionales por parte de las personas, que son fundamentales para el desarrollo humano de todas las personas.
Conclusiones
La investigación permitió develar los estados emocionales inciden en el rendimiento académico de los estudiantes. Así, diversas investigaciones han demostrado que las emociones de los estudiantes constituyen un factor determinante en la construcción de sus aprendizajes: cuando las emociones son favorables y el estado de bienestar esta mayormente presente en el contexto del estudiante, los resultados académicos suelen ser satisfactorios. Por el contrario, emociones desfavorables son conducentes a bajos índices de rendimiento.
De este modo, las emociones son el fundamento de las acciones de aprendizaje, y consecuentemente, se tiene que considerar la importancia que tiene la educación emocional en el contexto escolar como parte esencial de la educación de las personas y de manera particular de los niños y adolescentes, para el desarrollo de habilidades, destrezas y competencias orientadas a la formación de estudiantes sanos emocionalmente para mejorar la calidad de la educación.
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